Capítulo 23: Te quiero, Rocky

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PASCAL

A regañadientes me dejaron sentada en medio de Trey y Vis para que no me moviera del asiento. Estaba histérica, quería bajarme y meter a Luck a la camioneta, pero no me dejaron, nadie me dejó. Ni siquiera Jeff o Vince que eran sus hermanos mayores. Will conducía con velocidad mientras yo era la única que le pedía que se detuviera y que regresara por Luck, pero claramente no me oyó. Luego de unos segundos en que sólo me dediqué a pelear, noté que Jeff estaba herido y que estaba perdiendo muchísima sangre de la pierna. Fue entonces cuando decidí callarme.

Llegamos a un terreno vacío y con rapidez abordamos una avioneta mientras Jeff se quejaba mucho más mientras lo movían de un lado a otro para apresurarse. Vince ya tenía una camiseta envuelta en la pierna de su hermano y la apretaba con fuerza para que la sangre no siguiera saliendo.

Franco, el tipo que siempre pensé que era uno de los involucrados en mi secuestro era el más preocupado por Luck, su pierna iba de arriba abajo y le preguntaba a Vis si era posible que lo soltaran por algo como eso, pero nadie parecía oír lo preocupado que estaba. Así que explotó...

—¡No podemos dejar a Luck solo! —se alteró.

—No lo dejaremos solo —comentó Will con tranquilidad —. Lo trasladarán a Bellemore y Fabregas se encargará de él.

—Tony no hará ni una mierda más por él —reclamó Vis por lo bajo.

Fruncí el ceño.

—Claro que sí, basta con eso —lo enfrentó Will.

El viaje a Bellemore fue más rápido de lo que pensé y cuando llegamos a la mansión Fabregas, entramos por los callejones a los que estaban acostumbrados los hermanos Fenti. Jeff seguía sangrando y Vince se apresuró a ir por mi padre, pero sus pasos rápidos nos interrumpieron a todos, se quedó frente a nosotros inmóvil y me observó de pies a cabeza. Sentí un gran nudo en la garganta, pero no quise largarme a llorar otra vez. Fue él quien se acercó a mí y me estrujó con fuerza entre sus brazos. El silencio reinó en ese momento y, al fin, pude respirar con más tranquilidad.

—¿Dónde está Luck? —preguntó papá notando que no se encontraba ahí.

—La policía lo detuvo —contestó Will.

Él frunció el ceño con confusión, luego miró a todos intercaladamente.

—¿Por qué?

—Asesinó a tipo que era policía —se adelantó Franco.

—Demonios —escupió papá y yo me quedé sorprendida ante esa información ¿cómo...cómo había sido capaz de...?

—Si no lo hacía iban a matarme o a quedarse con Pascal... él optó por matarlo.

Papá se quedó pensativo unos segundos, luego caminó de un lado a otro.

—Llamaré a la policía, la ambulancia está a dos minutos así que saquen a Jeff para que vayan con el doctor Levin.

Todos obedecieron a las instrucciones de mi padre y él me cogió del brazo y me arrastró hasta su oficina. No pasaron más de cinco minutos cuando la puerta se abrió y entró Jean con muchísima prisa, me observó de pies a cabeza y sin decirme nada me agarró el rostro con ambas manos, me examinó lentamente y luego me cogió los brazos y comenzó a subirme las mangas.

—¡Jean!

—Dime qué demonios te hicieron —exigió.

—Estoy bien... sólo me duele el pie.

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