7

1K 75 2
                                    

Me separé de Jeff en cuanto la manija de mi puerta comenzó a moverse, era mi mamá lo sabía porque ella nunca le había gustado mi manija y batallaba para abrirla. Mientras que Jeff sigue perdido en sus pensamientos yo guardo la camisa de mi papá en la caja y después vuelvo a esconderla debajo de mi cama.

Se suponía que el roce de labios me hubiera desconectado pero me puso alerta, y si no me hubiera puesto alerta, mi mamá estaría pensando lo que sea que piense.

-Jeff - dice mi mamá y Jeff vuelve al mundo real.

Lo miro sobre mi hombro y sonrío al ver que aún está impresionado. Niego con la cabeza y paso una mano por mi cara, me concentro y dejo de sonreír.

-Jeff, tu mamá vino por ti - dice mi mamá con una sonrisa y su mirada se intercala entre nosotros dos.

Una vez abajo, veo a la mamá de Jeff a lo lejos y me sonríe. También sonrío al verla, gracias a ella Jeff y yo nos hicimos amigos. Si la señora Atkins no hubiera obligado a Jeff salir a jugar y si mamá no me hubiera puesto a cortar flores marchitas de el rosal no nos hubiéramos conocido. Lo recuerdo, ambos estábamos enojados porque nuestras madres nos habían hecho hacer algo que no queríamos. Yo estaba jugando a ser una maestra con mis muñecas sin cabeza y ropa de trapo, Jeff estaba jugando a las carreras con sus carritos. Yo estaba quitando las rosas marchitas de mala gana y en eso sacaron a Jeff a jugar, llevaba un balón de plástico rojo. Se sentó en su banqueta y yo empecé a lanzarle flores marchitas a la cabeza. Y así comenzó todo...

-¡Lex! Hace mucho que no te veía, estoy tan feliz de verte.

-Hola - digo y la abrazo.

Sí, ver a la mamá de Jeff me alegraba.

-Tengo que llevar a Jeff a una prueba de baseball -dice sonriendo y escucho a Jeff bajar las escaleras.

-Lo había olvidado... - dice Jeff cuando llega a mi lado. 

Lo tomo por sorpresa cuando lo rodeo con mis brazos entre risas de alegría. Me alegraba saber que Jeff iba por lo que quería, y sabía que iba a lograrlo. Jeff me rodea y una de sus manos va a mi nuca mientras que la otra se mantiene en mi espalda. Su tacto es cálido y tiembla inseguro. ME separo de él colocando mis manos en sus hombros.

-Suerte, Jeff - digo y beso su mejilla.

Su reacción no es muy diferente a la de la primera vez, cuando bese su mejilla frente a Charlie. Sonrío aún más y cuando me despido de la señora Atkins me voy a ala cocina dejando a mi mamá con ellos. Mi mamá habla con la mamá de Jeff por unos dos minutos y finalmente la puerta principal se cierra

-¿Por que no me dijiste? - dice mi mamá a mis espaldas cuando termino de servirme agua.

.-¿Qué cosa? - digo cuando me doy vuelta.

Me llevo el vaso de agua a la boca, mi mamá se sienta en la mesa y toma una manzana del frutero que se encuentra en el centro de esta, la limpia con el borde de su camiseta y le da un mordisco.

-Que Jeff y tú se gustan.

Escupo el agua de mi boca en dirección al lavaplatos, eso no estaba planeado. Me limpió las gotas que quedan en mi boca con el dorso de mi manos, los nervios se apoderan de mí y me hacen balbucear hasta que encuentro las palabras que buscaba.

-Somo mejores amigos, mamá.

-Sí pero se nota que te gusta y que tu a él. 

-Eso no es verdad, mamá. Nos tenemos un gran afecto pero eso no quiere decir que nos gustemos mutuamente.

-Lex, te has besado con él - me pongo roja. Hablar de estos temas con mi mamá es de lo más normal pero Jeff es harina de otro costal -. Y soy tu madre, te conozco.

Mi mamá se levanta y se dirige a las escaleras. Sube de manera tranquila mientras se come su manzana. Me recargo en la barra y dejo caer mi cabeza hacia atrás y suelto aire por la boca. Mi estomago esta revuelto y casi siento que saldrá fuego por mis mejillas.

-Harían linda pareja - dice mi mamá cuando llega al segundo piso.

Tengo que llevarme las manos a la boca para ahogar una risa nerviosa. He soñado con la situación de tener algo con Jeff pero todo se derrumba cuando la alarma de mi despertador suena y nunca conozco el desenlace de todo. 


-Jeff-

-Lex esta más bonita.

Sonrío cuando esas palabras salen de la boca de mi mamá. Me llevo los dedos al puente de la nariz y asiento, porque la verdad no puedo negar que Lex es terriblemente guapa y es una persona maravillosa, lo cual la hace aún mejor.

-Sí, sí que lo está.

-¿Por qué no le dices que te gusta? - mi mamá da vuelta a la izquierda.

Las mejillas me arden y me muevo incomodo en el asiento. Suelto u n suspiro y me hago el que no escucha. Cada vez que pienso en eso... en Lex, siento como todo se remueve dentro de mí pero nunca nadie lo había dicho en voz alta, y no esperaba que la primera persona en hablar de eso fuera mi mamá.

-¿Quién dice que me gusta?

-No hace falta que lo digan, cariño, se nota desde lejos.

Niego con la cabeza.

-Mamá, sabes que Charlie y yo...

-Sí, claro - dice entre dientes -. Charlie no me agrada. Es demasiado posesiva y apuesto que ni siquiera ha de saber limpiarse los mocos, el otro día le pedí que partiera cebolla y apenas había partido una rodaja y ya estaba llorando.

-No le gusta cocinar.

-A Lex tampoco - dice sonriendo y sus hombros se relajan -. Y aún así cocina de maravilla, el arroz le queda delicioso. Ella, querido hijo, sí que me agrada.

Ruedo los ojos y cruzo los brazos. Será un largo y cansado camino. 

-Harían linda pareja - alcanzo a escuchar eso antes de caer dormido.

Sonrío entre sueños cuando una imagen de Lex y mía en una relación pasa por mi cabeza. 

Deserve better |Jeff AtkinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora