Capitulo 1

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Las nubes grises abarcaban el cielo, las calles estaban bañadas por la lluvia, las gotas de agua caían de las hojas de los arboles. El clima es frio, en el aire se siente un viento gélido. La llanta del carro le pasa por encima a uno de los charcos de agua que hay en la calle, salpicando la acera. Esto le provoca curiosidad a Rei, preguntándose como reaccionaria una persona al ser bañado con esa agua sucia y con el frio que hace esta mañana.

Rei observaba la calle a través de la ventana del carro, le interesaba más lo que estaba allá afuera que ver lo que se encontraba adentro. Sabia que en el carro no encontraría lo que quería, aunque solo había un problema, ella no esta segura de que es lo que quiere.

    - ¿Me estas escuchando?

Rei reacciona, recordando que no esta sola.

    - No – responde sinceramente - ¿Qué me decías, mamá?

    - Estos niños siempre en la luna – farfulla -. Te pregunte ¿lista para empezar un nuevo año escolar?

    - Normal – responde la chica sin querer darle importancia al asunto.

    - ¿Normal? – Rei voltea la mirada, sabe a donde ira su madre -. Este es tu primer año de bachillerato, aquí comienza una etapa de adultez. Luego que termines estos tres años saldrás preparada para la universidad. ¿Aun así te parece normal?

    - Primero debo salir de este primer día de clases para más tarde pensar en la universidad – dice Rei, haciendo un esfuerzo para que sus palabras no sean ofensivas.

    - Mucho cuidado como respondes, soy tu madre.

    - Disculpa.

Ambas guardan silencio, la señora sigue manejando y Rei vuelve a ver por la ventana. No le importaba que la regañaran, le interesaba no tener que continuar con esa conversación tan incomoda.

Por lo que se podía ver, el sol no saldría hasta más tarde. Aquello le alegraba a Rei, ese día merecía estar oscuro y frio en vez de iluminado y cálido. Así deben iniciar todos los primeros días de clases, en representación de la tragedia juvenil, el fin de sus vacaciones y dando paso a la locura estudiantil.

El carro se detiene, a tan solo unos metros se ve el colegio.

    - Por fin llego este día – anuncia su madre -. No sabes cuanto lo espere, las veces que lo soñé. Estoy tan feliz – comenta con alegría al borde de derramar las lagrimas -. Espero grandes cosas de ti.

    - Lo sé, mamá. No te decepcionare.

    - Así se habla. Ten un buen día.

Rei se baja del carro, cierra la puerta dedicándole una sonrisa a su madre para poder irse rápido. Camina sin darse la vuelta, sin mirar a los lados, sentía unas ganas de vomitar, siempre sucedía cada vez que hablaba ese tipo de temas con su madre. Aunque ella los evitara, su madre rebuscaba la manera de llevarlos a la mesa, dejando incomoda a Rei.

    - Buenos días.

Tan metida en su disgusto y su mirada en el suelo, que no vio al portero, éste la saluda por educación, pero a la vez con intenciones de expresar de manera indirecta que Rei esta siendo maleducada.

    - Buenos días – le regresa el saludo, junto a una sonrisa forzada.

La chica continúa su camino, esta vez viendo por donde iba, para evitar otro inconveniente como el que acababa de ocurrir. Sabia que no podía pasar desapercibida, ignorar al personal del colegio como si nada, no podía. Eso aumentaba más sus ganas de vomitar, las clases aun no iniciaban y ella ya quería irse del lugar, escapar del colegio y ser libre.

Se dirige al baño para liberarse de la sensación que la molesta, al entrar se alegra de que estén vacios. Se ve al espejo, veía en ella algo que no le gustaba; no tenía ojeras, lagañas, dientes torcidos, el cabello bien arreglado, aun así algo la incomoda, que le causa desagrado al verse en el espejo.

A fuera se escucha el timbre que da inicio al año escolar, así comenzaba el primer días de clases, sintiéndose mal con sigo misma, con una sensación perturbadora.

Debía salir del baño, buscar su sección, hacer una formación, recibir los indicativos de este año escolar, y después de toda una charla, no muy motivadora e interesante, podría ir a su nuevo salón. Camina hacia la puerta, pero sus ganas de vomitar la detienen. Da media vuelta y se encierra en uno de los cubículos. Espera unos minutos al profesor encargado de cerciorarse que ningún alumno se esconda. Trabajo que hacia fatal, Rei solo levanta sus pies para que no se vean por debajo de la puerta. Espera dos minutos y sale del baño.

Para alegría de ella las escaleras se encuentran justo a lado del baño, las sube rápidamente mientras ve a lo lejos a los alumnos haciendo la formación. No necesitaba reunirse con ellos, ya sabia cual es su sección y salón. Por ahora quería escapar de ellos. Antes de llegar al siguiente piso daba un pequeño vistazo para no ser descubierta por algún profesor.

Sus ganas de escapar la llevan a la azotea, desde ahí puede ver todo el patio central. Ve a los alumnos unos detrás de otros, a los profesores viéndolos desde un podio como si fuesen carceleros. Pero ve algo que va más allá, ve a los alumnos iguales, todos parecidos, personas sin alma siendo controladas por alguien más. De ahí es que vengan sus ganas de vomitar.


Dibujando SonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora