Capítulo 77

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  —Que gusto verte de nuevo, Alex. Saludos a Amanda. Estoy seguro nos veremos más seguido ahora —dijo Thomas antes de darle un beso y un abrazo como si fueran amigos de toda la vida.  


"Va a matarme. Va a matarme. Lo sé. Va a matarme" se repetía Alex bastante nerviosa con su mirada. 

Thomas salió de la estación y Olivia se quedó sin mover un dedo. Miraba fijamente a Alex. Ella no sabía si la mirada de su amiga era de confusión, decepción, enojo, frustración, ira o una mezcla de todo que era aún peor. Liv se giró sin decir una palabra y caminó hacia su oficina. Alexandra reaccionó y caminó detrás de ella. 

—Liv puedo explicarte —dijo una vez su amiga se sentó en su silla.

—Estoy en medio de un caso Alexandra. Ya perdí mucho tiempo —contestó sin levantar su mirada de la computadora—. Cuando salgas dile a Fin que entre por favor —pidió negándose a cualquier conversación o explicación que quisiera dar la rubia.

—Bien pero te buscaré mañana —comunicó Alex luego de respirar profundo.

Fin ingresó a hablar con su Sargento y le informó las últimas pistas del caso. Quiso hablar del hombre que llegó preguntando por ella pero ella no quería hablar de eso. Lo único que quería era cerrar el caso y poder irse a casa con su hijo y el hombre con el que quería compartir el resto de su vida. Elliot y Amanda llegaron a la estación horas después con la declaración del Sr. Williams. Olivia había ido con Melinda a la morgue para tener los resultados de la autopsia y saber si había algo más para poder encontrar al responsable.

Regresó de la morgue concentrada en el caso y se encontró con sus detectives frente a la pantalla con los datos de la víctima y las pistas que habían surgido tratando de completar los pasos de Jane el día anterior y nada cuadraba. Elliot seguía con la misma expresión seria y sin querer cruzar mirada con ella. No pudo no sentirse fuera de lugar cuando ese hombre había tomado su mano y ella se había dejado llevar. Se sintió tan celoso e impotente al no poder golpearlo.

—Ell... Ell— dijo Liv tratando de obtener su atención—. Elliot ¿podemos irnos a casa?

—Sí, claro. Vamos —contestó él moviéndose para recoger sus cosas y apartarse del toque de ella.

 El camino al auto fue demasiado silencioso, un silencio nada agradable, al contrario, era incómodo. Olivia pensaba en las palabras adecuadas para no discutir con Elliot pero ella ni siquiera sabía por dónde empezar. Todo lo del matrimonio en Las Vegas la había tomado por sorpresa y más ver a Thomas llegar como si nada a la estación, sin contar que sus amigas lo conocían. Camino a casa le llegó un mensaje a Liv.

De: Alex  

Sé que todo esto te tomó por sorpresa pero quiero saber si estás bien. Necesito explicarte todo. Tengo claro que hoy no conseguiré nada, ni siquiera una respuesta pero en serio tienes que dejar que hable contigo aunque sea unos minutos. Descansa.


Ella respiró hondo por el mensaje de su mejor amiga. "¿Cómo demonios lo conocen? ¿Lo fueron a buscar acaso sin decirme? ¡Dios! ¿Por qué pasa ahora? Justo ahora que las cosas con Elliot mejoraron" se dijo mirando hacia la ventana. 

Elliot la miró unos instantes y dirigió su mirada hacia el camino nuevamente. Estaba intrigado por el mensaje que le había llegado a ella pero no estaba en sus planes preguntar quién era. Empezaba a creer que era ese hombre. 

—Es Alex —respondió ella a una pregunta no formulada y mostró su celular.

—Ya, no pregunté.

—Pero supongo querías hacerlo —indicó Liv sin quitarle la mirada de encima. Él prefirió quedarse en silencio—. Creo que Alex y Amanda fueron a Las Vegas la semana pasada a buscarlo.

—Así fue como llego a la estación entonces —contestó sin dejar su seriedad—. Alex le dio tus datos.

—No estoy segura. Me pareció que se sorprendió mucho al verlo —justificó ella y volvió el silencio.

Llegaron a casa y un inquieto Noah los esperaba. Apenas ingresaron al departamento se lanzó a los brazos de Olivia diciendo mamá. Era la sonrisa más pura y sincera que podía mostrarse en ella cuando lo escuchaba. Su vocecita llamándola la hacía olvidar de todo lo malo que pudiera haberle sucedido en el día y para Elliot era igual. Verlos sonreír lo llenaba de paz y tranquilidad.

—¿Cómo se ha portado este campeón? —preguntó Elliot a Lucy y se acercó a Noah para besarlo en la frente, él enseguida se lanzó a sus brazos.

—Está mucho mejor. Ya no tiene fiebre y está más animado que en la mañana —comentó Lucy sonriendo ante la escena familiar—. Ahora si me disculpan, tengo que irme.

—Sí, claro Lucy. Espérame unos minutos para cancelar tu semana —pidió Liv y fue por su cartera.

—En la mía hay Liv —indicó Elliot.

—La siguiente semana es tuya —contestó ella y él asintió—. Lucy, sé que no es habitual que cuides a Noah los sábados pero ¿crees que mañana puedas hacerlo?

—No hay problema. Mañana estaré aquí. Nos vemos— respondió y se fue sonriéndole a ambos.

Lucy salió del departamento y volvió el silencio, salvo los balbuceos de Noah. Elliot se sentó en la alfombra junto al pequeño a jugar un poco. Olivia los miraba fijamente con una sonrisa en su rostro. 

—Voy a preparar la cena. ¿Algo especial para cenar?— dijo ella sin quitarle la mirada d encima a Elliot.

—No tengo hambre, gracias —contestó él concentrado en el pequeño.

—Bien, pues no cenaremos —indicó ella frustrada porque él ni siquiera la miraba y se sentó en el sofá.

—Voy a prepararte algo.

—No tengo hambre, gracias.

Él respiró profundo, sólo intentaba quitarse la imagen de Thomas y ella en media estación.

—No puedes quedarte sin cenar, Liv.

—Si no estuviera embarazada te hubieras ido ¿verdad? 

—Olivia no vayas por ahí porque sabes que no es cierto —dejó a Noah en el corral con sus juguetes de peluche y se acercó a ella.

—Estoy consciente que soy la única culpable de lo que pasa entre nosotros, Elliot. No me agrada esto más que a ti...

—Te amo —interrumpió él y levantó con su índice su barbilla—. Odio saber que te casaste con él, odié verlo sonreírte, que te pusiera un dedo encima y que no dejara de verte. Odio haber perdido tanto tiempo cuando te tenía cerca y podía ser feliz contigo. Odio que aunque haya sido un fin de semana él te hiciera olvidar que yo existía aunque fuese un imposible.

—Te amo a ti. Ni siquiera lo recordé en todos estos años. Nunca lo hice. Tú ocupabas y ocupas mis pensamientos. Tú eres el dueño de mi corazón —aseguró ella y poco a poco fueron acercándose para unir sus labios en un tierno y cálido beso. 


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Que tengan lindo inicio de semana. Ahora si me aman, lo sé. <3 

Psdt: Ya falta menos para el final y anuncio que actualizaré más seguido ya que terminé de escribir el fanfic.

Sweet ♡

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