03.

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-¡Grace Hamilton! ¡Es la última vez que te hablo para que bajes, no me obligues a llevarte a rastras hasta el auto!-

Largué un grito acompañado de un suspiro de frustración y le conteste a los gritos furiosos de mi madre -Estoy cerrando mi maleta, en menos de un minuto bajo- intenté con todo mi esfuerzo responderle sin gritar, después de todo, es mi mamá.

Con todas mis fuerzas tomé de los extremos de mi maleta y la deje caer en el suelo, y ¡vaya!, si que pesaba.

Levanté la agarradera de la misma y la llevé arrastrando.

-Pensé que nunca bajarías, ¡vamos! Que perderemos el vuelo- puse los ojos en blanco y asentí.

Ambas caminamos hacia el auto prestado y subimos el equipaje al mismo, listas para dejar Vancouver y nuestra vieja vida atrás.

Antes de salir para siempre de la casa, suspiré recordando cada momento que viví dentro. Casi pude sentir una lágrima resbalándose por mi mejilla.

Volví a suspirar por última vez y cerré la puerta de mi viejo hogar.

Mi mamá me brindo una sonrisa reconfortante -Será un mejor cambio Grace, ya verás-.

Hice una mueca en un intento fallido de sonreír -Eso espero- dije en voz baja.

-Pasajeros del vuelo 2507 con destino a Atlanta, Georgia, favor de comenzar a abordar por la puerta 8-. Suspiré por enésima vez en el día, el vuelo sería algo largo, tendría tiempo para pensar en las cosas nuevas que me esperaban.

Nos levantamos y comenzamos a abordar, dentro de mi sentía nervios, muchos nervios.

Una vez dentro, tomé mis auriculares, me los coloqué con música a todo volumen y recargué mi peso hacia atrás en el asiento del avión.

Cerré mis ojos esperando poder caer en un profundo sueño que me salvara de mi miseria.

Estaba caminando por un angosto pasillo, con paredes pintadas de blanco con dos rayas azules a la mitad de las mismas, y taquillas color amarillas, llevaba mis brazos rodeando libros de Biología, Música y Literatura.

Había pequeños letreros de talleres y actividades extra curriculares, por lo visto, esto era una escuela.

Fruncí el ceño al no saber exactamente en donde me encontraba, estaba tan nerviosa y dentro de mis pensamientos que sin darme cuenta, choqué con alguien haciendo que mis cuadernos se resbalarán de mis brazos.

El chico, que no pude ver su cara, se agachó a recogerlos del suelo y me los entregó en mis manos.

-Gracias- le sonreí.

Levantó su rostro hacia mi y ahí fue cuando pude ver quien era.

Era Chandler.

Sentí como me movían de lado a lado intentando despertarme -Grace, despierta- escuché a mi madre. Comencé a abrir mis ojos de poco a poco -Hemos llegado-.

Me estiré sobre mi asiento y largué un bostezo, me esperaba una nueva vida y no me sentía preparada.

Habíamos finalmente llegado a nuestro nuevo hogar del que sin duda, me enamoré, la casa era aún más grande, y tenía un paisaje hermoso.

-Mañana irás a tu nueva escuela, ¿cómo te sientes al respecto?- preguntó mamá mientras sostenía un guisante en su tenedor.

Suspiré -Algo nerviosa, supongo- jugueteé con mis dedos para después tomar mis cubiertos y comenzar a cenar.

Mi madre me brindó una ligera sonrisa -Te deseo mucha suerte hija- asentí y le agradecí.

-Gracias por la cena mamá- y subí a mi cuarto.

-

Comencé a caminar por el pasillo de mi nueva escuela en busca de la dirección donde recibiría mi horario y toda la información necesaria.

Hoy me había comprometido en levantarme lo más temprano posible, era mi primer día de clases y no me agradaba la idea de dar una mala impresión.

Con mis nudillos toqué la puerta de la oficina unas dos veces y me recibió una mujer que probablemente sería la secretaria.

Su cara de desagrado cambió en una expresión de sorpresa al verme -¡Oh!- exclamó. -¡Tu debes ser la nueva!, Grace Hamilton, ¿cierto?- asentí con una sonrisa en mi rostro.

Quería irradiar energía positiva y así tener amigos más rápido. Aunque no fuese muy buena haciendo lo último.

Posó su mano en mi espalda incitándome a entrar a la oficina.

Me extendió un sobre con muchos papeles dentro, del cual sacó únicamente dos.

-Tendrás que llenar toda la información que se presenta aquí y podrás retirarte de inmediato- y así lo hice.

Salí de aquella oficina y volví a recorrer todo el pasillo hasta llegar a mi aula de clases.

Estaba observando todo mi alrededor que ni atención puse en mi camino, ocasionando que me golpeara contra alguien y mis libros se cayeran al suelo.

-¡Oh Dios! Que estúpida, lo lamento- me puse de cuclillas para recogerlos.

Seguramente me había sonrojado, no era tan extrovertida como me gustaría serlo.

El chico con el que había casi tropezado me extendió los libros y ahí pude ver su rostro, sin duda se me hacia conocido.

-Si, no pasa nada- me sonrió. -¿A que clase vas?- preguntó.

Metí un mechón de cabello detrás de mi oreja y lamí mis labios -Voy a Biología, ¿tu?-.

Su sonrisa se agrandó aún más -¡Que suerte! Me toca igual, ¿eres nueva? no creo haberte visto antes- levantó una ceja.

Asentí y esbocé una ligera sonrisa -Bien, ¿cuál es tu nombre chica nueva?- levantó una ceja.

Miré al suelo y contesté -Soy Grace Hamilton, un gusto- le extendí la mano para que la tomara y así lo hizo.

Dreams; Chandler Riggs (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora