- Necesito que usted y su grupo se reúnan conmigo en la oficina de la profesora Juspeczyk después de clases – fueron las palabras del profesor Vélez a Chester en la mañana antes de comenzar las clases.
Los cinco viejos integrantes, y la nueva integrante del club, se reúnen con el profesor después de clases. Éste los esperaba, junto a la profesora Juspeczyk, en la oficina.
- Veo que tienen a un nuevo integrante – inquiere la profesora.
- Sí, esta chica vio que somos famosos y se nos unió – dice Stinson.
- Ustedes no son famosos, y si lo fueran, no me uní por eso – le responde Beth.
- Por supuesto, fueron otros motivos los que te enCarrollaron al club – Stinson inclina la cabeza en dirección de Chester, él cual cruzaba miradas con el profesor Vélez que lo observa con desaprobación.
Beth queda sin habla, señala con el dedo a Stinson, pero no dice nada, vuelve su atención a la profesora.
- El profesor Vélez y yo les pedimos que vinieran porque tenemos una tarea para ustedes – les informa la profesora -. Se acerca una festividad especial, para algunos, y queremos hacer algo en la institución – la profesora hace una mueca, similar a comer un caramelo acido -. Profesor, siga usted, ya que es el encargado de todo eso.
El profesor Vélez asiente, se dirige a los alumnos.
- El segundo domingo de mayo es el día de las madres, hemos planeado hacer una reunión en conmemoración a éstas grandes mujeres. Su club ha ayudado en otras festividades, esperamos que en ésta vuelvan a ayudar.
- Sabe que lo hacemos sin ningún problema – interviene Morrison -. ¿Por qué tanta formalidad?
- A diferencia de las otras fiestas, ésta será el mismo domingo, su día libre – informa el profesor.
- Wow, wow, wow, wow, wow – repite una y otra vez Stinson -. ¿Venir al colegio un día domingo? Wow, wow, wow.
- Si no pueden se lo dejaremos al concejo estudiantil – gruñe la profesora, enfatizando su mueca.
- Pero antes – interviene el profesor -, queríamos saber si ustedes podían hacerlo, ya que han hecho tan buen trabajo.
- En realidad queremos a la joven Alemán, tiene buenas manos para la decoración. Los demás sólo obedecen sus indicaciones.
- Porque son un club unido – comenta el profesor -. Y ahora que se les unió la joven Mcgregor, harán un mejor trabajo.
- No tenemos problemas en ayudarlos – dice Morrison -. Nosotros nos comprometidos a prestar una ayuda a quién la necesite.
- ¡Perfecto! Esa es la actitud – exclama el profesor -. Yo les daré las indicaciones de todo el proyecto.
- ¿Usted? – pregunta Chester.
- Sí, yo.
- ¿Acaso usted es madre? – le pregunta Stinson -. Usted debería estar encargado del día del padre, aunque no creo que lleguemos a eso, y del día de las madres debería estar encargada – Rei se apresura en mirar a Stinson y negar con la cabeza. Morrison le clava una mirada severa para que se callé. Stinson se detiene al ver la mirada asesina de la profesora -, este, ustedes saben. Soy un poco conversador. Bueno, creo que ya entendimos lo que tenemos que hacer. Nos vemos luego.
Los chicos se apresuran a salir de la oficina, caminando lejos lo más rápido posible.
- Casi mueres – le dice Morrison a Stinson bajando las escaleras.
- No sé qué hice.
- Por poco mencionas lo que nadie debe mencionar – interviene Rei.
- ¿Es qué no notaste la hostilidad de la profesora? – pregunta Morrison al llegar al descanso.
- Siempre es hostil – responde.
- Bueno, sí. Pero esta vez estaba peor.
- ¿A que se debe? – pregunta Chester.
- Es demasiado obvio – inquiere Morrison -. Día de las madres. Ella hostil. El profesor Vélez encargado de esa festividad.
- ¡Aahh! Ok – contesta Chester.
- No entendiste, ¿verdad? – lo interroga Rei. Chester niega con la cabeza -. La profesora no tiene hijos.
Chester asiente, asimilando la información.
- Debe pasarla mal en las reuniones de padres e hijos – bromea.
- Debe pasarla muy mal, creí que me mataría con esa mirada que me clavó – Stinson se toca el pecho al recordarlo.
- Pobre mujer – susurra Alemán.
Beth sostiene la puerta dando paso a los demás, excepto a Stinson, al cual le cierra la puerta en la cara.
- ¿Entonces vendremos el domingo? – les pregunta a sus compañeros.
- Es una buena oportunidad para que ganemos puntos con los profesores – le responde Morrison -. Entre más nos quieran, más oportunidades de estar cerca del piano – pone su mano sobre el hombro de Rei, ella le sonríe.
- Siempre agradezco cuando es viernes por la tarde y deseo que nunca llegue el lunes para no tener que volver al colegio – dice Stinson luego de alcanzar a sus compañeros -, ahora debo venir un domingo. Que dicha.
- Sí. Estamos renunciando al único día libre que tenemos – murmura Chester -. Además de otras cosas más.
Rei lo mira, ella sabe por qué Chester dice esas palabras.
- Yo…
- No te preocupes – la interrumpe Chester -. Iniciamos el club para ayudarte, no tengo inconvenientes con renunciar a mi día libre por una buena causa – muestra esa sonrisa que lo caracteriza.
- Chester.
- Yo también estoy dispuesto a sacrificarme por ti – Stinson la toma de la mano, mirándola como si sus ojos brillaran.
- Gracias – dice ella soltándose.
El grupo se separa en la entrada, cada uno tomando su camino a casa.
ESTÁS LEYENDO
Dibujando Sonrisas
Novela JuvenilRei es una adolescente que esta por empezar su primer año de bachillerato, preparándose para los retos que éste trae, la presión de los profesores, el odio de algunos compañeros de clases, y el control de sus padres. Todo cambiara cuando conozco al...