Salgo de la ducha, y me visto, unos vaqueros rotos, mis converse, y una camiseta blanca en la que pone "I love the way you lie" con letras negras que parecen deshacerse.
Decido dejar que mi pelo se seque con el viento, en parte porque no hace mal tiempo, y porque no quiero encontrar por accidente algo de la porquería que se mete Ale y se ponga de los nervios por eso.
No por el hecho de encontrarlo, sino porque no quiere que lo pruebe y acabe enganchada, bastante irónico la verdad, pero así es mi amigo y lo amo como a un tierno peluchito.
A la una por fin aparece Ale por la puerta, –hola unicornio- le saludo conteniendo mis ganas de chillar para joderle.
-Rainbow- se tira literalmente como un peso muerto sobre el sofá, -eso que huele tan bien ¿Qué es?-
-Son macarrones- le hecho unos cuantos en un plato y se lo acerco, él lo coge enseguida como un desesperado, vuelvo a la cocina para coger un vaso con agua y un ibuprofeno para su dolor de cabeza.
Lo dejo en la mesita auxiliar y al verlo, gime de alivio.
-Dios, echaba de menos tenerte como compi de guarida-
-¿Por qué friego los cacharros o por qué cocino?- él engulle y deja el plato en la mesa.
-Por eso y por cómo me cuidas- se toma la pastilla y le da un buen trago al agua. –Siento no haber hablado antes contigo, hemos tenido poco tiempo- le corto con un gesto de la mano.
-No te preocupes, no pasa nada pero si me gustaría, que te duchases y fuésemos a dar una vuelta, hay algo que me gustaría decirte-
-¿Pasa algo malo?- me planteo por un momento decir que no, pero nunca le he mentido y no voy a empezar ahora, además no tiene sentido si se lo voy a contar todo luego.
-Si- me siento a su lado y me paso una mano por la frente nerviosa.
-Ven aquí- me atrae a su pecho y nos quedamos un buen rato abrazados sin hablar. –Sea lo que sea, puedes contar conmigo Cass, lo sabes- se me hace raro que me llame por mi nombre.
-Lo sé, Ale, lo sé.- me da un beso en la coronilla.
-Estupendo, pues deja que me dé una ducha y damos ese paseo, hay una cafetería justo en frente de donde trabajan los Dixon, bueno trabajar solo trabaja Daryl, cuando Merle va es por hacer bulto, que hacen unas tortitas que están de muerte.-
-Suena genial- digo intentando parecer animada con la idea.
-Lo es- se levanta y me deja sola. Mientras se ducha, moñeo con el móvil, es raro, no tengo ninguna llamada de Matt, ni ningún mensaje suyo, pero sí de Vine.
Me armo de paciencia y le llamo.
-Hola petardo ¿Qué querías?-
-Saber dónde estabas, Matt esta insoportable, pero dice que no te piensa llamar hasta que decidas comportarte como una adulta responsable, cosa que no eres- ruedo los ojos por eso, tendrá valor el tío –así que soy el intermediario, y no me gusta hacer de paloma mensajera, que lo sepas-
-Pues te jodes- veo aparecer a Merle como un zombi, me gruñe reconociendo mi presencia y va a la cocina. –Al fin y al cabo todo es culpa tuya-
-¿Culpa mía? Perdona yo soy la primera víctima, rubia egoísta- respira hondo, contén el aire, matar está mal, respira hondo, contén el aire, aunque por tipos como Vine se podría considerar hacer una excepción, sigue estando mal y sobre todo es ilegal, muy ilegal.
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Mi ángel guardián (T - 1)
Romance¿Qué pueden tener en común una actriz de Los Ángeles y un mecánico de un pequeño pueblo de Atlanta? ¿Podría ser ella la luz que necesita para ver su vida desde una nueva perspectiva? ¿Él estaría dispuesto a enfrentar cualquier peligro por mantener...