Vampiros y Lobos, libro 3:
Gabriel jamás se imaginó que sería la novia del diablo, pero sólo había que echar un vistazo al desastre que era su vida para comprobar que no estaba equivocada.
Como si eso no fuera problema suficiente, su tío paterno, Ta...
Leed la nota final por favor, aunque pensándolo bien no sé porque digo esto si vosotros leéis hasta el último punto de cada capítulo.... Pero en fin, para los que no, leed la nota final por favor.
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Pov Gabriel:
Vale, cálmate Gabriel, sólo tienes que matar a un vampiro que merece morir, de lo contrario... Él matará a todos los niños que tiene secuestrados en su sótano.
–Bien, ¿Estás lista, Gabriel? –Me preguntó la abuela Kira mientras se giraba hacia mi con una sonrisa.
–Supongo que sí... –Dije yo mientras me mordía el interior de la mejilla.
–No dudes, eso te hará ver débil frente a tus enemigos –Dijo mamá con expresión serie y una mirada que me hizo temblar.
Puede que mi abuela materna sea la gran Kira Bladimir pero en lo que se refiere a ser estricto tanto dentro del pabellón de entrenamiento como fuera de él... Mi madre le daba un nuevo sentido a esa palabra.
Con ella era todo o nada...
Después de tragar duro por el tono tan frío que había tenido mi madre conmigo, todos salimos de los coches de forma ordenada y discreta.
Luego nos fuimos acercando al origen de los gritos eufóricos y el sonido de los tambores que resonaban por todo el bosque al son de un ritmo que me ponía los pelos de punta.
–Vamos y recordad, actuad siempre con cautela y sin alertar a los humanos –Dijo la abuela a través del pinganillo que llevaba en su oreja derecha.
A mi me tocó ir con el grupo de la abuela Kira, a petición de ella obviamente.
–Ella lo hace porque quiere que sobrevivas, Gabriel –Dijo la abuela mientras ambas caminábamos agachadas, ocultándonos entre los arbustos.
–¿Qué? –Pregunté algo confundida, por no decir completamente.
–Tu madre, te trata de ese modo para que seas fuerte y no se tan fácil hacerte daño –Dijo la abuela mientras me sonreía con orgullo y golpeaba su hombro contra el mío al mismo tiempo.
–Si tú lo dices, a mi me parece que lo hace porque es bipolar –Dije yo soltando un suspiro.
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–Cálmate, cachorra... Aún te queda mucho por aprender de tu madre, créeme –Dijo la abuela antes de empezar a arrastrarse hacia delante.
Yo copié su acción y comenzamos a observar los movimientos del consejo, todo estaba bien y por ahora no había nada extraño hasta que de repente dos vampiros trajeron a cuatro humanos, dos mujeres y dos hombres.
