Parte 037: Dando el procedimiento.

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— ¿Creen que es el momento adecuado para decir que alguien tiene ganas de ir al baño? —Murmuro Jong un poco nervioso y sarcástico a la vez

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— ¿Creen que es el momento adecuado para decir que alguien tiene ganas de ir al baño? —Murmuro Jong un poco nervioso y sarcástico a la vez.

—No bromees, estas sentado sobre mí. —Se quejó Tae y ante eso Jong le sonrió.

— ¿Falta mucho para llegar? —Hablo Sebastián de forma molesta.

Evan suspiro y miro al frente mientras analizaba.

—Unos cuantos kilómetros y estamos cerca.

Sebastián soltó un ruido de burla.

— ¿Te estas burlando? —Le reto Evan.

Sebastián endureció la mandíbula y freno en seco provocando que los demás salieran disparados, el ambiente se llenó de quejas.

—Solo me parece estúpido que le hagan caso a un sucio Maquinario que tienen como mascota.

— ¿Eso fue después de salvarnos o no? —Bromeo Jong, pero solo recibió una mirada venenosa por parte de Sebastián.

— ¡Es un maquinario! ¿Ya olvidaron lo que su gente hizo con nuestra gente?

—Exactamente, su gente. —Dijo de forma objetiva Evan. Shannon lo miro sorprendida, no se imaginaba escuchar a Evan defender a Caleel. —Ahora date prisa, quiero llegar a dormir y comer puré de papas hecho por Tessa. —Evan se recargo en el asiento y cerró los ojos mientras Sebastián maldecía para sí y comenzaba a arrancar.



— ¿Están seguros de que es una buena idea? —Hablo Tae mientras alumbraba con su lámpara de mano por todas partes. La biblioteca estaba totalmente destruida, había objetos tirados por todos lados, en el piso ya crecía pasto y hongos y las paredes estaban llenas de moho.

Shannon se ajustó un arma en un forro en su cintura.

—Solo démonos prisa. —Miro a Caleel. — ¿Lo traes?

Caleel asintió y saco el brazalete de su bolsa.

—Genial ¿Dónde lo dejamos? —Intervino Tae.

—Yo creo que solo...—El sonido del lamento de un Alterado cambio el ambiente, todos sacaron un arma inmediatamente. Incluyendo Caleel.

Evan miro a todos y con sus dedos hizo señas para que todos se escondieran. Todos lo hicieron, Caleel se puso en cuclillas tras un mueble, que bien pudo haber sido un escritorio, Shannon se puso detrás de él.

Guardaron silencio y de pronto una chica salió corriendo, ella iba con un pie descalzo e iba llorando. Trataba de correr hacia la salida, un Alterado venía detrás de ella, gritaba estruendosamente. Evan estaba a punto de salir cuando el Alterado se detuvo. Un rayo celeste le achicharro la cabeza, el Alterado cayó al suelo instantáneamente.

—Su cerebro se frio al instante. —Musito Shannon atónita por la escena. Al momento en que el Alterado cayo, logro tirar a la chica.

Caleel trago saliva, sabía perfectamente lo que pasaba.

—No puede ser posible...—Dijo en un tono tan bajo pero que Shannon logro escuchar.

— ¿Qué?—Interrogo en un susurro a Caleel.

Receptores...—Murmuro con temor sin quitar la vista de la chica.

— ¿Rece... qué?

La chica grito. Y Caleel noto como una soga de un tono blanco capturaba su pie y su muñeca derecha.

— ¡POR FAVOR DEJEME EN PAZ! —Lloriqueo la joven, de entre las sombras salió un hombre alto, era joven, delgado y vestía un traje formal negro. Su cabello era negro y un poco largo pero peinado elegantemente. Llevaba guantes blancos del tipo de material que usaban los Clínicos, sus ojos eran de un color ámbar. Camino en dirección a la chica y se arrodillo a ella.

—Acabo de salvarte. ¿Y así me agradeces? —Hablo de una forma tana terciopelada y a la vez atemorizante. La chica lloriqueo más.

—Por favor...—Rogo.

Aquel Receptor se levantó para sí y negó.

—Informe Vigilante.

De entre la oscuridad salió aquel Vigilante con su aterrador traje especial negro.

—Área despejada.

El Receptor chasqueo y asintió.

—Regístrenla.

— ¡NO! ¡NO! —Chillo la joven mientras dos Vigilantes la detenían y otro Vigilante que surgió le coloco un aparato que detectaba información en su ojo.

—Sin virus, está limpia. —Hablo el Vigilante que la examino. —Deme el procedimiento.

—Estudiada. —Soltó inmediatamente el Receptor mientras acomodaba elegantemente su guante.

Caleel sintió como su pecho caía.

Aquel Receptor regreso a las sombras y después de un instante llevaba una caja, Caleel lo conocía, era la caja donde almacenaban los archivos de información de todos los pobladores de Tieria.

Camino elegantemente a la salida, cuando cayó al suelo. Comenzó a formarse un charco de sangre en donde su cabeza se había estrellado. Y noto como Sebastián salía apuntando con su pistola a los Vigilantes.

— ¡Es un imbécil! —Rugió Shannon mientras sacaba su arma.


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