Caleel se encontraba sentado en una mesita lejos de la demás multitud, sabía que no era bienvenido y respetaba eso. Observo como Evan se despedía de Jesús y agradecía todas sus atenciones, de toda la comunidad de Jesús seis personas decidieron unirse a Evan, entre ellas, Sebastián, el sujeto que estuvo a punto de matarlo.
Caleel sabía que debía sentir miedo, y lo sentía pero otra parte de él ya se había acostumbrado, se había acostumbrado a que todo el mundo quisiera matarlo.
—Sujeta esto, tuerquitas—Shannon le lanzo una funda de cuero a Caleel a la cara, el golpe fue directo a su nariz, él comenzó a sobar su nariz y miro a Shannon confundido.
— ¿Qué es esto? —Caleel observo la funda.
— ¿Lo querías de metal?
Caleel puso cara de pocos amigos.
— ¿Qué es esto? —Repitió exasperado.
—Defensa para ti. No es necesario agradecer—Y Shannon desapareció como usualmente lo hace. Caleel sintió como su nariz pulsaba por el golpe pero decidió ignorarlo y ver que había dentro de la funda, se sorprendió al encontrar unas dos dagas y una cuerda.
Él no sabía cómo usarlas así que sintió como su dignidad caía a sus pies. Caleel miro al frente y noto como Jesús le sonreía y con un asentimiento agradecía su estancia, Caleel le regreso la sonrisa.
—Esta vez quiero dejar claro que todos harán lo que yo les diga, TODOS sin excepción—Murmuro Evan con su mal genio característico.
—Creo que lo dijo por ti—Murmuro JongHyun al oído de Caleel colocando su mano en su boca para que solo él escuchara.
Caleel resoplo y siguió caminando ignorando al parlanchín de JongHyun.
— ¡Aigooo! Eso hirió mis sentimientos—Se quejó en voz alta.
—Cierra la boca, Jong—Le espeto su hermano Tae mientras lo alcanzaba y golpeaba su hombro.
—Shiro (1) —Dijo en tono de un niño pequeño haciendo drama.
El caminar por horas había dejado una atmósfera tensa, lo único que se escuchaban eran los pasos siendo arrastrados con fastidio y cansancio. Caleel miro a todas partes y noto como todos tenían una expresión muy demacrada y mortificante, a pesar de que no veía el rostro de Evan, Caleel sabía que incluso él estaba fatigado. No paso mucho hasta que se escuchó un golpe seco. Un joven había caído al suelo, era uno de los del grupo de Jesús, Sebastián fue corriendo hacia él.
—Esta deshidratado—Aviso sin mirar a nadie, Evan se giró y miro al chico tirado. Caleel sintió pena, se veía demasiado joven. Probablemente tendría la edad de quince años.
—Levántalo, debemos seguir. —Bramo Evan. Sebastián soltó un gruñido desde su pecho y miro con odio a Evan.
— ¿¡ESTAS DEMENTE!? Necesita descansar. —Rugió Sebastián con odio ardiendo en su mirada.
— ¿Y descansar aquí es buena idea? Claro, genio. Descansemos aquí a la vista de todos esos mugrosos Alterados—Espeto Evan. Caleel sabía que él tenía un punto lógico pero no le agrado la forma en la que lo decía, al parecer todo lo que Evan decía era con odio. —Levántalo y sigamos. —Termino con palabras tan filosas como un cuchillo. Sin más se giró y siguió caminando y con ello, varios chicos reanudaron su caminata. Caleel sintió pena por el chico y se aproximó a él para ayudarlo a levantar pero Tae coloco una mano en su pecho para detenerlo. Caleel lo miro sorprendido por aquel acto y Tae simplemente negó con la cabeza.
—Es mala idea. No le agradas a él. —Susurro de un modo que solo Caleel pudiera escuchar, miro al joven y noto que Alan ya estaba ahí ayudando a levantarlo, Caleel suspiro y asintió. Sintió una palmada en su espalda y noto que se trataba de Jong.
—Vamos, amigo. En la noche esas cosas se ponen más agresivas y peligrosas.
El sol seguía con potente calor, Caleel sintió por primera vez como el sudor se resbalaba por su cuerpo, era una sensación extraña pero que no le agradaba. En Tieria nunca sudo.
Jong y Tae seguían a su lado, Tae miraba hacia el frente con gesto firme mientras que Jong se limpiaba el sudor en varias ocasiones, tanto que Caleel había contado las veces, contó unas treinta veces.
— ¡Que calor tan monstruoso! —Soltó finalmente Jong. — ¿Lo habías sentido alguna vez? —Le pregunto a Caleel pero el negó.
—En Tieria no había eso, la temperatura estaba en su punto.
Tae lo miro con sorpresa.
— ¿Controlaban muchas cosas? —La pregunto le pareció extraña a Caleel y más si provenía de Tae, por lo regular el que siempre hablaba era Jong, pero aun así él se aclaró la garganta para responder.
—Bueno... Cada quien cumple una función. Incluso los Establecidos deben hacerlo para que todo se genere a la perfección.
— ¿Establecidos? —Interrogo con el ceño fruncido Jong.
—Son...—Titubeo Caleel pero fue interrumpido por un grito de Evan.
— ¡AHÍ ESTA! ¡Rápido! Debemos llegar rápido.
Caleel miro en dirección a donde Evan señalaba con desesperación pero su vista se nublo al ver una avalancha de chicos correr al lugar indicado.
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(1) No quiero, en coreano.
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Renegados ©
Science FictionEN EDICIÓN En los años futuros el planeta Tierra dejo de existir como algún día lo conocimos. Los humanos olvidaron que lo eran y comenzaron a rendir tributo a la tecnología, la cual comenzó a sacar provecho de todo. La guerra dejo de suceder, aunqu...