Parte 030: Gajes del oficio.

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Shannon se puso su blusa y salió de ahí azotando la puerta o lo que quedaba como puerta

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Shannon se puso su blusa y salió de ahí azotando la puerta o lo que quedaba como puerta. Quizás Caleel lo había arruinado. ¿Por qué la beso? O más bien ¿Por qué Shannon lo beso?

Estaba muy confundido, se dejó caer en aquel suelo. Todo estaba volviéndose complicado, él no entendía. Los sentimientos humanos jamás fueron entendidos por él y en Tieria jamás se hablaba de ellos. Por lo menos algo de lo que se mencionaba en Tieria, comenzaba a tener sentido.


«Los humanos llegamos a ser muy complicados»

«Fueron causa se sus propios desastres» Era lo que les enseñaba el educador.


"Los sentimientos nos debilitan, Caleel" Fueron las palabras del Clínico R.


«—Bien hecho, Aria. ¿Qué nombre quieres darle?

—Crowut »


¿Por qué Caleel la veía? ¿Por qué veía a esa chica en sus sueños y sus recuerdos?

Se llevó sus manos a la cabeza como desesperado y despeino todo su cabello por la frustración.


«—Ellos sienten, Caleel. —Aquella joven miraba detrás del vidrio a un Estudiado, una joven de nombre Raiza. Llevaba el cabello de un rubio platinado, su piel era tan pálida y huesuda. Debido a su llanto su nariz y mejillas se habían puesto totalmente rojas. Ella suplicaba que la dejaran, que le dolía lo que hacían.

—Los sentimientos nos debilitan, Aria. —Murmuro Caleel de forma fría sin quitar la vista de la Estudiada.

Pero Aria mantuvo su vista fija en aquella joven con dolor.

—Debes hacerlo. Debemos hacerlo, es nuestro trabajo. —Insistió Caleel.

Aria miro a Caleel.

— ¿De verdad es nuestro trabajo? Comienzo a preguntarme de que trata nuestro trabajo.

—Salvo guardar Tieria.

Aria miro a la Estudiada y presiono el botón frente a ella. La habitación se silenció, solo se veía el gesto lleno de pánico de aquella joven y algunas de sus venas comenzaron a verse más oscuras.

—Fase dos. —Murmuro Caleel mientras lo anotaba en su especie de Tablet.»


Caleel aun con sus manos en su cabeza intentando aplastarla, le dolían los recuerdos. Quería gritar con todas sus fuerzas, quería sacar el sentimiento lleno de dolor, da pánico, estaba terriblemente arrepentido de lo que hizo sin saber lo que realmente hacia.


«—No es inmune al antídoto—Hablo Caleel, La Estudiada Raiza había completado las fases para terminar en ser un Alterado. Se hacía daño ella misma, se golpeaba contra la pared y su rostro se había hecho lo menos humano posible.

Aria miraba con atención a la Estudiada. Caleel la miro y se acercó a ella.

— ¿Aria? —Ella soltó un gemido y miro a Caleel con los ojos cristalizados.

—Detesto lo que hacemos, Caleel. No tiene lógica, sé que está mal. Lo que llamamos Antídoto no es más que veneno, no es más que la guía para que se transformen en esas cosas. —Sollozo

Caleel miro a la Alterada y después a Aria.

—No podemos ir...

—Si puedo, Caleel... Lo encontré. —Respondió de forma decidida.

Caleel se sobresaltó.

— ¿Qué encontraste?

—La verdad.»


Caleel grito, grito de dolor y cuando abrió los ojos noto que estaba de vuelta a la realidad. Se vistió lo más rápido que pudo y salió de aquella habitación, su vista dolió en cuanto la luz llego a sus ojos.

No entendió como lo consiguió pero logro entrar a la habitación que le habían asignado justo el día que llego. Le parecía extraño el lugar, pero a la vez le agradaba. Cuando entro se encontró con aquella mujer de aspecto de la India, Kavita, vendando la mano derecha de Tom. Tom estaba quieto sentado en la orilla del catre mientras no despegaba la mirada de su mano lastimada.

Caleel suspiro y entro en silencio.

— ¡Caleel! —Grito Tom con emoción, Kavita giro su rostro hacia él. Noto que tenía algunas heridas en su quijada que estaban cubiertas por una pasta de un tono amarillento. «No está infectado» Resoplo Caleel al ver el tiempo que había transcurrido, se preguntó por qué cuidaban mucho de Tom, ¿Qué tenía? miles de preguntas lo inundaron y torturaron.

—Bienvenido. —Saludo Kavita, Caleel asintió amablemente.

— ¡Sabias que vendrías! Ow, ¿Qué le paso a tu cara? —Tom hizo un gesto de dolor, Caleel se había olvidado por completo de aquella herida, aun le dolía cuando la tocaba.

—Un accidente...—Murmuro de forma traviesa, Caleel sabía que Tom tenía miedo de los Alterados, se lo había dicho la primera vez que se encontraron.

—Toma asiento, Caleel. Inmediatamente te curare. —Murmuro Kavita mientras se ponía de pie inmediatamente.

—N-no es necesario, ya casi no me... Bien, me sentare. —La mirada molesta de Kavita lo obligo a cambiar de opinión y dejarse curar.

— ¿Cómo piensas cargar con esta herida cuando no puedes curar tu alma? —Musito Kavita mientras comenzaba a esparcir aquella pasta sobre la herida de Caleel. Él no se atrevía a mirarla por lo que miraba al techo, un techo lleno de humedad y agrietado que parecía que en cualquier momento podría caerse.

— ¿Tengo en realidad una?

Kavita asintió.

—Todos tenemos una, el peso que le vamos dando es equivalente a nuestros errores y sentimientos. Por lo que veo tú no tienes paz interior.

Caleel rio.

—Ni si quiera sé quién soy.

—Te llamas Caleel ¿No? —Hablo Tom, Caleel se había olvidado que él estaba ahí.

—Supongo...—Susurro. — ¿Qué le paso a tu mano? —Cambio de tema, mientras miraba de reojo a Tom, observo que Tom miraba su mano y la agitaba para comprobar que estaba bien.

—Gajes del oficio.

—Tom. —Llamo la atención Kavita.

Tom puso cara de poco amigos y resoplo con molestia.

—Está bien, está bien. Me caí mientras me ocultaba.

— ¿Te ocultabas?

—De los Maquinarios. —Completo Kavita con miedo, mientras terminaba de aplicar la pasta sobre la herida de Caleel.

Renegados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora