(Outfit de Lucifer en multimedia)
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Pov Gabriel:
Llevaba literalmente cuatro horas entrenando con mi madre y obviamente ya quería tirarme al suelo y no levantarme nunca jamás, pero como mi madre nunca se cansa de entrenar piensa que yo soy exactamente igual a ella y por supuesto me dijo que me volviese a levantar.
–¡¡Descanso, descanso por favor, te lo suplico, te lo imploro. Dame 10 minutos de descanso, por favor!! –Le rogué a mi madre mientras me dejaba caer al suelo, totalmente agotada y la cara roja como un tomate.
Mi padre que estaba sentado en las gradas, jugando al ajedrez con el tío Jhon no paraba de decir lo graciosa que me veía cuando me quejaba por tener que hacer deporte.
–Vamos, otra vez. Aún no sabes defenderte como es debido, Gabriel –Me dijo mamá con el ceño fruncido mientras daba palmadas para que me levantase.
–Pero tú estás mal de la cabeza, ¿es que acaso quiere matarme del cansancio? Apuesto a que he rebajado cuatro tallas de ropa –Me quejé yo mientras me sentaba con las rodillas flexionadas delante de mi pecho.
–¡No seas tan exagerada y levántate, cuanto antes te acostumbres al entrenamiento, más rápido aprenderás y no te cansarás al mínimo esfuerzo! –Dijo mi madre poniendo sus manos en sus caderas mientras me miraba de forma burlona.
–Para ti es fácil, te has pasado toda tu infancia entrenándote con la abuela Kira y con papá, sólo que con él has hecho otro tipo de ejercicio que no me interesa para nada explicar –Dije mientras ponía cara de asco al pensar en mis padres dándole al tema.
–Anda, déjamela a mi Jessica. Seguro que podrá aprender algo más útil que solo esquivar cosas –Dijo la abuela Kira apareciendo de repente con una gran sonrisa, ay madre mía, algo en esa sonrisa me decía que los planes de la abuela Kira eran todo menos entrenarme.
–Toda tuya mamá. Y en cuanto a ti, Gabriel.... después de entrenar con tu abuela, desearás que retomemos nuestro entrenamiento juntas –Dijo mamá con una ceja alzada y una media sonrisa, antes de caminar hacia las gradas para unirse a papá y el tío John.
–Bien, ¿estás lista pequeña padawan? –Preguntó la abuela Kira con una sonrisa que me puso nerviosa.
Dios mío, si me escuchas, te pido que no me dejes morir hoy y a cambio iré a misa TODOS los días.... Bueno los domingos, bueno tal vez uno o dos domingos cada tres semanas....
En fin, me puse en posición y cuando me disponía a atacar con un puñetazo que iba directo a la cara de mi abuela esta lo cogió y luego me dobló el brazo por la espalda.
–Nunca ataques primero, deja que sea tu enemigo quien dé el primer golpe –Dijo la abuela antes de liberar mi brazo y ponernos de nuevo en posición.
Esta vez fue ella quien me atacó con una patada, la cual cogí en el aire, tal y como me había enseñado mamá. Luego, con la pierna de la abuela aún en mis manos, la lancé contra una de las columnas que había en el pabellón.
Por suerte la abuela no se hizo daño...
–Vaya, me pregunto de quién habrás aprendido eso.... –Dijo la abuela mientras miraba a mamá con una sonrisa y una ceja alzada ya que todo el mundo sabía que había sido la abuela Kira quien había entrenado al tío John y a mi madre.
–No puedes culparme por querer transmitir tus conocimientos a la generación futura, mamá –Dijo mi madre mientras se encogía de hombros sonriendo.
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Resurrection
Manusia SerigalaVampiros y Lobos, libro 3: Gabriel jamás se imaginó que sería la novia del diablo, pero sólo había que echar un vistazo al desastre que era su vida para comprobar que no estaba equivocada. Como si eso no fuera problema suficiente, su tío paterno, Ta...