Let's Begin With a Forever. (Ian Somerhalder)

Capítulo 14

-Abuela –dije sonriendo mientras el daba un gran abrazo a mi abuela-
-Cariño, como has crecido, estas más delgada Mila estas comiendo bien? –Sonreí divertida-
-Si estoy bien abuela –dije divertida-

Habían pasado aproximadamente 2 semanas desde que Ian se había ido de viaje, hablábamos constantemente, pero aun no tenia fecha de regreso, vine una semana antes de mi gran presentación en Paris con mis abuelos, necesitaba relajarme y estar tranquila era estresante tener que lidiar con todo y todos en estos días… Amy y Louis vendrían en 3 días quería que estuviera sola con mis abuelos unos días, salí y ahí estaba esa vista que tanto amaba, me abrace a mí misma, tome mi celular y tome una foto se la enviaría a Ian.

Para: Ian Somerhalder 
De: Tu chica que te extraña.
Asunto: Eh llegado.

Pediste que te digiera cuando llegara ya lo eh hecho… Desearía que estuvieras aquí conmigo, mira la fotografía la vista es genial… Cuídate, te extraño. 

Mila Vilani
Presidenta de Vilani Unique Style.
(…)

Odiaba estar tan lejos de Mila, no debí besarla ahora necesitaba hacerlo a cada segundo del día. Me habían comentado que mi niña había sido vendida, por esa razón me encontraba en esta parte del planeta. Odiaba la forma en que Kira había trabajado. Por lo que hoy la “compraría”. Estaba seguro de que ella estaba aquí, algo me lo decía. 
Estaba dentro del gran edificio, uno grande empedrado. Me llegó un correo de Mila y lo respondí corto.

Para: Mila
De: Ian
Asunto: Mal momento. 

Te veré pronto. 

Ian Somerhalder
Presidente de Green Somerhalder Arts Corp.
(…)

Desde que te fuiste nunca es un buen momento, lo escribí pero decidí no enviarlo que ganaba, yo me había metido en eso, pero era tener su amor el cual no eh visto ni una sola vez o su odio, me puse una chaleco, el tiempo estaba frio, fui a caminar por la plaza, sonreí al recordar mi infancia con mi hermano, le extrañaba pero escribirle y llamarle era una pérdida de tiempo nunca contestaba… Me senté en una banca frente al parque y volví a mirar mi teléfono nada, era frustrante sentir que perdía sin haber tenido al chico que amaba.
(…)

Entré a la casa. Esto parecía ser un orfanato ruso. Todo estaba horriblemente decorado en piedra y gris. Esto se caería en pedazos. Caminé hacia donde estaba el recibidor, les dije que necesitaba comprar a una niña, lo necesitaba ahora. Le mostré una cantidad obscena de dinero y luego me encaminé hacia donde él tenía el “menú”. 
-¿edad? –preguntaron. Yo levanté una ceja.
-Cuatro –respondí con la garganta echa un nudo. Él me guio a un catálogo. 
-¿Piel?

- Como la mía –respondí y le miré fijamente. Si mis contactos no me habían estafado, y espero que no porque los mandaría a sufrir a todos, mi hija estaba aquí, había tardado dos años. Dos largos años en poder llegar a este orfanato.
- Hay una niña, juraría que es su hija. Sus ojos son idénticos –mencionó, me mostró una foto y sentí que la sangre desaparecía de mi cara, definitivamente era ella. 
- La quiero –respondí estoicamente. 
(…)

No sé en qué momento empecé a llorar cuando sentí que una pequeña mano me entregaba un pañuelo, lo tome y luego me encontré con una pequeña niña de unos 5 años sonriéndome

-Hola –limpie mi nariz- Gracias. –Le dedique una sonrisa-
-Las chicas bonitas no pueden llorar –dijo sonriendo- mi mami siempre dice eso –se sentó a mi lado-
-Tu mama es muy sabia –dije sonriendo- Soy Mila ¿como te llamas?
-Soy Alicia –dijo la pequeña con una gran sonrisa-

Me quede un largo rato hablando con la pequeña Ali, era realmente tierna, luego me hizo recordar a la historia de Ian con Izzy… Ali sería un año mayor que ella, era extraño sentir un dolor por una persona que no conocía, pero sentía que le quería… Con Ali le invite a un helado y nos juntamos con su abuela, les fui a dejar a casa y luego regrese a la mía, cene con mis abuelos y subí a mi vieja habitación, me senté en el sofá junto a la ventana y estaba estresada, con mucho trabajo y lo único que quería hacer era estar con Ian.
(…)

El me llevó a un cuarto donde ella se encontraba, para mi mal gusto este era realmente pequeño y patético. Apreté los puños y luego de entregarle la otra cantidad obscena, caminé hacia la cora, al abrirla, noté a la pequeña, quien tenía el cabello a ambos lados de la cara, mirando el suelo y con el pie esposado en la cama.