Amor Inesperado ❥SV | TERMINADA |

Amor Inesperado

50.

Capítulo final.

Dedicado a todas las bellas lectoras que han estado apoyando la historia.❤

Sebastián Villalobos.

-Princesa ¿Dónde estás? - busque a la pequeña Sara por toda la casa - Papá quiere salvarte del monstruo.

-Encuentrame - gritó una pequeña voz aguda a mis espaldas y subí escaleras arriba.

-¡Oh no con mamá no irás pequeña demonio! - grité y subí las escaleras par a par - ¡Espera Sara mamá nos matará y éso no será nada bueno!

Seguí al ritmo de Sara y antes de poder lanzarse sobre su hermosa madre la tomé de los brazos.

-¿Acaso quieres que nos maten? - quite un par de mechones rebeldes de su frente y ella negó riendo.

Pusé una mano en su boca para que no hiciera ruido y ella asintió.

-Sí mamá despierta será el fin del mundo y los ponys no existirán más - ella hizo un puchero y besé su mejilla.

La bajé y la deje que sus pequeños pies tocarán el suelo.

-Vamos a salir que mamá necesita descansar.

Ella asintió y salimos de la habitación, bajamos las escaleras y senté a la pequeña Sara en las bancas del centro.

-Mi tío Mario me dijo que mamá estaba esperando un hermanito - dijo Sara y reí mientras hervía la leche.

-¿Éso te dijo? - me crucé de brazos y negué - Que tío tan chismoso tienes.

-¿Entonces es verdad? - Preguntó emocionada y asentí - ¡Al fin habrá alguien que juegue conmigo y Thomas!

-Ahí tienes a Jocelyn y Cristina ¿Por qué no juegas con ellas?

-Me sacaron la lengua, no somos más amigas, además mamá me dijo que sí ellas no querían jugar conmigo entonces me hiciera nuevos amigos.

-Tú madre está loca - sonreí y Sara rió.

-¿Quién está loca? - Preguntó mi mujer detrás mío y apreté los labios.

-Papi lo dijo - me señaló Sara y negué.

-¡Mentirosa! Tú fuiste la de la idea - la señale y sentí unos pasos detrás mío.

-Sarita, ve a lavarte los dientes mi amor, papá y yo tenemos mucho de que hablar.

Sara asintió y se bajó del banco, sonreí nervioso mientras veía a mi princesa subir las escaleras y regresé mi vista a mi hermosa esposa.

-Buenos días amor - me acerqué a ella, pero me evitó.

-Aléjate no quiero pegarte alguna enfermedad por compartir saliva - caminó hacía el refrigerador y la seguí.

-¡Vamos amor, sabes que era una broma! - la tomé de la cintura donde se hacía una pequeña curva y ella negó.

-Lo dijiste muy enserio Sebastián, sí tanto piensas que estoy loca entonces ¿Por qué te casaste conmigo?