Gracias

511 31 0
                                    


Maldita alarma, la odio ¿por qué coño está sonando? No tengo que ir a trabajar, gruño como una osa furiosa y escondo la cabeza debajo de la almohada pero el maldito pitidito sigue sonando implacable.

Finalmente salgo de mi bunker y apago el móvil, me tumbo bocarriba dando un profundo suspiro, me llevo las manos a la cara mientras me la masajeo.

¿Para qué había puesto la alarma?

A sí, ya, cierto, meter las maletas en la habitación, darme una ducha, volver a ser un ser humano e intentar hablar con Ale y hacerle entender que la situación es seria.

Dejo mis brazos caer a cada lado de mi cuerpo, es curioso, cuando trabajas te cansas, pero el cuerpo también se cansa de no hacer nada.

Me levanto con toda la pereza del mundo, abro la puerta de mi habitación, por el ruido de trastos hay alguien en la cocina preparándose el desayuno o la recena como la llamamos Ale y yo, sonrío ante el recuerdo de aquella noche, en la que a las tres de la mañana decidimos que teníamos vocación de master chef, preparamos una pizza y le echamos palomitas, lo llamamos pizzamitas, estaba buena.

Al acercarme veo a Daryl desganado tomándose un café.

-Ey Daryl- se sobresalta, obviamente no me esperaba y se tira un poco de café caliente en la camisa.

-Joder- se queja, pobre, eso ha debido quemar.

-Lo siento, lo siento, no te quería asustar- me acerco a él rápidamente tendiéndole unas servilletas para que se seque.

-No te preocupes, Ale se ha vuelto a acostar y Merle bueno- carraspea –ha ido a dar una vuelta, no te esperaba-

-Ya lo he notado- me mira fijamente –me he levantado pronto para hacer cosas, ya sabes... meter las maletas, darme una ducha para dejar de apestar y tal- rio.

Cojo una palmera de chocolate y la pego un buen mordisco, en plan gocha, pero bueno si soy una osa que acaba de despertar de la hibernación necesito calorías, sonrío de mi broma interna.

-Tú no apestas- giro a ver Daryl, quien se encoge de hombros -¿quieres café?- pregunta cambiando de tema.

Muero de ternura ante la forma de ser del menor de los Dixon –no gracias, soy más de batido o zumo, ¿sabes dónde los tiene el unicornio?-

Alza una ceja mirándome sin comprender –quiero decir, Ale- me siento en el taburete cojo haciendo equilibrios para no caerme. Él se levanta y se acerca a la nevera.

-¿De qué quieres el batido?-

-Vainilla o fresa, en realidad lo que sea que haya estará bien para mí- saca un batido de vainilla y al ver que no hay vasos limpios friega uno para dármelo. –Gracias- nuestras manos se rozan levemente cuando me lo da.

Él le resta importancia con un gesto de su cabeza –como sea- dice, se termina el café, noto que de vez en cuando me mira de reojo, yo le dejo hacer, no es una mirada que me moleste.

Mientras tanto lo gozo con mi palmera, a lo mejor es por haberme quitado de encima la paranoia de Matt, que no tengo que preocuparme por una arpía psicópata, o que estos días he dormido como dios, pero el desayuno me sabe a puta gloria.

-Sí que te gustan los bollos- dice con la mueca de esa sonrisa que no termina de nacer que tanto me gusta.

-Tú dame repostería y me harás feliz- le digo sonriendo como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

-Ya lo veo ya- se levanta y se dirige a mis maletas cogiendo las dos a pulso, madre mía que fuerza tiene este hombre, y yo que las arrastré por los aeropuertos.

-Daryl no hace falta, ahora las llevo yo- es curioso, no habla mucho, pero su lenguaje corporal y gestual habla de sobra por él, me mira y entiendo perfectamente "un déjate de tonterías y dime donde las dejo", niego con la cabeza, -la habitación de la izquierda, la que está en frente de baño- avanzamos por el pasillo.

Yo detrás de él, recreándome en su bonito culo, sonrío al recordar como dejó de caminar cuando le dije eso anoche, al parecer ha decidido hacer como si no hubiese oído nada, una lástima para que nos vamos a engañar, con lo fuerte que es me encantaría que me cogiese a pulso y...basta ya maldita mente pervertida, deja de fantasear con el sexy hermano del amigo de Ale de una vez.

Deja las maletas al borde de la cama y sep, me pilla mirándole, le sonrío, ya ¿qué? Me ha cazado, no puedo negar lo obvio, él mira a otro lado.

-Gracias- le digo apoyándome en el quicio de la puerta.

-Dices mucho eso- contesta cambiando su peso de una pierna a otra.

-Me cuidas y me ayudas, es lo menos que puedo hacer- explico lo obvio.

-Como sea- gira la cara, ¿eso es un sonrojo? O dios, lo es, he hecho sonrojar a Daryl alias tipo duro Dixon. Alguien tráigame nata, no hace falta cuchara, me lo como a bocados aquí mismo, mercy vida por ponerlo en camino.

-Dices mucho eso- le pico, él me dedica su media sonrisa, cuando pasa por mi lado para salir le paro, y le doy un beso en la mejilla. –Que tengas un buen día, no dejes que te aplaste ningún coche, sería una gran pérdida para la humanidad, en especial para las mujeres y sobre todo para mí- le doy la espalda y abro la maleta.

Se queda quieto unos segundos antes de marcharse, el pobre debe de pensar que he aparecido para descolocarle la vida.

Saco la ropa que me voy a poner luego y me meto en la ducha, cierro con pestillo la puerta del baño no porque Merle tenga malos pensamientos, si no por un hábito adquirido que no he conseguido quitarme, gimo de gusto cuando el agua templada relaja mis tensos músculos, si yo me conformo con cosas sencillas.

Bollos, amigos, ver películas hasta las tantas, una ducha con agua caliente, no necesito la jaula de oro en la que Matt me tenía metida, cuando todo ese jaleo se solucione, voy a tener que replantearme varias cosas.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO quien más tiene corazones en los ojos que levante la mano o las dos, da lo mismo, en serio, cuando es tan duro y luego tiene esos gestos tiernos o como que le da vergüenza es puro amor, y sí, me lo comería a besos.

Por cierto lo de las pizzamitas es un invento real he de admitirlo y sí que está bueno, lacasitos no echamos porque no teníamos que si no jajaja a saber lo que habría salido, pero es lo que hay cuando estas de fiesta y vuelves a casa, la recena puede ser cualquier cosa.

Ya está, ha sido revelado, la conciencia pervertida de la protagonista soy yo. Vale ya me centro, que opináis vosotras, si, sé que las cosas van despacio, pero todo lo bueno se hace esperar, se tienen que ir conociendo poco a poco, no les puedo poner a lo loco a folllar como conejos, no que me parezca mal, si no que no procede aún, besototes.

P.D. He subido capi hoy porque es mi cumple, WIIIIIIIIIIIIII ya tengo 24 añazos, estoy más torpe cosas de la edad, y más loca cosa que me encanta, no os preocupéis porque este jueves tendréis el capítulo cuatro, pero me hacía ilu subir hoy el tres, bye.

Mi ángel guardián (T - 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora