Capítulo 70

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—Alex tienes que recordar algo más de ese fin de semana —dijo Casey frustrada mientras desayunaban.

—¿Crees que no lo intenté toda la noche?

—Ok, vamos a calmarnos. No servimos de mucho si nos peleamos por esto. Tenemos que encontrar al tal Thomas.

—¿Sabes cuantos Thomas hay sólo en New York? —preguntó Casey ladeando su cabeza.

—Tengo que acordarme del maldito apellido —se dijo Alex en voz alta y las tres se llevaron la mano a la frente sin saber por dónde empezar.

—Quizás dónde trabajaba o vivía —sugirió Amanda.

—¡Lo tengo! —gritó Alex después de unos minutos en silencio en los que se dedicaron a pensar en cómo podían ayudar a Liv—. Trabajaba en Las Vegas.

—Bueno... algo es algo. Ya no tendremos que encontrar a un Thomas en todo Estados Unidos sino a uno en Las Vegas. Genial —dijo Casey sarcásticamente y Amanda no pudo evitar reírse pero las dos le dieron una mirada fulminante.

—Si vive en Las Vegas. ¿Qué demonios hacía hospedado en el hotel en el que ustedes estaban?

—Era un hotel bastante lujoso. Quizás tenía dinero y le gustaba. Ahora que lo recuerdo, dijo que era su forma de relajarse dos fines de semana al mes.

Mientras las tres rubias desayunaban, pensaban en lo que pasó en Las Vegas y presionaban a Alex para que recordara algo más, Liv seguía en su baño de espuma. Había decidido desconectar sus pensamientos otra vez. Tenía que encontrar a aquel hombre para divorciarse pero no podía agobiarse con ello. Por el bien de todos y más por el bien de su bebé. Salió del baño y se encontró con Elliot poniendo la mesa para desayunar y a Noah en la silla de comer con un biberón y varios juguetes. 

—Creí que te habías dormido en la tina —comentó Elliot cuando vio a Liv, ella rió—. ¿Te sirvió?

—Mucho. Gracias. Creo que necesitaba demasiado ese baño. ¿Cómo se ha portad Noah? 

—Es un ángel. ¿Y mi princesa hermosa cómo se ha portado con mamá? —preguntó agachándose para besar su barriga y hablarle a la bebé.

—Muy bien. Ha estado muy tranquila esta mañana.

—¿Lista para desayunar? —ella asintió y él besó sus labios.

—Muero de hambre. El baño sin duda despertó mi apetito.

Desayunaron entre risas de Noah y una conversación cualquiera como si nada hubiera cambiado entre ellos. Los dos se dedicaban sonrisas cuando se quedaban en silencio. Estaban en un ambiente agradable y todo por Elliot. Él no quería preocuparla con peleas o reclamos. Lo que fue, pues ya fue y no se podía volver en el tiempo para cambiarlo. Decidieron ir al parque a disfrutar de la mañana. A Noah le fascinaba ir. Olivia llevó para hacer burbujas y que él tratara de tomarlas. Se sentaron sobre una manta en el césped. Jugaron con Noah y lo ayudaron a que se parara y diera unos pasitos agarrado de Elliot. Liv amaba tener esos momentos con ellos. Cuando se decidió tener la custodia de Noah creyó que no tendría tanto tiempo como él que ella quisiera para dedicárselo y aunque seguía sin ser el suficiente para ella, no se estaba perdiendo los momentos importantes de él. Elliot sacaba varias fotos de ellos a diario y más de la barriga de Olivia. Estaba haciendo un álbum para recordar todos los buenos momentos junto ellos. Pensaba regalárselo cuando naciera la bebé.

"La bebé. Eso me recuerda que no hemos pensado en un nombre todavía" pensó Elliot mirando la barriga de Olivia. 

Ella se dio cuenta que no le quitaba la mirada de encima y sonrió. A veces ella se quedaba así por varios minutos. Pensando cómo sería su hija, lo hermosa que sería. Las cosas que haría. El carácter que tendría. Absolutamente todo lo que una madre se pueda imaginar de sus hijos. 

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