Es un día entre semana por la tarde, no recuerdo cuál, ¿qué carajos importa? Ni siquiera me molesta Merle pese a que no ha dejado de joderme después de verme desayunar con Cassidy.
Porque nos quedamos.
Mi hermano me pasa el brazo por los hombros y me lo quito de encima dándole un codazo.
¿Qué más da no saber cuánto tiempo más se estará ella aquí? ¿Qué más da si cuando se vaya no se despide? ¿O si no la vuelvo a ver?
Al menos por el momento voy a poder seguir viviendo con ella, precipitándome en el pecado al que me incita su piel cuando las camisetas que llevan se levantan y revelan lo que ocultan.
Merle entra en la casa haciendo mucho ruido, yo le sigo en silencio, me extraño al no ver ni a Ale ni a Cassidy. Normalmente cuando llegamos o están los dos en el cuarto de estar, o la tele está encendida mientras Ale se ducha.
Este silencio no es típico, mi hermano como es normal va derecho a la cocina, veo el portátil de Ale encendido sobre la encimera, nunca lo deja ahí, ha tenido que irse deprisa.
Avanzo por el pasillo y abro despacio la puerta de cuarto de Cass, está tumbada a los pies de la cama, con su cuaderno sobre su estómago y los brazos estirados sobre su cabeza.
No puedo evitar sonreír al ver la escena, parece tan tranquila así, tan pequeña, tan frágil.
Al estar siempre tan llena de energía, saltando, bailando o haciendo el loco en general, es fácil olvidar que solo mide un metro cincuenta y cinco.
Cierro la puerta evitando hacer ruido y vuelvo sobre mis pasos.
Veo a Merle de pie, delante de la encimera, trasteando con el ordenador –si Ale se entera de que has estado toqueteando su trasto, te obligará a limpiar el baño-
-Tú lo has dicho hermanita si se entera, cosa que no pasará a menos que vayas corriendo a contárselo- pongo los ojos en blanco, yo nunca haría eso, -por cierto ¿Dónde está mi culito bonito?- un gruñido se me escapa en protesta.
-No es tuya- digo dándole la espalda.
-No, pero tampoco tuya, y ella de momento no me ha dicho que la moleste, así que supéralo.-
Saco un taper con la comida que ha sobrado esta mañana, arroz, con esto y unos huevos revueltos tenemos cena.
Mientras caliento una cosa y preparo la otra escucho las risitas de Merle, seguro que está viendo porno.
Cuando todo está listo me siento y empiezo a cenar.
-Oh Darlyna, esto es oro puro- me mira sobre la pantalla moviendo las cejas de arriba abajo.
-No me interesa- prefiero no saber la clase de perversión que le va.
-¿Estás seguro? Porque verás- su sonrisa se amplía –se trata de Cassidy-
Antes de que pueda procesar la orden que mi cerebro da a mis músculos, ya estoy de pie detrás de Merle
La foto que ocupa toda la pantalla, muestra a una sexy Cassidy, con un cortísimo vestido negro, con un estampado que no se ve muy claro en la parte del pecho en oro, apoyando su peso sobre sus rodillas y una de sus manos, mientras que la otra la tiene apoyada en el cuello, el pelo le cae sensualmente por la espalda como siempre y algunos mechones revoloteaban a causa del aire.
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Mi ángel guardián (T - 1)
Lãng mạn¿Qué pueden tener en común una actriz de Los Ángeles y un mecánico de un pequeño pueblo de Atlanta? ¿Podría ser ella la luz que necesita para ver su vida desde una nueva perspectiva? ¿Él estaría dispuesto a enfrentar cualquier peligro por mantener...