Cacería

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-Cass- estoy incomodo no sé porque demonios la dije que nos veríamos aquí, a pesar de que ya ha visto el tugurio donde vivía por fuera y no ha salido corriendo espantada, no quiero que vea como es esta pocilga por dentro.

-Te espero aquí- me dice sentándose sobre un viejo neumático desinflado.

-No tardo nada- le echo una rápida mirada antes de entrar, ella asiente distraída, entro en el lugar que hasta hacía poco llamaba casa, paso a mi habitación me agacho y saco de debajo de mi cama mi ballesta y un carcaj con mis flechas.

Antes la tenía colgada en la pared, pero ahora que no estamos y que no sé cuándo va a organizar Merle alguna fiesta de las suyas, la escondo para que ningún yonkie me la mangue en pleno viaje.

Salgo y sigue en la misma posición en la que la había dejado con la mirada perdida en el infinito.

Salgo y sigue en la misma posición en la que la había dejado con la mirada perdida en el infinito

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-Cassidy, esto...- me mira al notar que titubeo, ¿desde cuándo titubeo yo? –si no te apetece venir no tienes que hacerlo-

-¿Qué? No por dios ¿estás de broma? Solo una idiota desperdiciaría una clase de supervivencia contigo- se pone en pie más animada, -pero si has cambiado de opinión y crees que te estorbaré no pasa nada-

-Cuando te invité a venir ya sabía que estorbarías, con eso no hay problema- le digo sabiendo de sobra que la va a molestar.

-Vaya muchas gracias por tu fe en mí- dice sarcástica mientras seguimos el camino detrás de mi casa para adentrarnos en el bosque.

-No se trata de que te subestime, pero no estás acostumbrada a esto, aunque trates de evitarlo harás ruido- explico paciente.

-Muy bien- me sujeta por la muñeca -¿Cómo debo seguirte entonces para hacer menos ruido?- pregunta interesada.

-Intenta pisar sobre mis huellas, el terreno estará más blando al haber pasado yo antes.-

-Vale, ¿algo más?-

-Mantente en silencio y observa- asiente soltándome para hacer un saludo militar, después finge cerrar una cremallera imaginaria en su boca.

Niego divertido por su actitud.

Llevamos casi una hora caminando en silencio, he de decir que pese a ser su primera vez se mueve con bastante sigilo, de vez en cuando pisa alguna ramita o golpea alguna piedra pero en general es bastante silenciosa.

Y tiene una gran capacidad de concentración, sabiendo lo inquieta y curiosa que es me sorprende que consiga mantenerse tanto tiempo callada.

Me detengo y le hago una seña para que me imite y no se golpeé contra mi espalda, preparo la ballesta, fijo mi objetivo, apunto y disparo. Al ver caer la ardilla del árbol Cassidy pega un pequeño chillido involuntario.

Mi ángel guardián (T - 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora