#35 en tu cabeza

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(imagen de evangeline en galería)

Narra subaru 

A plenas siete de la mañana estaba llegando a mi cuarto. Acompañado de una chica, y obviamente ebrio. Lo que sucedió en la tarde gracias al alcohol poco a poco se esfumo, y aunque lo recuerde el efecto de estar tan borracho hace que poco me importe.

La chica que me acompaña no es Debrah, sino una porrista del equipo. Una cualquiera.

Si no me equivoco creo que se llama Sambors. Aunque lo que menos importa es el nombre después de lo que ocurrirá ahora.

Ya que no Coordino a estas alturas, esquivo el cerrojo con la llave varias veces antes de lograr acertarle y entrar.

Sin dar tiempo a siquiera cerrar la puerta me le encimo aplastándola entre la pared y mi cuerpo y comienzo a besarla y está con desesperación responde.

Mientras nos dirigimos a mi cama, con el pie empujo la puerta cerrándola de un portazo.

Al llegar a la cama me tumba de un empujón sobre ella y se encumbra encima de mí para echarme una mirada perversa, mientras se quita la camiseta quedándose absolutamente al descubierto.

Esta vez me he elegido a la pechugona del equipo con la particularidad de que es peli morena, pálida y de ojos azules.

Peculiar...

De nuevo la vuelvo a besar mientras la repaso con mis manos, pero esta me vuelve a empujar para deslizarse hasta el piso colocándose de cuclillas entre mis piernas.

Me mira de una forma divertida mientras repasa con su mano mi entre pierna repetidas veces.

- puedo? - pregunta juguetona

Yo solo le sonrió dándole paso al placer.

Mientras ella hace su trabajito me relajo recostándome con los antebrazos en el colchón mientras la veo.

La respiración se me acelera y me obliga a colgar la cabeza hacia atrás liberando un amplio suspiro.

Después de un instante, reincorporo mi cuello pero me aceleró al ver a una silueta femenina parada en el umbral de la puerta vestida de blanco que me observa con una mueca fría.

- espera, espera! - me exalto quitando repentinamente a sambors de mí.

Me quedo aturdido mirando en dirección a la puerta pero ya no hay nada.

- que paso? - pregunta confusa.

Me cierro la bragueta y voy en dirección al interruptor de luz junto a la puerta. Absolutamente temblando.

Cuando la enciendo busco desesperado lo que había visto. Pero no había nada.

Suspiro apretándome el tabique de la nariz.

- que sucedió? - pregunta cubriéndose con la remera

- me siento mal - digo - por favor vete -

Frunce el ceño y se coloca la remera

-ya!- la apresuro tomándola del brazo sin ser tan brusco y la saco de mi cuarto.

Me quedo apoyado en la puerta tratando de relajarme. Hasta las bolas se me fruncieron para adentro.

Puedo dar fe de que eso que vi era de carne y hueso. Se veía tan real.

Pero incluso sus ojos ya los había visto antes, Ya la había visto en el sueño de Laila.

Rosa Sangrienta #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora