#32 zafiro

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(imagen de laila en galeria)

Mis dedos se clavan en la almohada y mis dientes se apretaban conteniendo el dolor de mi pie. Era la quinta vez en esta noche que el dolor de mi tobillo me despertaba.

No podía girarme en la cama para acomodarme ya que cada que lo intentaba me dolía.

Para variar había una tormenta q azotaba con fuerza en la ventana. Hay tormentas ruidosas, pero esta se está llevando el primer puesto. Con sacrificio logré girarme de costado, y traté nuevamente conciliar el sueño. Pegue mis ojos para dormir, pero la paz no me duró mucho al escuchar un estruendo proveniente del balcón haciendo que abra los ojos dando un pequeño saltito. El ruido fue semejante a cuando alguien arroja algo de vidrio al suelo.

Siendo sincera ese sonido me causó un terrible miedo, me sentí en peligro y no quería bajar de la cama, pero por si acaso era algo grave con trabajo me levanté.

Me puse de pie tratando de poner el peso en mi pierna buena. Casi a saltitos me acerqué al balcón y moví un poco la cortina. El cristal estábamos mojado y no me permitía ver bien hacia afuera, pero el fulgor de un relámpago bastó para ver una maceta desplomada y rota en el suelo por causa del viento.

Suspire más tranquila y me retire de la puerta frotando mis brazos.

Cuando me senté en la cama, mi tobillo me hizo soltar un quejido entre dientes. Otra vez empezaba a molestar. De repente algo cambió, la temperatura se hizo más pesada y fría. De tal manera que me abrace a mí misma y pude notar como mi aliento salía evaporándose por mi boca.

- mierda que frío! - refunfuñe

Quejándome me volví a meter en la cama sentada y para aliviar el dolor de mi pie, tomé el frasco de pastillas de la mesita de luz, aquellas q me recetó el doctor, y saqué una para meterla en mi boca. Cuando fui a beber agua del vaso en la mesita, este Ya no tenía más. A duras penas me levanté de nuevo y caminé de cojitos con el vaso rumbo al baño. Encendí la luz y me serví de un vaso con agua el cual me bebí con la pastilla. Lo volví a llenar, y salí apagando la luz rumbo a la cama.

Cuando ya me metí a la cama con el vaso de agua en manos, me dispuse a tomar otro trago mientras acomodaba las cobijas, cuando la luz del baño se encendió.

Me quedé helada viendo en esa dirección. La piel se me puso de gallina.

Por un momento me logro aliviar el pensar que tal vez había dejado mal presionado el interruptor de la luz.

Suspiré y me levanté.

Aún insegura me devolví al baño y me quedé viendo hacia el interior.

Pensativa apagué la luz y me di media vuelta para volver. No me respondió el cuerpo al ver que en el balcón había una figura parada ahí. No se movía, pero podría asegurar q por su vestimenta era una mujer y por lo largo de su cabello y por lo delgada y esbelta de su figura, pero a pesar de eso no le podía ver la cara a través de la tela semitransparente de la cortina. Solo se veía el reflejo de su silueta.

No quería moverme de ahí, y aunque tal vez suene un poco patético comencé a rezar.

- Laila - oí en el viento. Esa suave voz q siempre me acompaña - ven conmigo -

No le hice caso, y es más comencé a pensar que estaba loca por oír cosas así. Los minutos pasaron y yo no quería ir hacia allá pero mi cuerpo fue obligado a reaccionar cuando la puerta del baño se cerró con fuerza junto a mí, haciendo que me voltee rápidamente hacia la puerta de salida y salga huyendo como mi pie me permitía. En el intento de huir más rápido y que por supuesto mi pie no lo permitió, mis piernas se enredaron y caí de lleno al suelo.

Rosa Sangrienta #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora