Rosa Sangrienta #1

#33 Rebelde

(imagen de Dake en galería)

Narra laila

Me había sentado en el pasto contra un árbol. Abrazaba mis piernas mientras no podía dejar que las lágrimas cayeran. Dejaba de llorar y me quedaba mirando a la nada.

Así que así se siente que te despierten con un baldazo de agua helada.

A lo lejos encontré a ese par de idiotas que se creen rebeldes fumando, Hank y Dake.

Estaban conversando hasta que Dake me miro a mí. No le di importancia y bajé la mirada a mis rodillas saboreando el salado sabor de mis lágrimas.

No sé cuánto estuve en la misma posición pero el sol había comenzado a ocultarse. Era un paraje hermoso pintado de varios colores y muy a lo lejos se veían los establos. Por un instante me saco De mi depresión el ver a esos caballos corriendo de un lado a otro como danzando.

- a quién hay que matar? - sacudí la cabeza y miré por sobre mi hombro. A un costado del roble del arbol estaba recargado Dake dando caladas a su cigarrillo sin siquiera mirarme.

Genial, lo que me faltaba para alegrarme el día es ver al idiota este.

Hice caso omiso de su presencia y desvié la mirada secandome las lágrimas para volver a poner mi atención en los caballos.

Pude sentir como se acercaba bajando el pequeño peldaño de raíces del roble, Como era de saberse estaba sin el uniforme.

- puedo sentarme aquí? - No le contesté. Que haga lo que quiera mientras a mí no me moleste.

Se sentó y más o menos una media hora se trató de solo silencio. Lo siguiente que paso me hizo reaccionar, Una de sus manos se posó en mi mejilla y barrio de una manera lenta y suave una lágrima que estaba cayendo. Pude sentir su perfume al rozar sus dedos en mi rostro, Era como una fragancia frutada.

- que haces - me separé un poco inquieta de el

- cálmate, no te he hecho nada...aún -

- por-por favor no estoy de humor para bromas - me dispuse a pararme, pero el tomo mi mano deteniéndome

- ...lo sé - dijo con una mirada comprensiva devolviéndome lentamente a mi lugar - te Vi esta tarde en el pabellón - me quedé pasmada viéndole - ...lo siento -

Deje de mirarlo y me concentre en mis manos jugando en mi regazo - ya has llorado demasiado - me dice apagando su cigarrillo en el césped

- eso no te interesa - contesto de mala manera

- no tienes por qué estar a la defensiva - se defendió - no te haré daño...seré un idiota, pero tengo límites - dijo sencillo

- los idiotas nunca tienen límites, porque eso es lo que hacen, idioteces - contesto de mal humor

- óyeme - me encara - si estás molesta ve sabiendo que yo no soy tu enemigo, así que no te desquites conmigo. Yo no tengo la culpa de tu idiotez - contesta molesto y se pone de pie para irse

- ...lo siento - dije de la nada. no sé por qué lo dije pero cuando lo hice rompí a llorar de nuevo. Por qué todo lo malo me tiene que pasar a mí. Me cubrí el rostro con las manos para que no me viera llorar como una tonta.

No se ha ido, está de pie viéndome.

- lo siento mucho - no se por qué me estaba disculpando tanto, pero atacarlo cuando el no tiene la culpa de nada me hace sentir la peor escoria de todas.

su gran mano me tomo del brazo y lo apretó levemente haciendo que me descubra el rostro y lo mire con los ojos aún llenos de lágrimas de tristeza y confusion.