Parte 019: Barricada.

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Evan volvió a recargar su arma mientras maldecía en voz alta, sentía como el sudor corría por su frente

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Evan volvió a recargar su arma mientras maldecía en voz alta, sentía como el sudor corría por su frente. Volvió el arma hacia atrás y disparo derribando a un alterado que rodó por el suelo. Caleel se sentía torpe en ese grupo, jamás tuvo la necesidad de correr en toda su vida, nunca tuvo una vida tan activa como cualquier persona ya que solo se limitaba a estar en una habitación encerrada creando cosas. En Tieria era de gran utilidad aquí era nada.

— ¡Más rápido! — gritaba Evan, mientras seguía recargando su arma.

Aquel grupo siguió corriendo y disparando, pero los alterados eran más rápidos que ellos, estaban alcanzándolos.

Shannon siguió disparando pero tropezó debido a grava en el suelo, Evan con un veloz movimiento la levanto con una mano mientras seguía disparando.

— ¡MIERDA! —Grito Evan al ver que estaban por alcanzarlos.

— ¡Evan! ¡AHÍ! —Grito Shannon, Evan giro su rostro hacia donde Shannon señalaba y pudo observar una barricada, había una puerta de metal entreabierta de donde salía una mano arrugada que se agitaba desesperadamente.

— ¡CORRAN! —Rugió Evan, todos hicieron caso y corrieron a adentrarse a aquel lugar en el que la mano los guiaba. El último en entrar fue Evan quien con ayuda de TaeHyun cerrar la puerta.

Caleel estaba fatigado y sentía como el aire le faltaba, sentía como si alguien lo hubiera golpeado en el estómago. Se pasó su mano sobre la frente y pudo limpiar sudor con polvo.

Trato de reincorporarse lentamente cuando escucho como unos pasos tan fuertes venia hacia él, apenas volteo y recibió un puñetazo en la cara que lo dejo inconsciente.

Caleel abrió los ojos— lo más grande que pudo que el pensamiento de que podían salirse lo aterro— debido a que un fuerte dolor lo hizo reaccionar, lo único que pudo observar fue un techo oscuro lleno de moho y humedad. Sintió como alguien palpaba su labio inferior con un pañuelo, su mirada fue a Shannon, quien limpiaba la herida con cara de pocos amigos. Al parecer desde la llegada de Caleel ella había sido la encargada de ser su enfermera personal y niñera cosa que la irritaba.

—Vaya golpe te ha propinado ¿Verdad?

Shannon chasqueo su lengua, enjuago en agua aquel pañuelo y lo exprimió para mirar a Caleel.

— ¿Dónde estamos? —Musito Caleel mientras se levantaba lentamente del viejo sofá en donde lo habían recostado, mientras se levantaba pudo notar como su abdomen le dolía tan punzantemente que tuvo que llevar su brazo hacia el en un intento de formar un escudo.

—Te hace falta hacer ejercicio, eh—Se bufo Shannon al ver su movimiento. —Estamos vivos, eso es lo que importa.—"Estamos vivos" quizás Caleel no entendía nada acerca de eso pero desde que llego a todas las personas les importaba más estar con vida que otra cosa material, como sucedía en Tieria, donde muchos trataban de ser la imagen perfecta ante todo.

Shannon se levantó y fue en dirección a la salida.

—Evan está tranquilo, así que puedes salir. Digo, ya no quiere matarte... bueno, ya no tanto pero aun quiere. —Balbuceo.

Caleel asintió.

—Tú entiendes—Bromeo Shannon y salió de la habitación, dejando a Caleel solo y en penumbra.


«—Muy bien, Caleel.

Aquel Caleel de doce años miro a la Clínica, quien le sonreía de oreja a oreja.

—Has ido avanzando muy bien. Sigue con tu trabajo y vendré a inspeccionarte en unos minutos.

La Clínica camino en dirección opuesta a donde estaba Caleel. Escucho como las puertas dobles se abrían y se quedaba en aquella sala junto a otros jóvenes que interactuaban con una máquina en busca de renovarla o mejorarla. El sonido de su pulsera comenzó a avisar la hora de tomar su pastilla. Caleel observo aquel bloque de vidrio en donde se guardaba y la tomo inmediatamente. Sintió como su cuerpo se llenaba de energía y su concentración era maravillosamente excitante.

Miro al frente a la pantalla que parecía de cristal y siguió tocando con sus dedos aquellas anotaciones que tenía planeado hacer.

Pero su mirada se contuvo en una niña, tenía el cabello como cascada y tan brilloso que temía que lo dejara ciego. Caleel observo a aquella niña interactuar con su sistema de forma tan detallada. No se dio cuenta que había dejado de hacer algo, pero ella lo miro, ella noto la intensidad de su mirada y lo miro fijamente en respuesta. »


—Oye, amigo ¿Sigues vivo?

Caleel se levantó lentamente y se puso a observar la cabeza asomada de JongHyun. Asintió.

JongHyun miro atrás de él y se escabullo a la habitación.

—Traje comidita—Bromeo y agito al aire bolsas de frituras. Le arrojo una a Caleel y abrió una mientras se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas.

Renegados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora