CAPÍTULO 5 PRIMER ENCUENTRO

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Al aproximarse al pueblo de "Groutong" el joven vio como este ardía producto de la batalla perdida por las tropas imperiales.
Las criaturas parecidas a momias, altas con capas blancas, ojos verdes que parecían brillar en la noche, armados con unas especies de lanzas cortas con cráneos en el extremo. Contaban las riquezas para su señor.

_¿ Que serán estas cosas? Pensó Gastón

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_¿ Que serán estas cosas? Pensó Gastón.
Desmonto su caballo y lo dejo a una distancia segura. Se acerco con cautela a estos espectros, estudio la zona un momento en busca de sobrevivientes
_ Nada, solo cadáveres, pero no veo cuerpos de infantes. ¿abran escapado?
El sol empezaba a salir, dejando aún más en evidencia el desastre del pueblo, las llamas seguían ardiendo.
Gastón en un descuido derribo un pequeño faro con la cabeza, el ruido al impactar con el suelo se escucho hasta varios metros de él. Los espectros giraron y al verlo se abalanzaron sobre el general, eran mas de quinientos y yo aquí solo pensó.
_ ¡MIERDA! Grito Gastón y desenvainó su sable, logro abatir rápidamente a tres criaturas, a un cuarto pero cada vez eran más y más.
Uno de ellos golpeo su mano y él soltó su arma, retrocedió un poco defendiéndose con los puños como podía.
_ Si uso alguna técnica alertaré a los dioses de mi desobediencia, aún que a estás alturas ya lo deben haber notado... ¡A la mierda!
El general levanto un brazo con la mano abierta al cielo, a su alrededor una especie de niebla empezó a formarse.
_ ¡Acabaré con ustedes! Grito.  ¡¡¡quebranta espíritus!!!
De la niebla emanaron cientos de almas que se dirigieron a los espectros como si fueran flechas pero nada lograron, así como aparecieron las almas se esfumaron.
_ ¡Pero que carajo pasa! Grito, acaso ¿estas cosas no poseen almas? Quedo atónito un momento, el suficiente para que un par de espectros lo golpearan.
Gastón cayo al suelo mareado, intentó alcanzar su sable pero no lo logro, intento ponerse de pie pero tampoco podía, estaban muy encima de él.

_ ¡Caballeros!... ¡nuestro general lucha solo con la amenaza, hoy tenemos el honor de demostrarle lo que somos capaces!. ¡desenvainen!... ¡conmigo!... ¡¡a la carga!!

Gritaba el Mariscal Murat a sus mil doscientos hombres de caballería

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Gritaba el Mariscal Murat a sus mil doscientos hombres de caballería.
A lo lejos se escucharon los estruendos de los cañones de campaña "buuum" "buuum"

Los espectros al ver el tamaño de semejante carga empezaron a huir pero no llegaron demaciado lejos, la caballería los alcanzo fácilmente.  De lado a lado embistieron las filas de espectros, que sin nada que hacer solo corrían.  En menos de cinco minutos Murat y sus hombres barrieron con casi todas esas cosas, los pocos que quedaban fueron abatidos por los cañones que para sorpresa de Gastón dirigía su amigo "el nuevo general imperial Lord Gustavo.

Gastón por fin se puso de pie, recuperó su sable y lo envainó, adolorido pero sano se acerco a Murat.
_ Te debo una Joaquin
_ A mi no amigo mio, sino a él, el mariscal apunto a una colina cercana.
Gastón trago saliva, era nada más nada menos que el emperador Mario.
El emperador se acerco a caballo junto a Gustavo.
_ Pero ¿eres imbécil? O ¿que te pasa?. Te ordene permanecer en el palacio y tu sin más desobedeces.
_ No iba a quedarme con los brazos cruzados mientras cientos morían.
- No me digas y ¿a cuantos salvaste?. Ninguno ¿verdad?. Estaba a punto de abandonarte a tu suerte pero Gustavo y Murat me rogaron mandar tropas. ¿que hubiera pasado si no lo hacía? Responde
_ Los hubiera incinerado con mis ráfagas solares.
_ No me digas. ¿y porque ya no lo habías hecho?
Gastón no supo que decir
_ ¡Venga! Monta tu caballo y volvamos a la ciudad de una vez.
Monto su caballo y camino junto a Gustavo.
_ Por cierto, ¿de donde saliste?
_ De mi mamá jajaja.
Lord Gastón hecho a reír junto a él.
_ Termine el entrenamiento hace unos días pero Mario me mantuvo encerrado hasta asegurarse que yo sea de fiar.
_¿ Tan rápido?
_ Si, va, en realidad no, lo que paso es que Sareas manipulo el tiempo sin que me afecte para terminar antes.
_ Mmm... tiene sentido jaja... y ¿como demostraste ser de confianza?
_ No lo hice jajaja
_ Jajaja

Montaron un par de horas más hasta llegar a la capital, Atenas. En las puertas del palacio esperaba Chloë con el rostro fruncido y muy enfadada.

Gastón ingresó junto a Gustavo, Mario  se había separado de ellos con Murat unos metros antes.
Chloë corrió hacía Gastón como si fuera a abrazarlo pero lejos de eso estuvo, le pego una buena cachetada que sonó bastante fuerte.
_ ¿Que creías que hacías? Pregunto a Gastón muy enfadada.
_ Vos no viste nada, dijo el joven a Gustavo
_ Jajaja no, no vi nada jajaja
_ Cielo sabes que no podía quedarme a ver lo que pasaba sin hacer nada.
_ Lo se, pero por lo menos tenías que despertarme para ir juntos.
_ Es que estabas tan linda durmiendo que no quise arruinarlo.
_ Si claro, anda a ducharte, ¿querés? Que tenes olor a muerto.
Gustavo se pego una carcajada.
_ Vos también Gustavo, apestan.
Chloë se dio vuelta y se perdió dentro del palacio, ambos generales se miraron serios.
_ Acá no paso nada, ni nadie vio no escucho nada.
_ Si señor dijo Gustavo riendo.
Ambos se saludaron con un apretón de manos y se dirigieron cada uno a sus aposentos.

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