Gruñí al notar tanto dolor en mi cuerpo, intenté abrir los ojos con algo de dificultad. Cuando pude ver todo más claro, miré a mi alrededor aturdida. ¿Dónde demonios estaba? A mi lado escuché un ruido, giré mi cuello soltando un pequeño gruñido y ví a mi abuela durmiendo en un sillón.Estiré mis brazos para intentar llegar a ella y así despertarla. La camiseta que llevaba se subió y ví todos mis brazos con grandes moratones. Abrí mis ojos con alarma y subí mi otra manga viendo más de lo mismo.
–¿Que narices? – murmuré en bajo. Solté otro quejido al notar que mi cabeza empezaba a doler de nuevo.
Toqué a mi abuela moviéndola suavemente con algo de dificultad. Despertó abriendo sus ojos como platos.
–¡Ashley! Oh dios mio, ¡Cariño! – se levantó inmediatamente y pulsó un botón que había al lado de mi cama. Se acercó a mí besando mis mejillas una y otra vez –Gracias a dios que estás bien, pequeña – ví sus ojos llorosos cuando se separó sin entender nada.
–Necesito agua... – dije como pude. Asintió inmediatamente y me sirvió en un vaso algo de agua de una botella. Bebí humedeciendo mis labios y boca. Suspiré con alivio devolviéndole el vaso –¿Qué ha pasado? ¿Por qué estamos aquí?
Cuando fué a responder, la puerta de la habitación se abrió dejándome ver a Marisa y Hilary viniendo hacía mí con los ojos rojos.
¿Por qué todos estaban así?
–¡Ashley! – dijeron las dos a la vez apresurándose para llegar hasta mí. Me envolvieron en un abrazo y me quejé haciendo que se separaran un poco de mí. Marisa subió mi manga y varias lágrimas rodaron por su mejilla –Dios mio – soltó en un sollozo abrazándome de nuevo mientras besaba mi cabeza.
–Habrá que hacer algo con este pelo – dijo Hilary a mi lado tocando mi cabello.
–Lo tiene perfecto, así que dejádselo como está – advirtió mi abuela sacándonos varias risas.
–Ashley – alcé la vista encontrándome con el que suponía sería el doctor acompañado por dos enfermeras. Una de ellas se acercó a mí para poner un nuevo recipiente de cristal con algo de medicina que no sabía lo que era –Cuanto me alegro de que hayas despertado – acarició suavemente mi pierna antes de sentarse en la cama.
Miré a mi abuela y a mis amigas que estaban a un lado mirando atentamente.
–¿Que pasa? – mi doctor negó haciéndome algunas pruebas típicas. Mirando mi vista, reflejos, más heridas que no sabia que había... –¿De que es esto? – fruncí mi ceño al ver mis piernas con más hematomas y pequeños cortes.
–Escúchame, vamos a hacerte más pruebas para ver que estás bien. Que hayas despertado es muy bueno, y no hay necesidad de que te quedes aqui por mucho más tiempo – miró a mi abuela sonriendo, transmitiendola tranquilidad –¿Puedo hablar con usted? – asintió y salieron fuera dejándonos a mis amigas y a mí solas en aquella habitación.
–Cuando salgas, nos vamos de compras o a la playa – Hilary le dió en el brazo señalando mis hematomas –Bueno, pues nos metemos en un jacuzzi – sonreí levemente al oirlas discutir.
–Voy al baño – dije llamando la atención de las dos cuando la enfermera me quitó todo el medicamento dejándome libre de cables. Se acercaron a mí ayudándome a andar, aunque insistia en que podía sola, las dos me agarraron de cada brazo.
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Hit The Lights ➵ j.b
FanfictionCOMPLETA | Es difícil ver profundamente en el interior cuando estás bajo presión. Revolucionamos el mundo entero, nuestro mundo, sin darnos cuenta de lo que en realidad pasaba a nuestro alrededor. ¿Estábamos realmente preparados para vivir nuestro s...