Maravilloso desastre

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13.

[ Sebastián Villalobos ]

—¡Sebastián, dale hermano, todos queremos pasar a sacar el topo! — gritó Juanpa detrás de la puerta y yo pasé el pedazo de tamal que tenía en mi boca.

—Ya voy, es que en verdad me a pegado duro la diarrea — chupe mis dedos que tenían un poco de salsa.

Ellos siguieron de insistentes tocando la puerta, y el último tamal lo devore de manera animal.

Metí las hojas de los 10 tamales que me comí en la taza del baño y jale la palanca.

—¡No! — grité y pasé las manos por mi cabello exasperado — ¡Maldición!

Las hojas de los tamales sobresalieron de la taza, al igual que litros y litros Dew agua que provenían de la caja de la taza.

—Sebastián, se nos hará tarde — apresuró Rix.

—Un segundo. Sólo un momento por favor — tomé las toallas que ahí se encontraban y las pusé encima de la taza, tratando de detener la inundación pero, fue en vano.

—Joder — susurré asustado.

Miré él piso y todo estaba lleno de agua. Está estaba apunto de pasarse por debajo de la puerta pero pusé una toalla encima de ella, tratando de evitar que ellos notarán mi gran error.

Aunque, el gran error que cometí fue no haber exprimido la toalla y haberla aventado así hacía la puerta. La misma puerta hizo presión, y salpico unas cuantas gotas, haciendo que los charcos pasarán por debajo.

—¿Éso es agua? — Preguntó Mauco.

—No wey, es pipi — completó Juca — ¡Obvio es agua imbécil! — tocaron de manera inquietante la puerta — ¡Abre ya jodido imbécil, sí no lo haces, tumbare la puerta, lo juró! — gritó Juca y trague duró.

—Es qué, hay un problema — susurré asustado.

—No me digas, la taza explotó y hay una catástrofe ahí adentro ¡Abre ya! — pegaron a la puerta y me preparé para correr.

—Oigan y ¿Dónde está _________? — Pregunté y Paisa susurró algo que no alcancé persevir.

—En la habitación 220, tienes que ir a hablar con ella para que venga con nosotros, así que, ¡Convencela ya! — gritó y yo asentí.

Tomé aire, seque un poco nos tenis, y abrí la puerta.

Pase por entre los chicos y corrí hacía la puerta de entrada. Pachin pegó un grito al cielo y yo abrí la puerta. Regresé para cerrarla y todos venían como búfalos sobre mí.

—¡Yo lo mató, te juro por Dios que lo mató! — gritó Daniel y yo corrí.

—¡Ya decía yo que éste cara de huevo no podía irse son desayunar algo! — gritó Rix.

—Y a todo ésto ¿Dónde conseguiste los tamales pirobo? — Preguntó Tatto.

—Abajo en el lobby había una señora con una bandeja llena,y decidí comprarlos para desayunar hoy. Sólo que ________ se adelantó.

Amor Inesperado ❥SV | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora