Capítulo 27

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Montado en su patineta, Tony va de un lugar a otro llevando los adornos, acomodándolos en los lugares indicados por Alemán. Ella es la que se encarga de decidir dónde va cada cosa, Chester la ayuda eligiendo los adornos que quedarían perfectos gracias  a sus colores y formas. Tony y Morrison se han limitado a seguir sus órdenes.

Mientras estaba en clases, un alumno lo fue a buscar a su salón, al principio pensó que se había metido en algún problema. Cuando llego al salón del concejo estudiantil y vio a sus compañeros de club se sintió más aliviado, hasta que les comentaron que pasarían todo el día adornando la institución para la fiesta de san Valentín. La idea le desagrado, pero de esa forma se salvaría el club Dibujando Sonrisas.

Ya era de tarde y aun seguía adornando, lo único bueno fue que le dejaron usar su patineta para desplazarse por el lugar y así terminar más rápido. Aun así seguía sin agradarle la idea de hacer el trabajo de los del concejo estudiantil, sabe que se aprovecharan de ellos para otros eventos así.

    - Rapunzel, recuérdame el por qué hacemos esto – grita Stinson a Morrison que está en el primer piso.

    - Lo hacemos para conservar el club, debemos impedir que lo cierren – le grita Morrison.

    - Es una mala idea hacer esto. Esas ratas estudiantiles se aprovecharan de nosotros, nos usaran como trapo de cocina.

    - Eso lo sé – corrobora Morrison -. Pero lo hacemos por Rei, ella cuenta con nosotros.

    - Por cierto, ¿dónde esta?

Morrison señala al lugar donde está Rei.

    - Ve por ella, ya es hora de finalizar.

Tony va en su patineta al lugar en el que se encuentra Rei. Entra por la puerta trasera del lugar para no ser escuchado. Al abrir la puerta escucha una nota musical tan melodiosa que le trae paz y armonía. Tal vez adornar no es tan mala idea si esa es la única forma que hay para que Rei se meta a escondidas al teatro a practicar con el piano. Verla tocar le trae recuerdos, de años atrás.

    - Eso suena bien – elogia Stinson.

Rei se detiene asustada, se voltea para ver quién está detrás de ella. Al ver a Stinson se relaja.

    - Que buen susto me diste – dice aliviada -. Muchas gracias. Aunque me equivoque en varias notas, me hace falta más práctica.

    - No sé de qué hablas, eso sonó perfecto.

    - Ojala lo fuera – dice Rei, sonriendo -. Practicar únicamente con un dibujo no es fácil, tal vez aprenda cuales son las teclas que debo tocar, pero no me permite llevar el tiempo. Necesito un piano de verdad para que esa tonada suene perfecta.

    - Entonces te conseguiré un piano – se apresura en decir Stinson -. Si debo ser un esclavo del concejo estudiantil y adornar el colegio todos los días, con la finalidad de que tu puedas practicar, lo hare.

Rei se siente avergonzada, comúnmente Stinson no suele hablar de ese modo. Recordó la vez que la defendió de Jennifer, esa fue la última vez que hablo con tanta seguridad.

    - Muchas gracias – son las primeras palabras que vienen a su mente -. Pero no es necesario que seas un esclavo, ya conseguiré un piano.

    - Te lo conseguiré – vuelve a repetir Stinson -. Tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero lo conseguiré por ti.

    - No es necesario que te esfuerces tanto – Rei dice esas palabras para que Stinson se calme. Le parece tierno el esfuerzo que él  quiere hacer, pero no lo ve correcto.

    - ¿Podrías volver a tocar como hace rato?

    - Claro.

Rei vuelve a tocar la tonada, pero esta vez no lo hace para ella, lo hace para Stinson. Verlo con los ojos cerrados disfrutando de la melodía la llena de felicidad, lo que hace ella toque con más pasión. Esta vez no se equivoca tanto, ya sabe en que tiempo tocara las teclas, que ritmo debe llevar, pero lo mejor de todo es que esta vez no toca para mejorar, esta vez toca porque ama la música.

    - Te cuento un secreto – dice Stinson mirando a las butacas luego que Rei termina de tocar.

    - Sí, claro – responde insegura.

    - En todos los años que llevo estudiando en este colegio he estado de este lado del teatro en dos ocasiones. Una vez como castigo luego que la profesora Juspeczyk me descubriera saltándome las clases, y la otra fue en mí primer año, el día del fundador. Me toco ser telonero de la mejor espectáculo que hubo ese día, tu acto musical – Stinson mira a Rei. Ambas miradas se interceptan, viéndose a los ojos, Rei ve en los ojos de él admiración -. Me encanto como tocabas, la pasión con la que lo hacías, fue un espectáculo maravilloso. Ese fue el día que me enamore de ti.

Rei queda sin palabras, nunca se imaginó que ese fue el día en el que Stinson se enamoro de ella.

    - ¿Viniste para decirme eso? – pregunta Rei, buscando cambiar la conversación.

    - No. Menos mal que lo dices. Morrison me pidió que te viniera a buscar porque ya tenemos que ir finalizando.

    - Que bueno, ya se hace tarde.

    - Rei – la llama Stinson -. No me rendiré, luchare por ti y por conseguirte ese piano para que puedas practicar. Te lo aseguro.

Rei ve como Stinson toma la delantera para irse del teatro. Las palabras que le dijo hace poco la impresionaron, no había visto ese lado de Stinson.

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