Corazón hambriento

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Capítulo especial

43.

Alex Hoyer

—Entonces ¿Ya le haz hablado sobre el cambio de boda? — Preguntó Mariana y asentí.

—Así es suegra... Disculpe, Mariana — corregí y ella negó.

—Suegra está bien, pronto lo seré ¿No es así? — Preguntó divertida y asentí.

—Muero porque ése día llegue pronto. ¡Estoy tan ansioso! — grité

—Estoy seguro que eres el chico perfecto para mí hija Alexander — sonrió y asentí.

Miré mi teléfono y observé la hora, regresé la mirada a mí suegra apenado y ella asintió.

—Tomaré el próximo vuelo no te preocupes — aclaró y asentí.

—Nos veremos en México suegra — hablé y la abracé — Puede avisarme cuando su vuelo aterrice para pasar por usted al aeropuerto.

—¿No sería molestia? — nos separamos y ella agachó la mirada apenada — Digo, porque deberías pasar tiempo con mi hija y...

—No se preocupe, sabe que jamás sería molestia para nosotros, mucho menos para mí ¿Cómo usted piensa semejante cosa? — hablé burlón y ella negó.

—Gracias, en verdad Alex — tomé sus manos y besé cada una de ellas.

—Gracias a usted por permitirme hacer a su hija feliz — la abracé de nuevo — nos vemos en México.

Sonreí y caminé hacía la entrada, cerré la puerta detrás mío y corrí hasta mi auto.

Miré mi celular y el fondo que tenía me hizo sentirme seguro.

Una foto mía y de _______ en el muelle. Sonreí al recordar aquel día y prendí el coche para ponerlo en marcha. El estéreo se prendió de forma simultánea.

—La primera canción que me dedicó _______ en una de nuestras primeras peleas  — susurré y subí el volumen mientras movía mí cabeza a la par de la música.

No demos todo por perdido.
Aún no llego la sangre al río.
Imaginé un final, distinto a los demás.
Seremos lo que siempre fuimos.
Honestos en nuestro delirio, de querer alcanzar estrellas en el aire.
Dí, sí aún nos queda una razón.
Sí cómo a mí, aún te queda ése dolor.

Sí no te vas, te hago un sitio en éste corazón hambriento, y tengo una vida para amar.
Sí no te vas tengo tardes de domingo y mil inviernos eternos.

Paro el mundo sí no te vas, para verte despertar y mirarnos a la cara.
Tú y yo, tú y yo.

Quemaremos la soledad, con la llama de éste incendio.

Sí no te vas, te hago un sitio en éste corazón hambriento, y tengo una vida para amar.
Sí no te vas, tengo tardes de domingo y mil inviernos eternos.

—Y pensar que estaba a punto de perderla — negué paulatinamente y los recuerdos vinieron nuevamente a mí mente.

Flashback

Amor Inesperado ❥SV | TERMINADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora