EN EDICIÓN
En los años futuros el planeta Tierra dejo de existir como algún día lo conocimos. Los humanos olvidaron que lo eran y comenzaron a rendir tributo a la tecnología, la cual comenzó a sacar provecho de todo. La guerra dejo de suceder, aunqu...
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Caleel continúo leyendo con detenimiento y curiosidad todos los archivos que había.
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«Caleel miraba con detenimiento a través de una pared de vidrio al Prototipo, lo que más le llamaba la atención era como se veía, «ojos verdes». Estaba hecha un ovillo en la esquina de la habitación de estudios, abrazaba sus rodillas que se veían visiblemente rasguñadas y gimoteaba asustada, el temblor de su cuerpo era demasiado violento. Caleel observaba con atención y presiono un botón en la tableta que tenía frente a él. Caleel no podía escuchar lo que pasaba dentro pero solo veía como el Prototipo se cubría los oídos y gritaba.»
Imágenes de cuerpos en una plancha de metal cubiertos con una sábana blanca plastificada y con una mancha de sangre a la altura del abdomen llamaron su atención. Había una nota inserta y la maximizo.
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Caleel miro aquellas fotos con culpa, él había sido parte de aquel experimento y no tenía idea de lo que había hecho o había contribuido hasta ahora.
Las pantallas se tornaron en un color rojo con un sello de Superiores (Personal de alto grado y cercanas al Soberano, que cuidaban todos los aspectos de orden). Todas las pantallas desaparecieron y dejaron su habitación como estaba cuando llego. Todo en tinieblas.
Un frio le recorrió la espina dorsal.
— ¿Qué ocurre, Shirley? —Pregunto con confusión Caleel.
"El expediente ha sido retirado de mi sistema, señor"
— ¿Retirado? —Exclamo con indignación, metió la mano en su bolsillo y observo la pastilla que el Clínico le había dado antes de irse.
«Espero no vuelvas a perderla.»
Caleel observo aquella pastilla, su mirada corrió hacia su caja fuerte y noto como tenía rasgos de haber sido forzada, corrió a abrirla y cuando noto la caja que tenía dentro, vio que estaba cerrada mal. Caleel era perfeccionista, nunca cerraba nada mal, todo estaba en orden en él. Saco la caja donde había guardado las pastillas y noto que ya no estaban. Su mano temblaba de coraje, ¿Cómo se habían atrevido? ¿Por qué habían violado su privacidad? Arrojo la caja contra el suelo con furia, gruño y observo la pastilla que el Clínico R le había dado.
— ¡Fue una trampa! —Grito con molestia, arrojo la pastilla al suelo y la pisoteo, cual fue sorpresa cuando vio que la pastilla se había convertido en chispas, había explotado técnicamente.
