#42 tentaciones

34 1 0
                                    

(imagen de subaru en galeria)

Narra Dake

Venía por el pasillo revolviendo mi cabello húmedo el cual aún derramaba algunas gotas de agua. Me dirijo hacia mi habitación a guardar la ropa sucia y buscar otra muda de ropa ya que traía puesta la de repuesto del gimnasio y está tampoco estaba en muy buenas condiciones que digamos.
Al llegar abrí la puerta y al cerrarla me di cuenta que la luz estaba encendida y sentada sobre la silla con los pies sobre mi escritorio estaba Debrah observando con una simple sonrisa unos papeles en sus manos.

- qué haces aquí - dije seco 

- hola, cómo estás - pregunta haciéndose la tonta  

- mal y tú? - pregunto irónico mientras Tiro la ropa sucia al suelo y me dirijo al armario para sacar ropa nueva 

- de maravilla, ¿Por qué mal? -

- por qué una perra se coló a mi habitación y no sé cómo - 

- con una llave que le robe a Cordelia hace un tiempito atrás -  

- nunca pensé que tuvieras la mano larga - dije quitándome la camiseta y luego sacarme a pisotones los pantalones mientras sus ojos me miraban de arriba abajo  

- nadie mejor que tú con la mano larga...entre otras cosas...- dijo tras morderse el labio inferior y guiñarme un ojo desde su asiento. Solo le delire alzando una ceja.

- no vas a sacar nada de mi Debrah, ya tengo una mala experiencia con las perras como tú - dije colocándome los jeans claros 

- ya lo see - rueda los ojos mientras se pone de pie y viene en dirección a mí - a ti no es tan fácil sobornarte con las vaginas, pero tranquilo - dice deteniéndose frente a mí con las manos en las caderas - yo sí sé que vagina se te puede resultar más...apetecible - una de sus manos se coloca en mi pecho acariciando mis pectorales - una estrecha...suave y delicada vagina virgen - frunzo el ceño al oír sus ridículas palabras - o me equivoco? Dicen que las vírgenes son las mejores - habla mientras va deslizando la palma de su mano hasta mi abdomen. 

- no existen vaginas vírgenes en esta escuela cariño, ni el caballo de Troya tuvo tantos hombres adentro como tú - dije tomando bruscamente la muñeca de la mano con la que me tocaba. 

- Auch...jaja - ríe inocentemente - tranquilízate - dice zafándose de mi agarre - esta vez no intentaré cogerte, hoy vengo con bandera blanca...en este caso...- se dirige al escritorio y toma algo que hay en el - se puede decir que es...rosa? - Dice alzando unas bragas rosas con la punta de sus dedos y formando una malvada sonrisa.

- que es eso? -

- no eres muy listo la verdad - 

- son tuyas? - prosigo con mis cosas poniéndome gel en el cabello 

- es enserio? Crees que yo usaría esto? Estás braguitas tan delicadas e inocentes? - contesta irónica 

- oh, lo siento, olvide que tú no usas bragas porque te facilita las cosas cuando te pones tu faldita y sales a mover el culito para los chicos de esta escuela verdad? Y además...no, no creo que esas sean de tu estilo - su rostro estaba serio 

- ya terminaste de desahogarte? -

- la verdad que estoy en mi mejor racha y hoy tengo un repertorio de insultos más para denigrarte, como por ejemplo...eres como la capa de ozono, cada día tienes el hoyo más grande - sonreí al ver su cara de fastidio 

- YA - dijo entre dientes - quedó claro...el que sea puta o santa no es de tu incumbencia así que preocúpate de vigilar tu vida que yo me ocupo de vigilar mis nalgas - dijo entre dientes 

Rosa Sangrienta #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora