Durante toda la semana, Inma había tratado a Raúl como siempre lohabía hecho, con excepción del último mes. Tenía que reconocer quedespués de la noche que él durmió en su casa se había sentido másinclinada a ser amable y a buscar su compañía y no dejar que fuera élquien siempre fuera tras ella. Pero después de que se enrollara con Alba,había dado marcha atrás, y aunque no le rehuía, tampoco propiciaba susencuentros ni sus charlas. Limitaba su relación a lo indispensable, ysiempre en guardia, firmemente decidida a que no se volviera a abrircamino ni en su afecto ni en su perdón. Durante las clases de la mañana delviernes había estado muy pendiente de si él quedaba con Alba. Ella teníaque estudiar, no podía permitirse el lujo de pasar toda la noche en la calle,y estar cansada por la mañana, pero sabía que si se quedaba en su casatampoco iba a poder concentrarse sin saber si Raúl salía con la pandilla ose iba con Alba.Cuando las clases terminaron, su corazón se paralizó al darse cuenta deque la chica se acercaba a Raúl y no pudo evitar quedarse un pocorezagada para ver si escuchaba la conversación.-¿Vas a salir esta noche? -le preguntó ella.-Sí, supongo.-Podemos quedar, si te parece.-Mira, Alba. Ya dejamos claro el sábado pasado que lo que ocurrió noiba a volver a repetirse.-Ya lo sé, pero bueno... quizá hayas cambiado de opinión-No he cambiado de opinión. Lo que pasó fue un error. Yo estaba muyborracho y tú también. No quiero que te sientas ofendida, estuvo bien,pero... pero yo estoy enamorado de otra y ya lo jodí bastante con lo quepasó. Lo siento si te has hecho ilusiones, pero... no puede ser.-Está bien, como quieras.Inma apresuró el paso en dirección contraria antes de que Raúl se dieracuenta de que había escuchado.Aquella noche se reunieron para cenar y después decidieron entrar enuna discoteca.-Yo creo que me voy a ir a casa -dijo Inma después de la cena-. Nopuedo quedarme toda la noche, ando muy retrasada con el examen deDerecho Constitucional, y si me quedo mucho rato mañana no me podrélevantar temprano para estudiar.-No te preocupes, entra y quédate solo el tiempo que quieras. Luego,cuando decidas marcharte, yo te acompaño a casa -dijo Raúl, que sehabía sentado a su lado en la cena y había permanecido en silencio.-No quiero cortarte la noche por la mitad.-No me cortas nada. Será un placer acompañarte, si todavía quieresque lo haga, claro.-¿Por qué no habría de querer?Fran y Susana se despidieron y se marcharon, pretextando que Merchesalía esa noche y les dejaba la casa para ellos y todos los demás entraronen la discoteca.Inma sentía los esfuerzos de Raúl para acercarse a ella y permanecer asu lado pese a su indiferencia, pero ella se integró en el grupo sin darleoportunidad de entablar una conversación a solas. De hecho, no se habíanvisto ni habían vuelto a hablar a solas desde el domingo anterior. Aun así,sabía que la ocasión surgiría cuando él la acompañara aquella noche, peroestaba preparada para afrontarlo.A la una y media ya estaba harta de discoteca, pero no quiso decir nadapara permitirle a él seguir allí un rato más. Fue al baño y al regresar no seunió al resto que bailaba, sino que pidió un refresco y se apoyó en lapared a tomarlo, confiando en que Raúl no se diera cuenta. Pero él habíaestado pendiente, y en cuanto la vio, se acercó.-Pareces cansada.-Lo estoy. Ha sido una semana dura. Los profesores están apretandocon el temario antes de las vacaciones de Navidad y he encontrado untrabajo por horas tres noches a la semana.-¿Un trabajo por las noches?-Sí. Mi vecina de arriba, una señora mayor, se ha partido la cadera ydebe guardar cama. Los hijos se turnan para quedarse con ella de noche.Pero uno de ellos no puede o no quiere, y me paga a mí para que ocupe sulugar. Los martes, jueves y domingos paso las noches en su casa y meocupo de darle la cena, la ayudo a acostarse y le hago compañía. Nadacomplicado, y la señora es muy educada y agradable. Pero tiene el sueñoligero como todos los ancianos y me llama varias veces en la noche paraque le dé agua o le ayude a cambiar de postura. Yo lo que hago esaprovechar para estudiar.-¿Y no descansas?-Duermo un rato por las tardes. De todas maneras yo siempre estudiode noche. Es un trabajo cómodo y lo pagan bien. Mucho mejor que lacafetería donde trabajé este verano.