[Recuerdos] •YM•YoonMin •

#25

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"Tengo hambre." Dije de improviso en mi cabeza.

Recuerdo haber escuchado una débil voz bastante conocida al abrir la puerta, y la cual llevaba un singular tono melódico.

Volteé como acto de auto reflejo, solo para encontrarme con una escena bastante melancólica; era Yoongi, se veía normal desde otros puntos de vista, como cualquier ciudadano común con la mirada perdida en el televisor y con los oídos sin escuchar nada a su alrededor.

Mas ese no era el caso; esta vez era algo muy grande para mí.

Ahí mismo frente a mí, se hallaba a un joven fumando con el ceño algo fruncido, rostro decaído junto a unos ojos contemplando toda la obra hecha siendo destruida poco a poco, hasta casi pude escuchar que suspiraba; ese ser era Yoongi.

"Yoongi...hyung..." hablé dentro de mí.

No sabía por qué razón, no me moví de la entrada.

Hasta hace algunos diminutos minutos estábamos peleando y hasta me gritó que me fuese.

"Tal vez él...se arrepienta..." fantaseé para mis adentros. "...si claro." Respondió una voz contraria en mi cabeza.

— No me importa, me voy a ir y punto —mascullé mostrando una cara de desacuerdo y enfado.

La puerta se hallaba semi-abierta, y podía vislumbrar apenas unas luces de los otros vecinos y de la calle. Era de cierta forma acogedora, y hasta lo sentía como un mundo de infinitas aventuras nocturnas.

Pero el sueño se derrumbó en cuanto volví a la realidad.

Ya estaba saliendo de aquella horrible habitación, de la cual pasé tantas emociones juntas que no sabría decir cuál fue la de mayor duración.

Sin embargo, aún no quería que creyese que no era educado, por lo que no me importó por esos instantes todo lo anterior, y hablé como si nada.

— Hasta luego hyung.

Por extraño que pareciese y aunque me rehusaba a verlo de esa manera, fue muy notorio que mi visión no quería apartarse de la opuesta, a pesar que me irritaba de cierta manera.

Odiaba esa manera, era como ver alguna escena de televisión triste.

Salí de la habitación aún con un dolor en mi garganta, no me agradaba para nada. Pero no tuve opción pues una voz me sacó de mis pensamientos reflexivos.

— ChimChim, pero ¿qué haces aquí? Creí que estarías en casa comiendo y viendo televisión —habló algo preocupado y asombrado Hoseok.

— No, no —sonreí falsamente intentando restarle importancia al asunto—. Recién me acabo de ir de tu departamento, por lo que aún no he podido descansar apropiadamente.