Capítulo 23

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Al finalizar su reunión, los cinco jóvenes salen del salón para irse del lugar. Morrison cierra el salón y se guarda la llave en su bolsillo.

    - ¿Te permiten quedarte con la llave? – pregunta Chester.

    - Sí, creo que si – responde Morrison, dubitativo.

    - Entonces te puedes meter al colegio cada vez que quieras – dice Stinson.

    - Esta llave sirve para abrir la puerta del salón, no es una llave maestra para abrir todas las puertas del colegio – dice Morrison.

    - No creo que alguien quiera entrar al colegio, sólo salir de él – interviene Alemán.

Los tres varones se giran hacia ella, unísonos le dan la razón y asienten.

    - Hay alguien en la cancha de futbol – informa Rei.

Sus compañeros se dan vuelta para verla, de pie junto a la ventana, viendo hacia afuera. Se acercan a la ventana, efectivamente, alguien se encuentra en la cancha practicando tiros libres.

    - ¿Qué creen qué esté haciendo? – pregunta Morrison.

    - Yo creía que quedaba en claro que está practicando tiros libres, pero ya veo que no – se burla Stinson.

    - No seas idiota – chilla Morrison -. Me refiero a por qué se queda hasta tarde practicando cuando el equipo de futbol ya se fue.

    - Por la misma razón por la que Rei estudia en su casa después de clases – interviene Chester.

    - ¿Por qué sus padres la obligan? – dice Stinson.

    - ¿Por qué los profesores la presionan para que estudie más? – dice Morrison.

    - ¡Oigan, estoy aquí!

    - No, no es eso. El chiste se fue por otro lado – dice Chester -. Es para mejorar más, y ser mejor que sus compañeros.

Sus compañeros asienten, le dan la razón en eso. Aun así Rei los mira con enojo.

    - Deberíamos ir a molestarlo un rato – sugiere Stinson.

    - ¿Para qué haríamos eso? – le pregunta Morrison.

    - Para sacarle información – dice mientras avanza -. Tal vez nos pueda dar un consejo.

    - No creo que sea buena idea.

    - No ceo que sea peor que el video – bromeo Chester, dándole una palmada en la espalda a Morrison.

    - Chester tiene razón – dice Rei, yendo detrás de los dos chicos.

Morrison mira a Alemán, ésta se encoge de hombros y va con los demás. Morrison resopla y se apresura en alcanzar a los demás.

El colegio parece abandonado, cuando bajan las escaleras ven a tres estudiantes rondando por ahí. En el patio central se encuentra ese chico practicando con el balón. Por la gran mancha de sudor en su espalda se nota que lleva bastante tiempo practicando. El club Dibujando Sonrisas se acercan a él para conversar.

    - Hola, ¿que tal? – saluda amistosamente Morrison.

El chico se detiene antes de patear el balón, se voltea algo sorprendido, al ver a los chicos detrás de él hace un gesto confuso.

    - Hola – saluda, dudando.

    - Somos el club de Dibujando Sonrisas – le informa Morrison -. Ella es Rei, la otra chica es Ela, el cabeza de zanahoria es Tony, el chico de la sonrisa es Chester, y yo soy…

    - ¡Te conozco! – exclama Stinson -. Eres uno de los chicos que reclute. Creo te llamas algo así como Timothy.

    - Cerca. Todos me llaman Thiago – corrige el chico -. Creo que también te recuerdo, ¿eres el que se acerco a mí corriendo y me pidió que se uniera a su club?

    - Suena a algo que haría Stinson – dice Morrison.

    - Lo mismo que hizo con Ela – dice Rei.

     - Tal vez por eso casi nadie se unió al club – comenta Chester.

Stinson mira a los dos chicos con rencilla.

     - Si te soy sincero me asuste y por eso rechace la oferta, no sabia qué me pasaría si lo rechazaba – confiesa Thiago.

    - Sí, cualquiera se asusta, pero con el tiempo te acostumbras a él – bromea Morrison. Todos comparten una risa grata -. ¿Podemos saber por qué te quedas hasta tarde practicando?

    - La otra razón por la que lo rechace es porque me quería unir al club de futbol, en secundaria jugaba muy bien y por eso me gane una beca aquí.

    - ¿Qué posición juegas? – pregunta Stinson.

    - Mediocampo ofensivo.

    - Déjame adivinar, te quedas entrenando hasta tarde buscando mejorar ya que no puedes jugar porque tu posición es ocupada por Bastian.

    - En parte sí. El es titular y yo apenas banca – admite Thiago.

    - Nadas contra la corriente – le dice Stinson.

    - ¡Stinson! Se gentil.

    - No estoy siendo grosero. El equipo de futbol está controlado por Reinaldo, él decide quién juega. Deberás destacar mucho y encantarle a la fanaticada o lesionar a uno de los jugadores titulares.

    - Tony, estás siendo grosero – le dice Rei -. Discúlpate.

    - No, tranquila – la detiene Thiago -. La temporada va por la mitad, apenas he jugado dos partidos y he destacado poco, ya sé cómo funciona el equipo. No juego casi porque Bastian es titular en mi posición, la otra razón por la que no juego es porque sufro de asma, no rindo lo suficiente.

    - Por eso te entrenas en lo que dominas para sobresalir – dice Chester, con una sonrisa.

    - Sí.

    - Sigue así. Todos tenemos talentos, pero los perfeccionamos practicando una, y una, y una, y una, y otra vez – Chester comparte su sonrisa con Rei -. Invítanos a tu próximo juego, te iremos a apoyar.

    - Gritaremos tu nombre desde las gradas para que te metan a la cancha – dice Stinson.

    - Muchas gracias.

    - Fue un placer conocerte, te dejamos para que continúes con tu práctica.

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