-Hoy es viernes. ¿Llevas sin dormir desde el miércoles?-He dado una cabezada esta tarde.-Vámonos entonces. Y prométeme que esta noche vas a descansar.-Caeré rendida en cuanto pille la cama -mintió. No podía decirle queen cuanto se acostaba él se metía en su pensamiento y le impedía descansarmucho más que las noches de trabajo.Se despidieron del resto y salieron juntos de la discoteca. Por suerte,aquella noche habían ido al Buda, que no estaba demasiado lejos de sucasa. Inma no hubiera soportado una larga caminata en compañía de Raúlaquella noche.-¿Quieres que cojamos un taxi? -le preguntó él al pasar por laparada.-No, mi casa está cerca. Coge el taxi para irte tú luego, si quieres.Echaron a andar uno al lado del otro, y Raúl, tras un breve e incómodosilencio, dijo:-Gracias por dejar que te acompañe.-Soy yo quien tiene que dar gracias por eso. Tú me haces el favor amí.-Yo temía que después de lo del sábado no quisieras que te volviera aacompañar.Inma reconoció que en realidad no quería. No quería que volviera aacompañarla, ni estar a solas con él. No quería tener que fingir unaindiferencia que no sentía. Estaba dolida y enfadada y le costaba muchomantener una conversación insustancial cuando en realidad lo que deseabaera gritarle y escupirle su dolor a la cara. Pero sobre todo lo que noquería era que volviera a ganarse su confianza. Y cuando veía su miradaarrepentida y su actitud contrita, tenía que repetirse una y otra vez queestaba fingiendo, que todo era mentira, y tenía que recurrir a las imágenesque poblaban sus noches de Raúl abrazando a Alba para que su corazón nosintiera la tentación de perdonarle. Pero no lo dijo. Estaba decidida amantener esa actitud indiferente por mucho que le costara. Era su únicadefensa, el único consuelo de su orgullo herido, el conseguir que él nosupiera cuánto daño le había hecho.-Raúl, lo que pasó el fin de semana pasado entre tú y Alba no es asuntomío, ni cambia nada entre nosotros. No sé por qué te imaginas que sí. Elhecho de que me acompañes a casa no significa para mí más que eso: queme acompañas a casa para que no me vaya sola. Y yo te estoyprofundamente agradecida por ello. Y lamento si en algún momento tú tehas hecho ilusiones de algo más. Las cosas entre tú y yo están comosiempre han estado.El tono de dureza que había en el fondo de sus palabras no le pasódesapercibido a Raúl, un tono que él no había escuchado en su boca desdehacía algún tiempo, y desde luego, no después de la noche que habíapasado en su sofá.-Y sigo siendo un capullo para ti, ¿verdad?-Pues sí. Tampoco eso ha cambiado.-Más capullo que antes.-Tienes que reconocer que el hecho de que te hayas liado con alguiensolo porque estabas borracho no ayuda a mejorar tu imagen.-Ya... Y menos si la que me importa es otra.-Yo no creo que te importe otra. Al menos no lo bastante como paraapartarte de la cama de una tía buena.-Tienes todo el derecho a pensar así.-No, Raúl, te equivocas, no tengo ningún derecho especial a pensarnada. Simplemente lo hago como podría pensarlo de Fran o de Carlos.-¿Qué tengo que hacer para demostrarte que estás equivocada?-Nada. No quiero que hagas nada.-Supongo que podré seguir acompañándote a casa.-Por supuesto.-¿Y me invitarás a infusiones?-Cuando se tercie.-¿Esta noche? -preguntó esperanzado.Ella negó levemente con la cabeza. Aunque sabía que eso afirmaría suspalabras, estaba demasiado dolida y decepcionada para prolongar el ratode intimidad.-Hoy estoy demasiado cansada. Otro día.-Bien. Conseguiré que vuelvas a querer invitarme. Y también que dejesde considerarme un capullo.Inma no contestó. Ella dudaba de que lo consiguiera. No estabadispuesta a bajar la guardia otra vez.En silencio llegaron a la puerta de su casa y allí se despidieron.-Buenas noches, Raúl. Gracias por acompañarme.-Ha sido un placer.-Hasta el lunes.-Hasta el lunes
![](https://img.wattpad.com/cover/110535181-288-k801467.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿SOLO AMIGOS?
Teen Fictionte a pasado que quieres buscar tus libros Favoritos y no encontrarlo? pues yo si este libro es de Ana Alvarez subiré su libro Sin arreglar nada sólo subiré su libro aqui en Wattpad Espero que les guste