Nunca te dejaré ir

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Hoy el día ha sido raro, Merle se ha quedado en casa para echarnos un ojo a Ale y a mí, más a Ale que a mí en realidad, creo que se siente culpable, aunque por más que le he dicho que todo estaba bien, no he conseguido que me mirase a los ojos ni una sola vez.

-Hola- saluda Daryl cuando llega. -¿Pasa algo?- me pregunta frunciendo el ceño al verme tranquila, cuando lo normal es que esté montando bulla. El único sitio donde no hago alboroto es mi habitación cuando compongo, el resto del tiempo soy un culo inquieto.

-Nada ¿Qué tal el curro?- pregunto tumbándome más en el sofá.

-Lo mismo de siempre- hace una pausa -¿Cómo sigue Ale?- que yo interpreto como un ¿le puedo atizar ya?

-Bueno ya no tiene ganas de golpear a nadie pero aún no ha aterrizado del todo en el planeta tierra, por así decirlo- Él asiente, se acerca hasta mi levanta la manga de mi camiseta para verme el hombro, el gesto se le oscurece al ver los moretones. Le aparto las manos y se las sujeto entre las mías, -estoy bien, en serio-

-He traído pizza para cenar- cambia de tema, cosa que le agradezco.

-Genial dime que es carbonara por fa- él sonríe de lado.

-¿Y si te digo que es barbacoa?- pregunta picón.

-Que te seguiré queriendo, pero un poquito menos- digo entrecerrando los ojos. Abre la caja y ante mi está una perfecta y sabrosa pizza mitad barbacoa, mitad carbonara. –Eres genial- le alabo dando un saltito y yendo a por unas tijeras para cortar la pizza.

Comemos viendo un partido de futbol, Merle le grita a la tele como un energúmeno, por suerte no insulta a Daryl con alguna de sus típicas pullas sin que venga a cuento, según están los humos en casa, mejor no pensar como terminaría la cosa.

-Será mejor que me vista para ir al bar- lo digo más para mí, en un intento de quitarme la pereza del cuerpo y hacer lo dicho, que para informarles a ellos.

-Sí, yo te espero aquí- dice Daryl tumbándose en el sofá aprovechando el espacio libre que le hemos dejado Merle y yo.

-No hace falta que vengas, ya me acompañaste ayer, necesitas descansar- le aconsejo.

-Puedo aguantar unas cuantas noches durmiendo unas pocas horas, ve a cambiarte de una vez- dice mirando al techo.

Es tan tierno cuando se preocupa por mí y quiere hacerse el duro. Niego con la cabeza y me voy a mi cuarto a cambiarme.

Me pongo unos vaqueros, mis botines con plataforma, una camiseta blanca de tirantes sin escote y un chaleco negro sin mangas encima, una vez lista me asomo a la habitación de mi unicornio, está sentado en el suelo al lado de la mesilla encendiendo y apagando la luz, se va a cargar la bombilla.

Me pongo unos vaqueros, mis botines con plataforma, una camiseta blanca de tirantes sin escote y un chaleco negro sin mangas encima, una vez lista me asomo a la habitación de mi unicornio, está sentado en el suelo al lado de la mesilla encendiendo...

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Al final cierro la puerta sin haberle dicho nada, ahora que está tranquilo no quiero alterarle.

-Buenas noches Merle- me despido.

Mi ángel guardián (T - 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora