[Recuerdos] •YM•YoonMin •

#6

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Una vez terminada mi maleta, y arreglado mis cosas. Me recosté nuevamente en la gran confortable cama, volví a ver la hora, 4:35 am. Según mi madre, debíamos partir a las 6 am.

No era algo que me agradece mucho, pero no tenía opción alguna. Por lo que me limité a dormir, pensando aún en la idea de qué sería de mí, sin el apoyo incondicional de mi novio.

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- Jimin, despierta ya debemos irnos -escuché la voz de mi madre, aún con los ojos dormidos.

- ¿mhm?

- Que te levantes, holgazán -río mi madre.

Únicamente me levanté de mala gana para ver como mi madre, alistaba lo último que nos quedaba mientras hacía varios caminos en toda la casa.

Me terminé de alistar muy prontamente para sorpresa mía y de mi madre, la cual estaba realmente alegre de que no haya demorado mucho.

- Me entusiasma el hecho de que me hayas hecho caso hijo -dijo con voz confortable-. Ahora, vámonos.

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No puedo hacer un reencuentro de cuantas veces volteé la mirada hacia tras para revisar que nuestra pequeña casita, no se haya movido de sus sitio, hasta que mi madre me ordenó no mirar hacia atrás.

Yo sabía que era para mi bien, pero en verdad me dolía bastante.

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Así fue nuestro viaje desde mi pequeña y casi desolada vida pueblerina, a una ciudad el triple o quíntuple de tamaño, llamado Seúl.

Al llegar, sentí ese aire tan civilizado y un poco contaminado de la clásica ciudad avanzada de las películas, resbalando por mi rostro y parte de mi cabello castaño.

- Que bien -sonreí a mi madre.

- Tienes toda la razón, Jiminnie. Pero cuida muy bien tu equipaje para irnos ya ¿entendido? -advirtió con precaución.

- Sí, sí, madre -contesté sarcástico.

En tanto sujetaba fuertemente mi maleta, pude sentir unos ojos en medio de la multitud observándome desde algún punto desconocido para mí.

"Es mi imaginación...¿o no?"

Mantenía fuertemente la maleta en espera, pues tenía la certeza que mis ojos se encontrarían con los del otro.

"No, no. Aún te equivocas, no hay manera que te esté observando a ti precisamente alguien."

- Cómo sea -murmullé.

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A pesar de eso...he escuchado que el destino te juega muchas cosas en contra con el único fin, de darte una mínima recompensa.

Y aún sigo pensando que eso fue lo que pasó.

"Mejor volteo a ver, quién puede ser. No vaya a ser un acosador o algo"

Pensé con cierta sonrisa nerviosa y un poco temeroso de la situación.

- ¿Dijiste algo Jimin? -escuché decir a mi madre, sosteniendo una maleta.

- No, no es nada -reí.

- Bueno, entonces, ¿qué estamos esperando? ¡Vámonos! -alentó entusiasmada la mujer mayor a mí, con una brillante sonrisa.

Inmediatamente quise saber de donde provenían esos ojos tan culpables de mis nervios. Por lo cual empecé a mirar por todo mí alrededor, sin embargo, ya no sentía esa presencia por ninguna parte.

En una extraña manera, me desconcertó y enojó, el simpe hecho de no volver a encontrarme con esos escrupulosos ojillos.

- Que demonios -mascullé enojado mirando al techo.

- Jimin, te he dicho que no hables así -regañó mi madre con voz furiosa pero delicada.

- Discúlpame madre, es solo que...-me rasqué la nuca con algo de vergüenza-...olvídalo. No es nada. Fue mi imaginación.

La mirada que expresaba mi madre, era disconforme pero en cuanto se proponía discutir conmigo sobre los secretos y demás. Una voz la sacó de sus pensamientos.

- Señora, el taxi que pidió se encuentra aquí. Por favor suba.

- ¿Pediste un taxi? -Pregunté extrañado por la acción contraria- Eso no es propio de ti.

- Estamos en Seúl hijo, tenemos que acostumbrarnos de a poco. Así que por ahora, ten paciencia conmigo -volvió a dedicarme una de sus sonrisas tan maternales a las cuales no podía negarme.

Solo asentí con la cabeza, mientras subía las maletas en la parte trasera de carro.

Una vez dentro de automóvil, mi madre le dio la dirección al chofer, a lo que este encendía el motor. Por mis adentros sabía que la pequeña duda me carcomía rápidamente.

Hasta me había sorprendido, pensando en retroceder el tiempo.

"Eso casi me mata. Debería dejar de darle muchas vueltas y enfocarme en lo primordial por el momento."

Me había intentado convencer por el momento, suspirando lentamente.

En cuanto el carro empezó a avanzar, mis ojos se hallaban clavados en las personas que caminaban de un lugar a otro en busca de sus carros o sus próximos viajes. Y por alguna razón, me aferraba a la simple y loca idea de que volviese a hallarme aquellos ojos.

Mi respuesta fue rápida. No había nadie. Todos tenían los mismos ojos, pero nadie igual a lo poco que recordaba.

- ¿Jiminnie? -Oí que mi madre me abrazaba con aliento- ¿Te preocupa algo?

"Creo que me descubrió...¿tanto se habrá notado?"

- No, no -hice el intentó de sonreír calmado-. Solo estaba---

Justo cuando me disponía a responderle y explicarle mejor la situación a mi madre, el auto aceleró a toda velocidad, dándome como última visión esos ojos tan ansiados.

No sé cómo fue que pasó, pero puedo recordar brevemente que en ese momento fue como si nuestros ojos hubiesen chocado entre sí con curiosidad y misterio.

Algo que sin duda me dejó con más preguntas que respuestas. Haciendo que mis palabras explicativas se quedasen atrapadas entre mi esófago y mi garganta.

- ¿Jimin? ¿Jiminnie? -preguntaba estresada la voz femenina de al lado- ¿Sucede algo? ¿Quieres algo?

Por algún extraño momento y misterioso de la vida, mi mano se movió sola apuntando hacia afuera del auto. No sé cómo lo habrá tomado mi madre, pero en cuanto me percaté, me hallaba entre sus brazos.

- Ay Jimin, mi pequeño e indefenso Jiminnie. Sé que estás triste pero debes entenderlo -me consolaba mi madre acariciando mi cabeza suavemente, tratando de ser fuerte.

*+*Sugar*+*

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¿QUÉ LES PARECE LA HISTORIA HASTA AHORA?*+*

UWU