(En multimedia, Nathan, la mano derecha de Taric)
Dedicatorias a los tres primeros lectores que comentaron en capítulos anteriores:
MagoTheMage (Primer comentario)
estelafuentes14 (Segundo comentario)
CitlaliAmaranta (Tercer comentario)
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Narrador omnisciente:
En el castillo de los Vandecot, Taric observaba un gran mapa intentando planear el siguiente golpe hacia los Bladimir.
–Alteza, traemos a la prisionera –Dijo uno de los soldados del rey.
–Dejadme a solas con ella –Les ordenó Taric mientras agitaba su mano derecha.
Después de que los soldados obedecieran, Taric se giró ante la prisionera con una gran sonrisa.
–¿Cómo puedes si quiera sonreír después de todo lo que has hecho? –Le preguntó ella con expresión decepcionada.
–Vaya, veo que a pesar de haber dormido durante varios días, sigues creyendo que tu hijo es un monstruo –Le contestó Taric acercándose hacia ella con la sonrisa aún en su rostro.
–Perdí a mi hijo hace tiempo, ahora sólo me queda mi primogénito –Dijo la reina con el mentón en alto y una mirada llena de orgullo dirigido al mayor de sus hijos.
–Sergey, el gran Sergey. Tan amable, tan bueno, tan educado, tan... Perfecto. Daba igual lo que yo hiciera, para vosotros nunca era bastante, siempre preferisteis a Sergey –Dijo Taric con furia mientras cerraba las manos en puños.
–No digas eso, sabes muy bien que tu padre y yo nunca hicimos distinciones entre Sergey y tú. Os queríamos y educamos por igual.... Yo aún lo hago, Taric –Dijo la reina mientras observaba a su hijo con los ojos húmedos.
–¡¡Cállate!! ¡¡No eres más que una mentirosa!! –Gritó Taric mientras tiraba una mesa con las manos.
La reina se disponía a hablar de nuevo, pero justo en ese momento, Nathan entró en la habitación con una caja pequeña de color negro.
–He traído lo que me pidió, alteza. Un frasco entero, será más que suficiente para poseer la mente del lobo y que obedezca todas nuestras órdenes –Le dijo Nathan con una sonrisa victoriosa.
En lo más profundo de su ser anhelaba que el rey se diese cuenta por fin de sus sentimientos hacia él y lo aceptase como su compañero. Pero al igual que todo los días, el rey le golpeó y le ordenó no volver a sacar ese tema.
Nathan recordaba todavía las últimas palabras que le dijo el rey antes de que le ordenase ir a por el suero.
"Yo jamás aceptaré que la diosa luna me haya puesto como compañero a un hombre y menos a uno como tú"
–Perfecto, ya puedes retirarte –Le dijo Taric mientras cogía el frasco y se daba la vuelta sin dirigirle una sola mirada.
Después de mirar dolido la espalda del hombre que amaba, salió de la habitación del rey con la mandíbula apretada y el ceño fruncido.
–Taric, ¿qué vas a hacer? –Le preguntó la reina asustada mientras observaba a su hijo sentado en una silla, observando el frasco con una gran sonrisa.
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Resurrection
WerewolfVampiros y Lobos, libro 3: Gabriel jamás se imaginó que sería la novia del diablo, pero sólo había que echar un vistazo al desastre que era su vida para comprobar que no estaba equivocada. Como si eso no fuera problema suficiente, su tío paterno, Ta...