Han pasado unos cuantos días desde que recibí esa siniestra llamada y fui de caza con Daryl, se podría decir que las cosas han vuelto a su cauce normal, más o menos.
Mi angelito fue a revisar mi trampa como prometió, y para sorpresa de todos los integrantes de la casa trajo un conejo de tamaño medio, una parte de mí se pregunta si de verdad cayó en la trampa o si lo cazó Daryl para no desanimarme, por otra parte aunque he cambiado mi número apenas uso el móvil, ¿mi comportamiento es irracional? Totalmente.
¿Lo puedo evitar? Ahora mismo no me veo capaz, bastante es que no me haya dado por esconderme debajo de la cama.
Lo que realmente me pone de los nervios es la espera y no saber por dónde o de qué manera me atacará, si finalmente se decidiese a actuar todo sería mucho más fácil porque yo me limitaría a reaccionar en consecuencia, no en pensar en mil escenarios distintos e inútiles de lo que podría llegar a ser.
Esta tarde me he acercado a Atlanta, necesitaba cambiar un poco la rutina, rodearme de desconocidos entre los cuales perderme rápidamente si me daba la sensación de que alguien me miraba demasiado, ha sido en cierta manera un alivio.
Ahora ya es de noche, Ale tiene que estar histérico y eso que le he ido mandando mensajes de vez en cuando.
-¿Hola?- entro y lo primero que veo es a mí unicornio, dando vueltas como una peonza, buscando algo con desesperación.
Se gira y me mira con ojos vidriosos, ya he visto esto antes, solo una vez, justo el día que le echaron del bar.
-¿Sabes dónde está?- pregunta, aunque no estoy segura de que se dirija a mí, sus brazos caen a ambos lados de su cuerpo sin fuerza pero de vez en cuando le dan fuertes espasmos.
-¿Dónde está qué?- pregunto con voz calmada.
-El camino correcto, para hacer las cosas bien,- se me acerca con pasos torpes –no lo encuentro- pega su frente a la mía, y a pesar de la cercanía sus ojos no conectan con los míos. –Lo he visto brillar justo delante- se separa y empieza a dar vueltas –pero ya no está ¿Dónde está?- grita llevándose las manos al pelo tirando con tanta fuerza que se arranca algunos mechones.
Es todo culpa mía, si no estuviese tan agobiado por protegerme no sé habría metido lo que sea que se haya tomado, y ahora está atrapado dentro de su propia cabeza, justo el lugar del que quería alejarse, y no puede escapar, todo porque yo estoy aquí.
Merle sale del baño y se le queda mirando sorprendido.
-Eh Ale ¿estás bien?- pregunta con desconfianza sabiendo de sobra la respuesta.
-Merle metete en el baño- le pido tranquila pero en tono firme.
-No lo creo culo bonito- dice acercándose a Ale, en ese momento se abre la puerta del sótano y aparece Daryl, esto se va a poner feo rápidamente.
-Ale apártate de la rubita quieres- insiste Merle.
Ale se gira y por fin parece reconocerme aunque por la forma en que entrecierra los ojos, es como si intentase verme a través de una densa niebla.
-Apártate tú de ella- le grita al mayor de los Dixon furioso.
-Tranquilo amigo, no quiero hacerle daño- un paso más, Ale se gira hacia él veloz como una cobra y le asesta un puñetazo en la mandíbula, ambos caen en el suelo del pasillo.
Daryl se lanza tras ellos, levanta a Ale de encima de su hermano pero en el estrecho espacio y ante la furia de mi hermano apenas si puede hacer algo aparte de cubrirse de los golpes.
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Mi ángel guardián (T - 1)
Roman d'amour¿Qué pueden tener en común una actriz de Los Ángeles y un mecánico de un pequeño pueblo de Atlanta? ¿Podría ser ella la luz que necesita para ver su vida desde una nueva perspectiva? ¿Él estaría dispuesto a enfrentar cualquier peligro por mantener...