Tú pesadilla ha llegado

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6.

—Deme otra — dijo Bautista al camarero.

—¿No crees que estás exagerando? — Pregunté y el negó.

—Él amor no vale la pena, yo debí haber sido él padre de ése niño — asintió y tomó su vaso.

—Mario, estás con Kenia ¿entiendes o te lo explicó con manzanas? — Pregunté exasperado.

—Ya lo sé, ya lo sé, no tienes que repetirme éso, aunque siéndote honesto, es una diosa en la cama — susurró y comenzó a reír.

—Es tú despedida y estás ahogando tus penas en vez de pasartela llorando aquí como una pequeña niña.

—¡Ella es mía! — se pusó de pie y se tambaleo un poco.

—¿Qué haces? — Pregunté tomándolo de los hombros.

—Iré a buscar a Zurita, ésto se va a arreglar cómo los hombres que somos — comenzó a caminar entre la gente mientras que yo iba detrás suyo.

Sabía que no llegaría hasta Zurita, N cualquier momento... ¡Lo sabía! Ya estaba hablando Con... ¡Esperen un momento, éso no debía pasar! ¡Tenía que caerse antes de llegar! ¡Mierda Mierda! Puedo ¿escapar al hotel? O puedo ¿ir corriendo por Mario y arriesgarme a que me rompan la cara? Olviden, saldré por la salida de emergencias.

—¡Eres un jodido cabrón! — gritó Mario y la música se paró.

—¿Qué te pasa Bautista? — Preguntó Zurita y una luz blanca señaló sus dos siluetas, haciéndolos el centro de atención.

Caminé hacía la salida de emergencias, ya tenía varios problemas como para echarme otros en cara.

—¡Te golpeare! — amenazó Mario y yo me giré a verlo.

Él se pusó en guardia y se tambaleaba cada cinco segundos.

Me acerqué a ellos y tomé a Mario de los hombros, no podía y no debía dejarlo solo.

—Suficiente — susurré y lo abracé por encima de los hombros.

—¡Sueltame Sebastián, déjame romperle la nariz operada a éste cabrón! — gritó y yo negué.

—En éste estado de ebriedad cómo estás tú es más seguro que antes de soltar el primer golpe ya te hayas roto el hocico de una caída — caminamos juntos hacía los asientos y nos sentamos juntos.

—Mira, podemos ir a otro lado por ejemplo — saqué mi móvil y comencé a buscar lugares cercanos donde pudiéramos pasar un buen rato — los bolos.

Mario ya no estaba junto a mí, miré hacía dónde estaban los caballeros y había una pequeña bola de gente rodeando a mis amigos.

Corrí hacía ellos y me hice paso entre la gente.

—¡Quitense! — grité y me pusé junto a Juca.

Iba a quitarle a Juanpa de encima a Mario, quien estaba siendo brutalmente golpeado, pero Juca me lo impidió.

—Espera, ésto tendrá muchas vistas en mi canal de YouTube — dijo divertido.

Amor Inesperado ❥SV | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora