Capitulo 5

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"Te cortaron las alas", pensaba Rei mientras observaba su dibujo por decima vez. Desde que llego a su casa no dejaba de pensar en las palabras que le habían dicho en todo el día, desde las de Jennifer hasta las de Chester. Las de éste último le dieron esperanza que terminaron dándole dolor, culpa que él no se podía llevar.

    - Lindo dibujo, ¿te lo dio tu novio?

Rei da un brinco debido al susto.

    - ¡Estúpido! Me asustaste, te he dicho que toques la puerta antes de entrar.

    - Lo hice, solo no me escuchaste por estar embobado viendo el regalo de tu novio.

    - Cállate, yo no tengo novio.

    - Que lastima, es un buen dibujo, las manos que lo hicieron harían feliz a mi pobre hermanita.

La cara de Rei se torna roja, se lanza contra su hermano golpeándolo en el brazo.

    - Cuando termines, de hacerme cosquillas bajas a comer – le dice apartándola de sí.

Estaba tan pensativo que ni se había fijado en la hora, llevaba horas navegando en sus pensamientos.

    - Antes de que me vaya, ¿puedo saber quien hizo el dibujo? – pregunta su hermano, parado en la puerta.

    - Lo hizo un chico que estudia conmigo, es nuevo.

    - Tiene talento, mucho talento – su hermano sonríe, haciendo que Rei recuerde a Chester -. Por la cara que pones supongo que te agrada. Mi pequeña hermana esta creciendo, si sigue así será dibujada como Jack a Rose en Titanic.

Tres días antes los dos habían visto la película, por eso entendía porque hacia referencia a ella. Vuelve a ver su dibujo, al igual que su hermano reconocía el talento de Chester para dibujar. Reacciona unos segundos.

    - ¡Aaaahhhh, ERES UN COCHINO!


El clima continuaba siendo frió, ya no tanto como los días anteriores, eso era el indicio que pronto las lluvias cesarían. Aunque Rei deseaba que en la tarde lloviera, le tocaba educación física, en caso de que lloviera existía la posibilidad de faltar a esa clase.

El profesor Vélez entra al salón, se le ve alegre, uno de los pocos profesores al que de verdad tiene el interés de enseñar a los jóvenes. El otro que llega después de él es Chester, también se le ve alegre y con esa sonrisa que ya se ha vuelto su rasgo distintivo.

    - Señorito Carroll – pronuncia con lentitud -. ¿Qué fue lo que le dije el primer día?

    - Lo sé, lo sé, llegue después que usted, por ende no llegue tarde.

    - No me refiero a eso, y lo dejare pasar por su buen manejo de palabras – le elogia, sinceramente -. Me refiero al suéter.

    - El único suéter que tengo es este negro, es parecido al azul marino – el profesor se le queda viendo -. ¿A quien engaño? Estos colores son tan distintos, sin olvidar que es una atrocidad decir que son parecidos.

Chester se quita el suéter al frente de la clase. Rei no le importa eso, ella se fija en las palabras que dijo acerca de los colores, anteriormente hablo de ellos, con eso Rei nota que Chester es cuidadoso hasta con los colores. Al pasar junto a ella le da una sonrisa, ella se la devuelve.

El profesor inicia la clase con un tema nuevo, esta vez Rei si presta atención al tratarse de matemáticas. No solo ella, también su rival en inteligencia. Cuando el profesor hacia una pregunta, Lintper se le adelantaba a Rei, con la finalidad de quedar como la más inteligente. Acertada su respuesta buscaba mofarse de Rei.

    - La agonía de estar en los primeros puestos – le comenta Chester.

    - ¿De que hablas?

    - Aquí atrás somos ignorados, en ocasiones, por los profesores. Saben que estos puestos son para los vagos, mientras que los de adelante son para los intelectuales. Los favoritos.

La actitud de Lintper le molestaba, pero después de escuchar a Chester se siente relajada. ¿Por qué darse mala vida por algo tan bobo? Por fin podía pasar sin llamar la atención de un profesor, seria por corto tiempo, es por eso que debía aprovecharlo.

A pesar de lo gris y oscuro del cielo, no llovió. Es por eso que podían tener educación física sin problemas. Para la tarde las nubes grises se fueron dispersando sin derramar una gota.

El profesor Saviola, conocido por divertirse poniéndole pruebas fuertes a los alumnos, les dio un recibimiento no tan agradable como él había dicho. A la sección de Rei les mando a darle veinte vueltas a la cancha, con la finalidad de que fueran obteniendo un buen estado físico, ya que en vacaciones muchos se convirtieron en cerdos holgazanes.

    - Déjenme felicitarlos, veo que tienen buenas condiciones físicas – le dice el profesor -. Ahora las mujeres pueden descansar si quieren y los hombres hagan equipo para jugar futbol.

Las mujeres van a sentarse mientras los hombres se agrupan alrededor del profesor. Rei nota que Chester se aleja del grupo, el profesor también lo nota.

    - ¿Para donde vas? – le llama -. Es hora de jugar.

    - Me gustaría participar, pero le seria inútil – se disculpa.

    - No seas cobarde, ven a jugar.

    - Podría jugar, pero solo serviría como portero. Tengo un problema en la cervical, eso me hace malo en los deportes.

    - Entonces siéntate – responde el profesor arrastrando las palabras.

A pesar de contar su impedimento mantiene esa sonrisa. Va a los bebederos a hidratarse, su uniforme esta bañado en sudor.

    - Estuve pensando en lo que me dijiste ayer.

Chester escupe el agua bebida por el susto, se voltea para ver quien le habla. Justo detrás de él esta Rei, mirando a otra dirección contraria a la de él.

    - ¿Te cortaron las alas? – pregunta Chester, con su sonrisa menos marcada.

    - Había algo – admite Rei -. Hace tiempo, no mucho.

Aunque Chester la esta viendo de perfil, se percata del dolor de la chica con solo ver la mitad de su rostro.

Su sonrisa vuelve a ampliarse, mostrando los dientes y cerrando los ojos.

- Rei – la llama -. Ven conmigo al lugar donde he conseguido inspiración para volar – dice tendiéndole la mano.

Dibujando SonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora