31.

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—¿y crees qué se recuperé?—volvió a  preguntar Cristal a Denisse.

—Ya me lo has preguntado como ochenta veces, si despierta estará bien, pero si no, nada es asegurado, cariño.—Denisse trató de soñar lo más dulce posible, acariciando su cabello y sonriendo levemente.

—¿Puedo ir a verlo?—Denisse sonrió de lado con ternura.

—Cuándo salga Rick.

Y aunque Cristal esperó un buen rato, Rick no salía, había estado todo, todo el día ahí, no salía ni a comer, se armó de valor y tocó la puerta, entró al no escuchar respuesta y vio a Rick dormido en la silla, tomando la mano de Carl.

Sonrió y se acercó a Rick.—Hey,—lo movió levemente del hombro—puedes ir a dormir, yo me quedo a cuidarlo, no te preocupes.

Rick asintió, beso la frente de Carl y se fue después de cerrar la puerta, Cristal se sentó con lentitud en la silla de alado, vio la venda en el ojo de Carl, o lo que antes era su ojo, y un escalofrío recorrió su cuerpo, ¿así debía ser todo?, ¿así debía suceder?.

Su mano viajó a la de Carl despacio, (Despacito ahre 😂😂) y empezó a acariciarla con el pulgar, con dulzura y suavidad.

—Carl—sonrió—hay muchas qué no te dije y quería hacerlo, como por ejemplo, qué eres muy importante para mí, debiste verme anoche, estaba llorando cómo toda una debilucha, necesitaba un abrazo, y, todo fue por el miedo de que tal vez iba a perderte, eso fue lo que pasó.—sonrió y miró al piso con tristeza—me gustan mucho tus ojos, es algo que jamás te dije pero amo tus ojos, son muy hermosos, azules, un precioso color azul, lo siento—retiró su mano de la de Carl, con pena y las mejillas algo sonrojadas—aunque estés dormido, tengo muchos nervios y me suda la mano un poco.

Lo observó detenidamente, sus largas pestañas, su cabello, su piel, su nariz, sus mejillas y finalmente sus labios. ¿podría...?

Y sin pensarlo se inclinó un poco, estaba muy cerca de su cara, de sus labios, Cristal lamió sus labios algo resecos, y suspiró, con todo el valor del mundo qué le quedaba cerró los ojos y finalmente se acercó aún más y depósito un suave, pequeño y dulce besó en sus labios, se separó algunos centímetros y sintió su corazón latir con las fuerza, sintió su cara arder y supo que estaba roja, pero había vivido una de las mejores sensaciones qué pudo haber sentido nunca.

Era en ese momento o nunca.—Te quiero, Carl.

Let Me Love You. √√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora