Amor Inesperado ❥SV | TERMINADA |

Te quiero en mí vida

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24.
Sebastián Villalobos

La veía alterarse de una manera no tan común, tomé su mano intentando tranquilizarla, pero, la apartó de manera brusca ¿y ahora que hice mal?

—¿Cómo se te ocurre Alexander? — Preguntó en un grito — Agh cuando estés mejor hablamos.

Colgó la llamada y pegó un grito de frustración. La miré atento por unos cuantos segundos y me acerqué a ella.

—¿Qué pasa? — Pregunté y ella negó.

—Alex me volverá loca — susurró.

—¿Es menor? — Pregunté y me miró confundida — Me refiero a Alex.

—Es el mayor, pero, me aturde, piensa que puede estar controlandome todo el tiempo.

Tomé su mano y caminamos hacía donde estaba el Uber.

—Sólo entiendelo se preocupa por su pequeña hermana — toqué la punta de su nariz — yo haría lo mismo.

—¿Tienes hermanos? — Preguntó y yo asentí mostrándole mis tatuajes que estaban atrás de mis orejas.

—Mis dos ángeles — sonreí orgulloso.

—¿Cómo se llaman?

—Gaby es el más pequeño, y después viene Juan.

—¿Así que eres el mayor? — alzó una ceja.

—Claramente — asentí continuamente.

—Esperó conocerlos pronto.

—Se enamorarán de tí — sonreí y me acerqué a ella — así como lo estas haciendo conmigo — susurré y besé su mejilla.

_________ Martínez

Sebastián está enamorado de mí, mejor dicho, apenas empieza la etapa.

NONONONO, ¡todo se me está saliendo de control, no puedes permitir ésto _________!

Miré a Sebastián entretenido en su teléfono y tal vez pensaba que viéndolo fijamente podía descifrar todo aquello que estuviera pensando.

—¿Tengo algo en la cara? — Preguntó escribiendo un mensaje y yo negué.

—No es nada, sólo, quería mirarte un poco más allá — me miró perverso y le dí un leve golpe en el hombro — No me refiero a éso, quería ver que tan transparente podía llegar a ser Sebastián Vilallobos.

Dejó su teléfono de lado y me miró con una bonita sonrisa con los labios apretados.

—¿Qué quieres saber, creo que ya conoces absolutamente todo de mí? — cuestionó.

—Pues quiero conocer a Joan Jaimes, no a Sebastián Villalobos.

—¿Tú cómo sabes mi nombre completo? — me miró con el entrecejo fruncido.