#27 Deseo

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(imagen de laila en galeria)

Narra subaru

Me encontraba en la cocina. Con una olla de salsa en la estufa frente a mí. Con una receta que imprimí para hacer enchiladas.

- una pisca de pimienta negra – murmure leyendo la hoja en mi mano. Pellizque exactamente una pisca. Con una lista tan detallada nada puede salir mal.

Por el umbral de la puerta apareció Laila arrastrando su bota. La mire sorprendido.

- qué haces fuera de la cama? – fruncí el ceño y oculté disimuladamente el blog en mi espalda

- ya me encuentro mejor – se acerca a la barra y se sube a un taburete – que haces? – ladea una hermosa sonrisa.

- creí que te animaría que cocinara algo – me encogí de hombros

- de veras? – pregunta sonriendo y se levanta del taburete rodeando la isla hasta la olla. – puedo probar? – yo asiento y me aparto nervioso.

Moja la cuchara de madera en la salsa y la sopla para llevarla a su boca. Cuando la prueba hace una mueca de relajación. Esa mueca me provoca...no se...explosión¡

- me tienes sorprendida – dice riendo

- ves? Nos soy tan malo como decías – me cruce de brazos con una sonrisa coqueta

- bueno...suerte de principiante – dice y comienza a dar unos pasos a mí y yo retrocedo nervioso – tramposo – sonríe perversa. Y con rapidez me quita el blog de la espalda – así cualquiera cocina – sonríe vencedora y deja el blog en la mesa. Me encojo de hombros y rodeo los ojos.

Se da la vuelta para rodear la isla, y mi mirada se clava en su...guau...

Me acerco a ella y le doy un cachetazo en el culo haciendo que ella salte del susto y me mire perpleja.

- así no eres tan confianzuda, he? – la miro perverso. Sus mejillas se enrojecen observándome con los ojos como pelotas

- no vuelvas a hacer eso – dice seria y mi sonrisa desaparece. Sin dejar de seguirme con la mirada advertiente, cuando se da vuelta le doy otro cachetazo y antes de que responda la atraigo de las caderas hacia mí con cuidado de que no tropiece con su bota. Cuando la tengo de frente contra mi cuerpo la aprieto en un fuerte abrazo.

- subaru...las costillas – tartamudea temblorosa cuando la tengo firmemente apretada contra mi pecho y yo me apego a su coronilla

- no vuelvas a asustarme así – gruño y voy sintiendo que el nudo en mi garganta genera que mis ojos quemen – pensé que te me ibas – no me doy cuenta y ya estoy temblando y con los ojos húmedos. Ahora todo es silencio y ya ni siquiera la escucho quejarse, solo siento como su cuerpo se mueve al compás de su respiración.

Narra Cordelia

Ya faltan apenas dos días para que cada quien regrese a su sitio. Y yo ya me hallo acomodando las maletas y las bolsas con los regalos que le llevare a Laila. Mientras termino de doblar mi ropa siento un golpeteo y me giro para ver a reji en el marco de la puerta.

- con ganas de regresar? – me pregunta con un media sonrisa y yo le respondo con una sonrisa completa

- con ganas de ver a Laila – su mirada se vuelve nostálgica – ha cambiado mucho desde que la dejaste en el castillo, se la ve feliz – el solo asiente secamente – pasa algo? –

- sí que le compraste regalos – se acerca observando un par de bolsas

- sí, le hace falta – por algún motivo se lo ve distante – ya es una muchachita, necesita esta clase de cosas y...salir, divertirse – ni siquiera me mira ni responde, solo se dedica a revisar con un rostro frio lo que hay en las bolsas – le debes una vida reji – recién ahí me da una mirada rápida y continua ojeando

Rosa Sangrienta #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora