Rosa Sangrienta #1

#31 soledad

(imagen de Dake en galería)

Narra Laila

-AAH! - grité de repente y me senté en la cama a causa del repentino estruendo de un trueno que iluminó toda mi alcoba. Las chicas que aquí se estaban quedando no parecieron ni mosquearse por los truenos y por mi grito.

Mi respiración era agitada por el susto y mantenía apretada la manta a la altura de mi pecho. Permanecí un rato sentada hasta que me calme y me volví a recostar. La noche está tormentosa y parece que no piensa parar, Amo la lluvia, pero esto es un diluvio. Instantáneamente me volví a levantar y repasé la cama con mi mano. Lo primero que toque fue mi celular, lo hice a un lado y seguí buscando hasta que toque mi osito, lo tome y lo apreté oliendo su perfume. Nuevamente me deje caer de espaldas.

Volví a buscar el sueño tratando de alejar de mi cualquier pensamiento porque...hay tantas cosas dolorosas en que pensar. y después de un rato me quedé dormida.

(...)

- aaH! - caí al suelo en seco.

Mi frente y mi tabique comenzaron a palpitar y rápidamente me apreté la nariz para que dejara de dolerme.

Los pisos tapizados en alfombra blanca no eran los de mi cuarto. Alce la cabeza encontrándome de nuevo con la puerta, aquella puerta tan rara que divide el pasado del presente. Extrañamente me quedé mirando a los demonios tallados al pie de la puerta, La luz de la luna que entraba desde un ventanal no muy lejano hacia que las sombras en las facciones de cada escultura tuvieran miradas amenazante a y malévolas. Cuya niña chillona que soy sentía las lágrimas agolparse en mis ojos por el golpe pero me negué a llorar por una estupidez, ni que fuera una bebé. Recorrí el suelo con mi mirada y no muy lejos me encontré a mi osito de trapo tirado mirando en mi dirección. Claramente con lo sola que estoy ahora el osito es lo único que permaneció conmigo. El pensar en que me siento desamparada me hizo llenar los ojos de lágrimas nuevamente pero no me deje llorar y gatee hasta el osito tomándolo y sacudiéndole el polvo un poco con mi mano. Me quedé viendo directamente a ese par de botones desiguales negro y rojo, recordando el día en que hicimos este muñeco con Subaru. Ese día estuve tan nerviosa al verlo a los ojos...que quise y pensé que nos besaríamos, pero mi cuerpo no lo permitió y rompí esa conexión tan cálida.

Con la nostalgia abrace a ese osito con mucha fuerza, No es lo mismo, pero sería casi igual a abrazar a Subaru.

Dios mío, cuando llegue pensaba solamente en tener a papá y abrazarlo a el, y ahora que lo tengo aquí conmigo, solo pienso en abrazar a Subaru.

- tu eres el único que no me abandona - le dije al osito. Me dejé de hacer la valiente y solté una lágrima. Nada más que una sola.

Oficialmente creo que soy sonámbula.

Pero es muy extraño que estos episodios sucedan cada tanto y siempre despierte ante la misma puerta. Ahora más que nunca me interesa saber que hay detrás de esa puerta que me obliga a venir hacia ella.

Mientras avanzaba en la oscuridad, daba uno que otro salto por los relámpagos que entraban por las ventanas y los pies se me empezaban a congelar por qué ni modo que yo sonámbula sea tan inteligente como para ponerme unas pantuflas.

realmente con cada paso me congelo más, y más miedo tengo. a veces siento como si algo o alguien me estuviera siguiendo o como si algo estuviera caminando por las paredes en las esquinas oscuras y me observara oculto.

Desde el pabellón dos tengo que descender al uno que es donde resido. Me disponía a bajar las escaleras de caracol para descender al uno, pero curiosamente se me dio por asomarse a la barandilla y mirar hacia abajo.