Ya es de noche y estoy esperando en la puerta de la bolera apoyada en un lateral de la acristalada entrada.
Me siento absurda, ¿Cómo me he dejado arrastrar por el entusiasmo de Ale? Esto es una mala idea. O Daryl no vendrá, o al ver que estoy solo yo se largará, y ahora mismo no tengo claro cuál de las dos opciones me parece más humillante.
-Oye guapa ¿quieres compañía?- miro al cretino que se me acerca con dos amigos, vaya que valiente.
-Si quisiera compañía estaría con un perro, y aunque tú ladres no tienes nada de adorable- ole yo y mi bordería.
-Chicos creo la señorita de ciudad me acaba de insultar-
-Me sorprende que te hayas dado cuenta, enhorabuena- le felicito y empieza a acortar la distancia entre nosotros lo que a sus amigos les hace mucha gracia no sé porque y comienzan a reírse, por mi parte me separo de la pared para que no me acorrale contra ella, cuadro la espalda y aseguro mi eje de gravedad.
-¿Pasa algo aquí?- pregunta Daryl apareciendo a la espalda de los amigos del idiota no tan idiota.
-Esto no es asunto tuyo Dixon- vale, a lo mejor sí que es idiota y solo ha tenido un momento de breve brillantez antes, porque cabrear a Daryl es malo para la salud.
-En eso te equivocas- dice colocándose detrás del tipo, este se gira y le encara.
-Yo la vi antes, esfúmate-
-Eso no es verdad porque yo vivo con Daryl- suelto volviendo a apoyarme en la pared, ahora ya más relajada. –En casa de Ale Castillo, ya sabes el Barman del bar GoodCat, a y por cierto Merle me adora- veo como la mirada del ahora nervioso hombre va de Daryl a mí.
Sabe que la ha cagado con todo el equipo y no se la quiere jugar pero el orgullo, ah ese cabezón, le pide que termine lo que ha iniciado.
-Cierto, mi hermano la ha cogido bastante cariño y yo también, discúlpate con ella y lárgate- dice mi sexy mecánico acercando su cara a la del idiota.
Vale Daryl Dixon en plan amenazante causa estragos en mis hormonas cachondas, intento pensar en cosas tiernas para distraerme como gatitos, perritos, peluches y pelis Disney.
-Lo siento- dice el hombre con los puños apretados mirando al suelo.
-Tranquilo un fallo lo tiene cualquiera- me acerco a mi salvador, aunque si luego me dice algo asegurare que tenía la situación bajo control cosa que es cierta, pero así nadie ha acabado en el hospital. -¿Entramos a la bolera o prefieres ir a casa?- le cuestiono tragándome los nervios ante la posible respuesta.
Daryl no me mira hasta que los tipos se pierden de vista. -¿Te han quitado las ganas de jugar?- me pregunta, diría que algo preocupado.
-Para nada, pero no sé cómo Ale dijo de jugar los cuatro y no está y tampoco veo a tu hermano, pensé que no te apetecería-
-Claro que me apetece hace años que no juego ¿tú has jugado alguna vez?- sonrío de medio lado y me encojo de hombros.
-Bueno digamos que no se me da mal del todo-
-Aun así no voy a dejarte ganar- me dice fanfarrón para a continuación entrar en la bolera y pedir los zapatos, yo le imito.
-Por supuesto, yo tampoco te lo pondré fácil- digo segura de mí misma, aunque por su sonrisa está claro que no me considera una amenaza, grave error, porque le voy a machacar.
Después de mi tercer strike seguido le toca a Daryl, le noto de morros. -¿Qué te pica angelito?-
-Dijiste que no eras mala, no que fueses buenísima- se queja siguiendo mis movimientos por el rabillo del ojo, ante eso suelto una carcajada y me meto un puñado de nachos con queso en la boca, si una mujer tiene que ser delicada y femenina esto deja claro que debí nacer hombre.
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Mi ángel guardián (T - 1)
Lãng mạn¿Qué pueden tener en común una actriz de Los Ángeles y un mecánico de un pequeño pueblo de Atlanta? ¿Podría ser ella la luz que necesita para ver su vida desde una nueva perspectiva? ¿Él estaría dispuesto a enfrentar cualquier peligro por mantener...