Mi ángel guardián (T - 1)

Estoy aquí, viva y te quiero

Joder que dolor, levanto solo un palmo la cabeza para ver lo que sucede. Aprieto los dientes furioso, ella sigue vive, no es posible.

Esos dos cavernícolas no pueden haber echado por tierra el plan de Lauren, ni por sobre todo haber arruinado mi carrera y mi vida al detenerme.

Voy a matarles, voy a matarles a los tres, cojo el rifle que se le cayó a Dan listo para llevar acabo mi venganza, si es que eso es lo único que me queda.

Primero los tortolitos y después el gran gorila.

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Merle se pasa la mano por la cara restregándose las putas lágrimas, no sé lo puede creer, estaba muerta o muriéndose y su hermanito ha conseguido traerla de nuevo a su lado.

Joder es que eso, es bonito de cojones, hay que reconocerlo.

Mirarlos tiene tanto sentido como ver a un lobo y a un perro siendo amigos, pero, por improbable que sea, con ellos funciona.

Él no va a ser quien intente entenderlo, lo que si hace es alegrarse y que demonios, hasta cree escuchar a lo lejos campanas de boda para esos dos, entonces sucede, capta un movimiento leve por el rabillo del ojo y cuando se gira no se lo puede creer.

-Ey Hollywood- grita y el tío se le queda mirando con su ojo bueno abierto de par en par como un ciervo deslumbrado por los faros de un coche. –Como diría Bruce Willis, yipi ya yei hijo de puta- suelta y le dispara con su recortada, instintivamente su hermano cubre con su cuerpo a Cassidy.

-Merle- le llama asustada.

-Tranquila rubita, se nos había pasado una rata.- Dice satisfecho con su tiro.

Su hermano se incorpora y la ayuda a ponerse de pie, -¿está muerto?- pregunta serio.

-Me parece que no, tiene pinta de estar agonizando, ¿quieres rematarle tú?- le cuestiona por mera cortesía, ya que intuye la respuesta que va a darle con bastante exactitud por la forma en que ella se aferra a él.

-Todo tuyo- dice simplemente

-De acuerdo- Merle acepta el ofrecimiento animado por tener algo de diversión, -id tirando hacia el jeep, yo voy ahora-

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Daryl quería llevarme estilo princesa pero a pesar de cómo me tiemblan las piernas y de que aprecio su gesto, necesito moverme aunque esté andando igual de inestable que bambi recién nacido.

Llegamos al jeep y me dejo caer en el asiento del copiloto, cuando una idea me sobresalta -¿y Ale?-

-Está bien tranquila, preocupado por ti y seguramente odiándonos por dejarle tirado para que contestase las preguntas de la policía, pero bien- me calma recostándome contra el respaldo.

-Siento que hayáis tenido que matar a esos hombres para poder salvarme- odio que hayan tenido que ensuciarse las manos con su sangre por mi maldita culpa.

-Yo no lo siento, así que no lo hagas tú, ellos no lo merecen- dice acariciando mi cuello, creo que está contando mis pulsaciones pero no estoy segura, los parpados empiezan a pesarme.

-Estoy cansada- digo medio dormida ya, arrullada por las hojas meciéndose al compás del viento.

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Beso su sien y la acomodo mejor en el asiento para ponerla el cinturón, ese corte en la frente no me gusta nada, podría tener una conmoción.

Sin pensármelo dos veces le hago un puente al coche, estoy deseando arrancar para llevarla al hospital, necesito que un médico me diga que está bien, una duda me recorre la espina dorsal con un escalofrió ¿y si cuando se despierte de nuevo no recuerda nada de lo que ha pasado entre nosotros? Si fuese así ¿debería decírselo?