Capítulo 54

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    - Aquí es – anuncia -. Éste es el lugar que quería mostrarles a todos.

    - No entiendo que tiene de especial este lugar, sonrisas locas. Es la azotea del colegio.

Chester lo mira con gracia.

    - Es más, podrían regañarnos por estar aquí – advierte Morrison.

    - No quiero meterme en problemas, no en el último día – dice Alemán.

    - No tendrán ningún problema – les asegura Chester -. Los profesores están ocupados despidiéndose de todos.

    - Eso sí, aunque nosotros nos vamos de vacaciones ellos siguen teniendo trabajo – afirma Beth.

Chester se pasea por el borde de la azotea.

    - ¿Podrías no hacer eso? – le pide Rei -. Me da escalofríos.

    - Lo siento, es que desde acá la vista es hermosa.

    - Es la misma que se ve desde aquí, no es necesario ir tan allá.

    - ¿Le tienes miedo a las alturas, Rei? – pregunta Beth.

    - ¿Qué? No. Es – Rei se sonroja -. ¿Chester que querías mostrarnos?

Chester afirma, recordando la razón por la que los había llevado a ese lugar. De su mochila saca su libreta de dibujos.

    - ¿Recuerdan este dibujo? – les pregunta enseñándoles el dibujo donde está todo el colegio.

    - Sí.

    - No – responde Beth.

Chester la señala, recordando que ella no estuvo con ellos a finales del lapso pasado.

    - Este dibujo lo hice el primer día de clases, desde acá se ve nuestro salón, el patio central, aquellos salones, el comedor, ¡miren allá! – señala a unas ventanas -. Ahí fue donde vi a lo que ustedes llaman el conserje ahogado...

    - ¿El conserje ahogado? – repite Beth, incrédula.

    - ... se suponía que era lo principal que averiguaríamos este lapso – continuando sin escuchar a Beth -, será para el año que viene – dice sin mucha importancia -. A lo que vine. Quería que todos vieran lo que yo vi el primer día de clases.

    - ¿Qué viste? – pregunta Stinson.

    - Esto... - Chester abre sus brazos mostrando todo el colegio.

Los chicos, que no logran comprender, se acercan un poco para ver qué es lo que Chester quiere mostrarles. Ciertamente tenia razón, desde ahí los sus amigos logran apreciar esa gran vista que les regala la azotea, una nueva imagen del colegio, no un colegio monocromático, mayormente visto como una prisión que como un lugar de aprendizaje.

    - Cuando llegué a este colegio, llegué siendo un desconocido – dice Chester -, sin saber nada, sin amigos, siendo un don nadie, sí,  así se podría decir – Chester se da vuelta para ver el colegio -. Pero al estar aquí ese primer día, supe que conseguiría grandes logros, hoy, en el ultimo día de clases, me doy cuenta que lo he conseguido.

Sus amigos lo ven sonreír al colegio, no es su habitual sonrisa, esta sonrisa es distinta a las demás, es más triunfante.

    - Hoy me voy rodeado de amigos, siempre se me hizo difícil porque desde pequeño me ha tocado trabajar  – agrega -. Lleno de planes a futuro, nuevas metas y logros por alcanzar. Si pudiera hacer que los días duraran para siempre. Si las palabras pudieran convertir los deseos en realidad, guardaría cada día como un tesoro...

Dibujando SonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora