Capitulo 15

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    - ¿Sigues preocupada por él? – pregunta Chester.

    - Hoy no vino a clases – responde Rei -. Me siento algo mal por él.

    - Stinson aseguro que estaría bien – dice Chester -, incluso vi que te sonríe antes de irse.

Rei oculta su rostro con su mochila, un suspiro largo y profundo se escucha.

    - Cuando me siento como tú en momentos como estos, me pongo a dibujar, eso siempre me ayuda – dice Chester.

Rei se destapa la cara.

    - ¿Alguna vez te deprimes? – pregunta Rei, confusa -. No tengo ánimos de nada. Esta es la primera vez que me siento mal por rechazar a Tony – se lamenta Rei.

    - Entiendo un poco la situación – dice Chester -. Después de todo, él te defendió de esas chicas. Mucho mejor de como lo pude hacer yo.

Rei vuelve a ocultarse, sintiéndose aun más dolida.

    - ¡Aaaaahhhh! – chilla Rei -. Quiero desaparecer. No soy capaz de volverle a ver la cara.

    - Eso será imposible – comenta Chester -. No serás capaz de faltar a los últimos exámenes que nos quedan, y debes verlo cuando nos reunamos en el club.

    - ¿Puedo ser sincera contigo? – Rei gira su cabeza para hablar mejor.

    - Claro.

    - Creo que ya no quiero continuar con lo del club – admite Rei -. Debido a los exámenes no he practicado más; tú quieres iniciar el club para quedarnos después de clases y escabullirnos en el teatro y usar el piano – Rei hace una pausa esperando que Chester diga algo. Pero no lo hace, así que continua -. Acabo de herir a Tony y por ello no asistió a clases, no soy capaz de estar con él y actuar como si nada hubiese pasado. Lo mejor es olvidar lo del club.

Rei levanta la cabeza, Chester no la esta viendo. Eso la hace sentir un poco mal, pensando que su comentario lo molesto.

    - ¿Conoces el parque Cucho? – pregunta Chester -. El metro te deja a una cuadra de él.

    - Si, lo conozco – confirma Rei -. ¿Por qué lo preguntas?

    - Encontrémonos este domingo ahí – dice Chester -. Es un buen lugar para charlar.


Rei les dijo a sus padres que saldría a caminar, ellos querían que su hermano la acompañara, pero ella les dijo que quería caminar sola para despejar su mente después de haber estudiado tanto. Ellos dudaron, pero cedieron al final. Tenia tiempo que no salía sin la supervisión de alguien, extrañaba esa sensación de libertad.

Llego al parque a la hora acordada, Chester le dijo que la esperaría en la estatua que esta en el centro del parque. Efectivamente, ahí estaba, pero no se encontraba solo. Unas personas lo observaban mientras el dibujaba a una señora sentada en un banquito. Luego de unos minutos la mujer se levanta, Chester le entrega el retrato y la mujer se va con sus amigos.

    - No sabia que eras un artista callejero – dice Rei, viendo una caja con algunos billetes -. ¿Vienes muy seguido?

    - Vengo a este lugar todos los domingos desde que comenzamos las clases – responde Chester.

    - Supongo que esto ya se volvió un trabajo.

    - No, para nada – dice Chester -. Ya tengo un trabajo, esto lo hago por pasión, porque lo amo.

    - Aun así cobras por hacer lo que te apasiona – inquiere Rei -. Eso es trabajo.

    - Nunca esta demás cobrar por lo que eres bueno haciendo – admite el chico, sonriéndolo pícaramente -. A pesar de que cobre, esto lo hago por amor. Disfruto dibujar a las personas, y amo ver esa cara de asombro cuando les muestro mi arte terminado – Chester amplia su sonrisa.

    - Se nota que amas lo que haces – dice Rei, escondiéndose entre sus rodillas.

    - Claro que lo amo – confiesa Chester -. He dedicado la mitad de mi vida a dibujar, es a lo que me quiero dedicar cuando me gradué. Me he planteado esa meta desde que aprendí a dibujar rostros.

Rei se siente rara, aunque a simple vista Chester parece un chico despreocupado y sin planes a futuro, en realidad ya tiene planeado lo que quiere. Rei se le queda viendo.

    - Chester – el chico se gira -. Es asombroso que ya sepas a que te dedicaras, pero... – Rei no sabe como continuar -. No quiero ser negativa, pero en este país el arte no es muy rentable – Chester se le queda viendo, su sonrisa desaparece -. No me mires así. Obvio que hay universidades en las que puedes estudiar arte, pero para conseguir trabajo tendrás problemas. Perdóname, no quiero arruinar tu sueño.

    - No te preocupes, Rei – dice Chester, sonriéndole -. Eso lo sé, es por eso que cuando termine el bachillerato me iré del país.

Rei queda helada, no se esperaba algo como eso.

    - Ya alguien me había advertido de las consecuencias de querer ser artista – Chester agarra la caja con billetes -. Aquí se encuentra mi oportunidad de irme. Cobro por lo que amo hacer para poder mejorar y llegar más lejos.

Rei se siente avergonzada, a ella le daban la oportunidad de volver a realizar lo que ama y pensaba rechazarla, mientras que Chester, a pesar que tiene menos posibilidades de progresar en lo que ama, no se rinde.

    - ¿Me pediste que viniera solo para darme una lección? – pregunta Rei.

    - ¡Oh, no! Te pedí que vinieras para que me colaboraras con mi sueño – bromea Chester poniéndole cerca la caja.

Ambos ríen.

    - Deje de practicar desde hace una semana y media – confiesa Rei, luego de parar de reír.

    - Si no dibujo por un día yo lo notare, esa es la razón por la que dibujo todos los días – dice Chester -. Mi miedo es perder mi estilo, decaer y en vez de mejorar, empeorar. Cuando tocaste para mi los primeros días de clases lo hiciste bien, a pesar del tiempo que tenias sin practicar. Estoy seguro que ya habrás mejorado, pero solo tú lo sabes. No te rindas.

Rei sonríe, sintiéndose segura.

    - ¿Crees que podre mejorar a pesar de no practicar todos los días? – pregunta Rei.

    - Ahí viene el sol, y yo digo: todo está bien – dice sonriendo.

Rei no entiendo, pero aun así le sonríe junto a Chester.

Dibujando SonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora