Buen hermano

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Merle Dixon no es un tipo amigable o fácil de tratar, es un auténtico capullo, y lo acepta abiertamente, que coño, de creer en cosas como en Dios y el Diablo está segurísimo que tendrá una celda reservada en el infierno.

Porque no es un buen hombre, y no va a serlo nunca, las gilipolleces como la redención y esas cosas, son para la gente a la que le encantan que se la metan doblada.

Su filosofía de vida es sencilla y egoísta. No dependas de nadie, no le debas nada a nadie, y si intentan joderte dales una paliza o mejor aún, mátalos.

Si hay alguien en el mundo por el que se preocupe es su hermano pequeño, la razón por la que ese camello lo quería muerto era que después de que el cabrón amenazara con volarle la cabeza a Daryl, al salir del edificio de apartamentos le estampó contra una farola, le rompió un brazo y ya en el suelo le dio una paliza que casi lo mata, nadie amenaza la vida de su pequeña y disfuncional familia.

Se intenta decir así mismo a diario, que el bastardo tiene su misma sangre, si dejase que cualquier mamón que lleve una pipa le disparase, nadie le respetaría, le mirarían y dirían, "a mira, es el tío que dejó que dispararan a su hermano", así que se trata de cuestión de principios, no puede parecer que es débil.

Si los demás te creen débil, acaban contigo. Así que Merle siempre se asegura de ser el mayor hijo de puta allí donde vaya.

Como podéis ver, no es un tipo complicado de entender, aunque últimamente es consciente que no está siendo el mismo saco de mierda que suele ser.

Ale es un buen cliente y si fuese alguien que tuviese amigos, seguramente consideraría al hombre como tal, luego está esa pequeña rubia con una boca casi tan sucia como la suya propia, paseando su precioso culo al llevar por la casa solo esas anchas camisetas.

Está seguro que si intentase darle un azote cumpliría con su palabra y le clavaría un tenedor, y Ale se lanzaría directo a romperle la cabeza. Son gente dura tal vez por eso los respeta aunque no es algo que vaya a decirles.

Sobre todo a ella, por supuesto que no, eso es de maricas como su hermanita, él pasa de toda esa mierda sentimental.

Observa con atención la espalda de su hermano, va en tensión, preparado para cualquier cosa que les pueda salir en el camino.

No recuerda cuando el mocoso se convirtió en hombre, tal vez ocurriese cuando él se alistó al ejército, o cuando comenzaron a trabajar en el taller, quizá cuando el bastardo de su padre cascó, no lo sabe, pero desde luego lo que tiene claro, es que sucedió en algún momento en el que él no le miraba, porque ¡demonios!, no se parece en nada al crio asustado que solía ser.

Merle sabe, aunque nunca sé lo dirá a él por supuesto, que Daryl es el mejor de los dos, no le gusta una mierda lo que hace para ganar dinero, pero aun así, si necesita a alguien, puede contar con su hermanita, es leal como un perro, nunca le ha fallado, a donde Merle vaya, va Daryl y hará lo que él haga, sin importar lo que realmente piense o quiera, punto.

-¿Por qué coño me miras así?- le gruñe Daryl en un tono bajo para no asustar a las posibles presas que pueda haber cerca.

-Por nada- contesta el mayor de los Dixon, claro que si el menor se hubiese molestado en girar para mirarlo, habría visto la enorme sonrisa que adornaba su cara y por tanto no se habría fiado ni un pelo de esas palabras.

Pero Daryl no le miró, de modo que siguen caminando en silencio por un rato más y de repente el menor se detiene, ha visto algo, Merle le imita, ve como alza la ballesta ajustando el blanco, listo para disparar a una ardilla, tal vez debería preocuparle la obsesión que tiene su hermano por la carne de esos pequeños roedores, pero la verdad es que se la suda.

Mi ángel guardián (T - 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora