Shannon intento moverse pero el vidrio se quebró más y comenzó a hundirse, ella soltó un grito.
— ¡No puedo! Se agrieta más. —Grito aterrada,
—Shannon...—Llamo Caleel con la voz débil. —Confía en mí... Confían en ti.
Shannon lo miro aturdida, trago saliva.
—Tú eres valiente, podrás hacerlo. —Continuo Caleel. — ¡Hazlo! Hazlo antes de que pierda la conciencia.
Shannon tomo aire y se movió lentamente, el vidrio comenzó a tambalearse y a agrietarse más. Su corazón palpitaba, estaba aterrada. Tenía miedo de morir así.
Un grito se escuchó, un grito lleno de agonía y dolor. Era el grito de Sebastián.
— ¡TOMALA! ¡TE SUBIREMOS! —Rugió Evan.
Shannon tomo aire y tomo la cuerda.
— ¡AHORA! —GRITO Evan, mientras él y Caleel jalaban de la cuerda. Tae se incorporó y ayudo y en ese momento el vidrio se rompió en mil pedazos. Shannon grito, ahora estaba suspendida aferrándose a la cuerda.
— ¡NO! —Grito llena de pánico.
— ¡NO MIRES ABAJO, SHANNON! ¡MIRAME A MI! ¿BIEN? —Hablo Evan lleno de desesperación, ella asintió y miro a Evan. Los chicos comenzaron a jalar con todas sus fuerzas, Shannon comenzó a subir hasta que finalmente ella llego a donde se encontraba antes. Evan la tomo de los brazos y la impulso hacia él. —Está bien, está bien. Ya paso. Está bien. —Calmo Evan, abrazo a Shannon, ella lloraba desconsoladamente. Caleel sintió un gran dolor y perdió la conciencia. Tae había regresado con su hermano quien se encontraba débil.
— ¿Caleel? —Murmuro una voz masculina, Evan miro a su dirección y se encontró a un hombre, llevaba un abrigo de color beige largo, su piel era oscura y no se veía de tanta edad, quizás estaba en sus veintiocho. Él inspeccionaba a Caleel como si fuera un médico.
— ¡OYE! —Rugió Evan, mientras Shannon se deshacía de su abrazo. Aquel sujeto levanto la mano para callarlo sin dejar de mirar a Caleel.
—Puedo curarlo. —Hablo de forma decidida.
— ¡Aléjate de una puta vez o...!—Evan cerro los puños y camino de forma furiosa tras aquel hombre, pero Shannon lo detuvo colocando sus manos en su pecho. Evan la miro con sorpresa y molestia.
—Observa su mano...—Susurro, Evan hizo caso. —Tiene la misma marca de Caleel y la chica robot.
Para su sorpresa, ahí estaba aquella marca, aquel hombre aún seguía inspeccionando a Caleel.
—La bala esta oxidada... No hay que perder tiempo—Susurro mientras seguía analizando la herida.
—Usted...—Hablo Evan con un tono de voz contenida. —Usted es...
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Renegados ©
Science FictionEN EDICIÓN En los años futuros el planeta Tierra dejo de existir como algún día lo conocimos. Los humanos olvidaron que lo eran y comenzaron a rendir tributo a la tecnología, la cual comenzó a sacar provecho de todo. La guerra dejo de suceder, aunqu...