Y miserablemente...me equivoqué.Al ir a la puerta de madera, pude encontrar en efecto el pastel diminuto y un café ahora a temperatura natural. No caliente ni frío, pero agradable.
Mi vista se fijó nuevamente en el color carmesí de mi mano, mas esta vez sí me preocupé. Ya estaba seca, pero me daba miedo y extrañas sensaciones de paranoia, tener que observarla.
"Debo hacer algo con eso. Ya mismo."
Sujeté fuertemente la bolsita con a mano limpia, y corrí escaleras arriba. Casi sentía que me caería o tropezaría, por suerte eso no pasó.
Llegué sin mirar demasiado a mi destino. La puerta del departamento se hallaba ahí; mis cosas se hallaban pérdidas desde la mañana, me habían desmayado, y conocí a grandes personas.
"Sí...que perfecto ambiente." Me dije a mi mismo casi suspirando pesadamente.
Por la falta de luz en el ambiente, noté que era casi de noche.
Al parecer me desmayé por un buen tiempo y luego, me había regresado sin un solo punto a mi favor.
Metí mi mano desocupada en mi bolsillo trasero del pantalón para comprobar mis llaves, las cuales por extraño que pareciese me rehusaba a la idea de que se habían caído.
"¿Se cayeron?"
Comprobé de nuevo con desesperación.
Suspiré.
"Aquí están." Dije lentamente en mi cabeza "ahora solo tengo que no hacer ruido."
Deslicé mi mano suavemente por la cerradura, y a un pelo de abrir el pórtico. Regresó la molesta voz.
— Tal vez si fueses más cauteloso te hubieses dado cuenta que hay eco, y que por lo tanto, se escuchan hasta los más pequeños secretos —voz fría, distante y de mal humor.
El completo conjunto de lo que más odio en una persona.
"Quiero decir...no las ODIO, pero no son de mi acceso, este tipo de personas."
— Pues lo siento —contesté sin más ganas de nada.
No giré la cabeza para verlo. No quería.
Por suerte mía, mi cuerpo había recobrado vitalidad y ya mi cabeza se hallaba mejor.
"Tal vez el movimiento." Comprobé para mis adentros.
— Me tengo que ir, discúlpame —puse los ojos en blanco. Retomé de nuevo mi camino a la cerradura.
— Que mentiroso. Ni siquiera están ahí, podría verlas.
"¿Verlas?"
— ¿Las llaves?
— Sí...duh, no soy tan tonto —continuó de forma inquietante.
"Eso aún me sorprende."
— Eso no---
— Solo pasa —habló sin rodeos y sin alguna expresión mal figurada.
Ahora lo estaba viendo.
Dejé las llaves puestas en la cerradura, y me dediqué a verlo.
— ¿Qué dices?
No entendía bien lo que había dicho; no...más bien, quería asegurarme de lo que había hablado.
— Que entres. J-hope quiere eso, además...no le pienso fallar.
"J-hope..." delaté en mi memoria "...pues ya le fallaste. Él mismo lo dijo un millón de veces."
Mi mirada se endureció de repente.
— No pienso entrar...—mascullé de mala gana.
Quité las llaves del porche con furia, dispuesto a irme a quién sabe dónde.
"Es increíble que no te des cuenta idiota. Es increíble...realmente." Maldije para mis adentros.
— Jimin —habló en voz baja pero amenazante.
"No hables, te desprecio. Él es tan bueno...pero tú...pero tú...tú solo..." no podía ni pensarlo.
Por escasos momentos, me hizo recordar a los tiernos momentos donde jugaba con Jungkook y él siempre me hacía recapacitar para no alejarme de casa.
"El siempre fue para mí...todo..."
— ¿Jimin?
Bajé la cabeza. Me temblaban las rodillas y oía voces a mí alrededor.
— Oye...niño —continuó hablando— niño...
— ¿Por qué eres tan malo con él? —inquirí con la poca fuerza que mantenía.
Miré nuevamente sus ojos.
Estaban vacíos. Sin ningún sentimiento ni de afecto, ni de odio.
— ¿Qué?
— ¡No deberías hacerle eso! —levanté la voz un poco, solo un poco— ¡Él siempre se hace llamar tu amigo, te defiende, te entiende...!
— Basta —bajó la mirada enojado.
— ¡No! Solo lo hago por él, pero tú realmente eres un...
Y antes de que acabara de gritarle en la cara al chico de cabellos claros, mi puño se había vuelto a dirigir a otra persona.
Cabe aclarar que esta vez si tenía los ojos abiertos y la mirada exacta para detectar que no había colisionado con el objetivo.
— ¡Pero qué---
Dije alterado viendo como mi brazo se hallaba rígido soportado por una mano pálida y grande.
Iba a soltarme cuando un susurro me desconcentró.
No pude captar todo lo que había dicho, mas mis piernas fallaron y caí al suelo.
Debí intentar levantarme; pero mi cuerpo pesaba demasiado.
— Estúpido...—escuché la voz del contrario—...no hagas idioteces de más.
Mis ojos se mantenían abiertos y despiertos, sin embargo, mi mente se había fulminado por completo. Tenía demasiadas ganas de golpear a mi rival, que ni siquiera me importó si me halaba hacia el interior del departamento.
Lo descubrí una vez estuvimos en el instante.
"Huele familiar...no sé por qué..."
— Hey, ya levántate. Me dijeron que ibas a "venir", no que te iba a "traer" —afirmó el mayor con mirada enojada.
Hice una mueca de enojo igualmente.
— Solo déjame en paz.
— ¿Y qué pasa contigo? —Reclamó— Actúas extraño desde que me viste discutir con J-hope, y desde que prácticamente me viste.
Bajé la mirada; no podía seguir manteniéndola.
— Es todo tu culpa...él no estaría enojado contigo, ni se habría ido, ni se...ni se...
Mis débiles sollozos no dejaron que continuara.
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[Recuerdos] •YM•YoonMin •
Fanfiction"La vida puede separar DOS CUERPOS, pero nunca DOS CORAZONES." "Me gusta pensar que voy a encontrarte. No sé en que lugar, ni en que estación ni en que circunstancia. Pero solo pensar que voy a encontrarte de algún modo; en algún tiempo en que nuest...