Capítulo 8

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(Stefan y Chris en multimedia)

Atención chicos, antes de leer quería deciros lo mucho que aprecio vuestros comentarios y sobretodo la comprensión que me dais cuando os explicó las razones por la cuales no suelo ser tan rápida como otra escritoras de Wattpad, a la hora de actualizar los capítulos.

Por esa razón y porque sois sencillamente geniales, os quiero decir que haré un maratón de capítulos, lo cual querrá decir que tardaré el doble en actualizar porque estaré escribiendo los capítulos para así subirlos todos juntos un mismo día.

Si por alguna razón, no estáis de acuerdo con esta idea, dejadme en los comentarios lo que os gustaría que hiciera ya que esta historia está aquí por y para vosotros

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Pov Lucifer:
Nunca pensé que este día podría llegar, el día en el que vería a mi reina y pudiese decir «Esa hermosa mujer es MÍA en todos los sentidos»

-Lucifer, ¿me estás escuchando? -Me preguntó Gabriel, quien tan sólo llevaba mi camiseta.

Algo que no tardaría en cambiar, lo se parezco con un salido pero no es mi culpa sino de Gabriel por tener ese cuerpazo y esa belleza natural que la hace sencillamente perfecta.

-Lo siento, cielo ¿Qué me decías? -Le pregunté yo cuando me acerqué a ella por detrás y la rodeé con mis brazos.

-Te decía que hoy estaré hasta tarde en la biblioteca de la universidad, tengo muchos exámenes. Ah y también ha llegado una carta, pero supongo que es para ti porque yo no conozco a nadie que aún escriba cartas a mano -Me contestó Gabriel, yo fruncí el ceño ante sus palabras, ¿una carta para mi?

-¿Dónde está la famosa carta? -Le pregunté mientras miraba en todas las direcciones.

-La he dejado en la mesita de café, en la sala de estar -Me respondió mi mujer con una brillante sonrisa.

Mi mujer, joder, que bien suena eso... Pero aún me quedaría marcarla, para que así todos sepan que es MIA.

-Muy bien pero antes... -Le dije mientras me acercaba a su cuello y empezaba a besarlo, luego le di un pequeño mordisco y finalmente susurré en latín, las palabras que nos atarían juntos para toda la eternidad.

Formose reginam in uxorem meam ... nemo iam inermes, dum vivam

(Mi hermosa reina, mi mujer... ahora nada ni nadie podrá arrancarte de mis brazos, no mientras yo viva)

Al terminar, sintió como la piel de su muñeca empezaba a quemar y cuando ambos fijamos nuestras miradas en la muñeca derecha de Gabriel, vimos la inicial de mi nombre con diseños curvilíneos:

Al terminar, sintió como la piel de su muñeca empezaba a quemar y cuando ambos fijamos nuestras miradas en la muñeca derecha de Gabriel, vimos la inicial de mi nombre con diseños curvilíneos:

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